La Regencia de Espartero (1840-1843)
Espartero (1840-1843) gobernó de manera dictatorial, reprimiendo a los moderados y sin someterse al Parlamento, ganándose así el rechazo de todos:
- Su política librecambista ponía en peligro la industria catalana.
Al movimiento catalán contra Espartero se unió la oposición de los vascos que, por su apoyo al Carlismo, veían recortados sus fueros. Algunos sectores liberales progresistas, que habían apoyado inicialmente a Espartero, se enfrentaron a sus formas autoritarias.
En 1843 se inició una revuelta militar encabezada por Narváez que hizo caer al gobierno. Espartero se exilió en Londres. No regresó a España hasta 1849 y las Cortes, para evitar una nueva regencia, adelantaron la mayoría de edad de Isabel II a los 13 años.
El Sexenio Democrático (1868-1874)
El desprestigio del régimen de Isabel II llevó a una alianza entre progresistas y demócratas, que firmaron un pacto en Ostende (1866) que incluía el acuerdo para destronar a Isabel II.
En septiembre de 1868, la armada española, dirigida por el almirante Topete, se sublevó con el apoyo de Prim y Serrano, comenzando así la Revolución Gloriosa.
El movimiento se extendió con levantamientos populares al grito de «¡Mueran los Borbones!» y se organizaron juntas revolucionarias locales. Serrano venció al ejército gubernamental en Córdoba, Isabel II huyó a Francia y la revolución había triunfado.
En un primer momento, el poder político fue ejercido por la Junta Revolucionaria de Madrid, que confió el poder a Serrano, quien tomó medidas para estabilizar la revolución, como la convocatoria de Cortes Constituyentes.
En las elecciones, votaron la mayoría a los unionistas, progresistas y demócratas. Elegidos por sufragio universal (masculino), confirmaron el cargo a Serrano y comenzaron a elaborar un nuevo texto constitucional.
La Constitución de 1869
Es considerada la primera Constitución democrática de la historia de España. Una vez aprobada, Serrano fue nombrado regente y el general Prim se convirtió en jefe de gobierno.
Era preciso encontrar un candidato para el trono y Prim puso como condición que debía ser demócrata y no Borbón. Finalmente, propuso a Amadeo de Saboya, rey de Italia, y gracias a las gestiones llevadas a cabo por Prim, Amadeo aceptó el trono de España.
Amadeo I tuvo que hacer frente a una difícil situación: poco antes de llegar a España, Prim fue asesinado en un atentado. El rey se encontró con la oposición de los republicanos y carlistas, que se levantaron en armas en mayo de 1872, desencadenando la tercera guerra carlista.
Tuvo que apoyarse en dos grupos políticos muy distintos:
- El Partido Constitucional, liderado por Sagasta, más conservador y partidario de detener los avances democráticos.
- El Partido Radical, con Zorrilla, en el que se encuadraron progresistas y demócratas, partidarios de reformas.
Además, tuvo que enfrentarse a la agitación social, que llegó a alcanzar un alto nivel de organización gracias a la libertad de asociación, y a la guerra de los Diez Años (1868-1878) en Cuba.
Como estaban las cosas, y tras dos años de reinado, el 11 de febrero de 1873, Amadeo I presentó el acta de abdicación a la Corona española, regresando a Italia. Ese mismo día, Congreso y Senado, en sesión conjunta, proclamaban la República.
La Primera República (febrero 1873 – enero 1874)
Se sucedieron cuatro presidentes. Además, el contexto en el que se desarrolló era muy problemático:
- Figueras fue el primer presidente y en su mandato el desorden aumentó: intentos de golpe de Estado, constante actividad del movimiento obrero. Se celebraron elecciones a Cortes Constituyentes, en las que triunfaron los republicanos federalistas. En junio abandonó el cargo y le sucedió:
- Pi y Margall, que tenía el propósito de instaurar una república federal, pero de forma ordenada. No se realizó porque existía el problema de la guerra carlista y la insurrección cantonal, promovida por los republicanos federales más exaltados. La rebelión comenzó en julio con la proclamación del cantón de Cartagena. El movimiento se extendió y se organizaron cantones por toda la Península. Estos hechos le obligaron a dimitir y le sucedió:
- Salmerón, con él la República dio un giro conservador, con el apoyo de generales monárquicos. Los cantonalistas proclamaron entonces un gobierno provisional de la Federación española en Cartagena y declararon la guerra a Madrid. Salmerón empleó a fondo la fuerza militar y fueron cayendo uno a uno los diferentes focos; a mediados de agosto la insurrección estaba prácticamente sofocada, solo el cantón de Cartagena resistió hasta enero de 1874. Salmerón dimitiría en septiembre por negarse a confirmar dos penas de muerte impuestas por la autoridad militar y le sucedió:
- Castelar, que actuó con firmeza, aplicó la pena de muerte, llamó al ejército para imponer el orden, reforzó el poder del Estado y suprimió el principio federal. Para poder llevar esto a cabo solicitó a las Cortes, y estas se lo concedieron, poderes especiales para gobernar por decreto durante tres meses. Cuando las Cortes se volvieron a reunir, el 2 de enero de 1874, el gobierno fue sometido a un voto de confianza y lo perdió. Al día siguiente, Pavía invadió el Congreso y disolvió las Cortes.
Tras el golpe, la junta de Capitanes Generales nombró jefe de gobierno al general Serrano, que mantuvo las formas republicanas, pero aplicó una política represiva con un claro protagonismo del ejército. La inestabilidad del periodo despertó el deseo de una restauración monárquica.