La Guerra de Cuba y el Desastre del 98
El general Weyler aplicó una táctica de guerra total en Cuba, dividiendo la isla en sectores y concentrando a la población campesina en poblados. La ruina económica y la dureza de las medidas provocaron protestas de Estados Unidos, que ofreció mediación y pidió autonomía para Cuba. España rechazó la propuesta, lo que llevó a la declaración de guerra por parte de Estados Unidos en 1898. La guerra resultó en la derrota de España y la pérdida de Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam.
El Tratado de París y el Fin del Imperio
En diciembre de 1898, España firmó el Tratado de París, reconociendo la independencia de Cuba y cediendo Puerto Rico, Filipinas y Guam a Estados Unidos a cambio de 20 millones de dólares. El resto de posesiones españolas en el Pacífico fueron vendidas a Alemania al año siguiente.
El Regeneracionismo Político
Tras la crisis del 98, surgió un movimiento regeneracionista liderado por Maura, que buscaba acabar con el caciquismo y ampliar la base política del régimen. Sin embargo, los problemas en Cataluña, como el anarquismo obrero y el regionalismo intelectual, dificultaron su implementación.
Consolidación de Ideas Regeneracionalistas y Nacionalistas
Las nacionalidades históricas reivindicaron su identidad política, lo que se reflejó en el regionalismo catalán y el nacionalismo vasco. El regionalismo catalán encontró su expresión en Solidaritat Catalana, mientras que el nacionalismo vasco se centró en el PNV.
El Ascenso del Republicanismo
Los republicanos ganaron apoyo a principios del siglo XX, ofreciendo una alternativa de gobierno y líderes carismáticos. El Partido Republicano, fundado por Alejandro Lerroux, creció en popularidad, aunque su actuación en la Semana Trágica de 1909 lo desautorizó.
La Época de los Disturbios
Entre 1902 y 1917, España experimentó una gran agitación política y social. La crisis económica tras la Primera Guerra Mundial, el paro y el sindicalismo anarquista provocaron disturbios y huelgas. El gobierno reprimió duramente estas protestas, aplicando la Ley de Fugas.
El Problema Marroquí
La situación en Marruecos se agravó en 1921 con la derrota del general Silvestre en Anual. El general Berenguer pidió refuerzos, pero los políticos se culparon mutuamente por la responsabilidad. El general Primo de Rivera, aprovechando los disturbios sociales, se proclamó jefe de un directorio en 1923, contando con el apoyo de las clases dirigentes y las guarniciones.
El Papel del Ejército y de la Iglesia
El ejército y la iglesia desempeñaron un papel importante durante la Restauración. La iglesia se acercó al Estado tras la declaración de confesionalidad de la Constitución, recuperando su influencia intelectual y material. Se identificó con los grupos conservadores y se enfrentó ideológicamente con los grupos obreros.
La Política Internacional Española
España entró en la era del imperialismo con un activo débil y un pasivo considerable. Las grandes potencias tenían apetencias por sus territorios de ultramar. España adoptó una política de recogimiento, pero también de proteccionismo. La Guerra de Cuba y la Hispanoamericana llevaron a la pérdida del imperio ultramarino. Marruecos se convirtió en un nuevo espacio colonial, pero también en una pesadilla para España.
Crisis de 1917 y Fin del Sistema Canovista
La euforia económica de la guerra se atenuó en 1917, provocando agitación social y política. Se formaron juntas contra el favoritismo, que fueron aceptadas por el gobierno. El movimiento social reemplazó a la agitación política, formando juntas incluso en los guardianes de seguridad.