2.La expansión de la España cristiana (XI-XIII): –
Pedro I de Aragón
Huesca y Barbastro-
Alfonso VI de Castilla
Toledo-
Doña Petronila de Aragón y Ramón Berenguer de Barcelona
Lleida-
Alfonso VIII de Castilla
Navas de Tolosa (1212)-
Jaime I de Aragón
Baleares y Valencia-
Alfonso IX de León
Cáceres, Mérida y Badajoz-
Fernando II de Castilla y León
Córdoba y Sevilla-
Alfonso X de Castilla
Cádiz
2.1.La expansión territorial:
Los avances del Siglo XI. La conquista de Toledo:
Los primeros avances tuvieron lugar en el Occidente peninsular. Fernando I (1035-1065), primer monarca que utilizo el título de rey de Castilla, conquisto varias villas del norte de Portugal, entre ellas Coimbra. Los reinos de Castilla y León procedieron a la repoblación del territorio situado entre el rio Duero y el Sistema Central, al que llamaban las Extremaduras. Allí se constituyeron distintas comunidades de villa y tierra, destacando las de Segovia, Ávila y Salamanca.
La repoblación de este territorio, fronterizo con al-Ándalus, tuvo un carácter militar, lo que explica el papel dirigente que desempeñaron en ella los caballeros y la necesidad de que las ciudades de las Extremaduras se rodeasen de fuertes murallas, como las de Ávila. Pero el éxito mas importante fue la conquista llevada a cabo por Alfonso VI (1072-1109), en 1085, de la ciudad de Toledo y buena parte del valle del Tajo. El monarca adopto el pomposo título de emperador de toda España.
El noble castellano Rodrigo Díaz de Vivar, más conocido como Cid Campeador, después de ser desterrado de sus tierras castellanas por Alfonso VI, lucho al servicio del rey moro de Zaragoza. Algún tiempo después el Cid ocupo amplios dominios de los musulmanes en la zona mediterránea, incluida Valencia, donde residíó hasta su muerte en 1099. Tras la conquista de Toledo irrumpieron en tierras hispanas los almorávides, musulmanes originarios del norte de África derrotaron a Alfonso VI en las batallas de Sagrajas en 1086 y Uclés en 1108.
Más al este, el reino de Aragón, cuyo primer monarca fue Ramiro I (1035-1063), Se extendíó en dirección al sur. A fines del Siglo XI, el monarca Aragónés Pedro I incorporo a sus dominios las localidades de Huesca en 1096 y de Barbastro en 1100. El reino de Aragón incorporo un territorio mucho más extenso, la llamada Tierra Nueva.
Los condes de Barcelona rebasaron el límite de la llamada Cataluña Vieja. Los éxitos más notables los logro Ramón Berenguer II quien a finales del Siglo XI conquisto el campo de Tarragona y la ciudad del mismo nombre, cuya diócesis fue restaurada.
2.3.LA Expansión ECONÓMICA.LA MESTA:
La etapa comprendida entre los siglos XI y XIII se caracteriza por la expansión económica. Las conquistas de los cristianos sobre los musulmanes permitieron a los primeros incorporar zonas de gran fertilidad, entre ellas los valles del Tajo y del Ebro, las huertas de Valencia y de Murcia y el valle del Guadalquivir, así como nuevos cultivos, en particular el olivo, el arroz y los cítricos. Al mismo tiempo proseguía el avance roturador, lo que significaba la incorporación de nuevas tierras de cultivo. Por su parte, la ganadería, especialmente la ovina, de la que se obténía abundante lana para la industria textil, conocíó un espectacular desarrollo, sobre todo en la corona de Castilla. Allí se creó, durante el reinado de Alfonso X, el Honrado Concejo de la Mesta de los pastores de Castilla, institución encargada de proteger los intereses de los ganaderos. La preeminencia de la ganadería sobre la agricultura hizo que las tierras de labor quedaran relegadas a zonas de menor rendimiento. Esta situación empeoró a partir de SXIII con el incremento de la trashumancia. Esta ganadería trashumante recorría las cañadas en busca de pastos. En la corona de Castilla se constituyeron 4 grandes cañadas: la leonesa, la segoviana, la soriana, y la conquense. En el reino de Aragón, la zona más concurrida por las ovejas fue la sierra de Albarracín. El rasgo más significativo de esa época fue el crecimiento de las ciudades, y, con ellas, el impulso alcanzo por las actividades artesanales y mercantiles. Sin duda, el auge del camino de Santiago tuvo mucho que ver en la evolución de los núcleos urbanos. En las villas y ciudades de esta ruta, debido a su dinamismo, se asentaron muchos francos procedentes del otro lado de los Pirineos. Las principales ramas de la producción artesanal eran la textil, muy desarrollada en Cataluña y, en menor medida, en los reinos de Castilla y León; las ferrerías, famosas en el País Vasco, y la construcción de navíos. El comercio se apoyaba en la difusión de monedas, acuñadas por los reyes, pero también en la mejora de los caminos, herencia de las calzadas romanas y en la creación, por parte de los poderes públicos, de mercados, que solían celebrarse con carácter semanal, y de ferias, reuniones de periodicidad anual a las que habitualmente concurrían hombres de negocios de diferentes lugares.
2.4.LA SOCIEDAD DE LA ESPAÑA MEDIEVAL:
La sociedad de la España cristiana estaba organizada en 3 estamentos: los que oran, los que guerrean y los que trabajan la tierra, lo que quería decir que cada uno de ellos tenía una función específica. Los eclesiásticos y los guerreros eran grupos privilegiados, en tanto que los campesinos, sector que solo tenía obligaciones, constituía el sector popular. La nobleza presumía de su abolengo, al tiempo que ocupaba cargos importantes en la corteregia. En el ámbito eclesiástico había que distinguir al clero secular del regular, así llamado este último porque estaba sometido a una regla monástica. En cuanto al campesinado, había, sin duda, labriegos dueños de sus tierras, pero la mayoría trabajaban, o bien las de la nobleza, o bien las de la iglesia. Surgíó un nuevo grupo social, la burguésía, cuya dedicación preferente era la artesanía y el comercio. En un principio, los burgueses protagonizaron conflictos con los señores de la tierra en la que vivían. Recordemos las revueltas de Sahagún y de Santiago, localidades de la ruta jacobea, ambas acaecidas en los primeros años del S.XII. Pero progresivamente, los burgueses fueron logrando importantes victorias en la consecución de sus derechos, como la presencia de delegados de las ciudades y villas en la antigua Curia Regia, es decir, en las Cortes, o la autonomía en los que se refiere al gobierno de los concejos urbanos. Ahora bien, con el tiempo se produciría una clara división entre el grupo dirigente de la burguésía, al que se conoce con el nombre de patriciado y que controlaba los poderes políticos y económicos, y el sector popular, denominado < el común> o <la gente menuda>.