La Restauración Borbónica: El Sistema Político de Cánovas del Castillo

El Régimen de la Restauración en España: Características y Funcionamiento del Sistema Canovista

La Revolución de 1868 constituyó un fracaso. Hasta 1902, año del inicio del reinado de Alfonso XIII, transcurre una larga época presidida por Antonio Cánovas del Castillo, la Constitución de 1876, la manipulación electoral y el caciquismo. Una etapa que se verá duramente alterada por la sacudida de la guerra de Cuba y el desastre de 1898. En la evolución de la Restauración debemos distinguir varias fases:

  • La 1ª que llega hasta la muerte de Alfonso XII.
  • La 2ª la regencia de María Cristina de Austria, esposa de Alfonso XII, durante la minoría de edad de su hijo Alfonso XIII.

El periodo de la Restauración se puede dar por finalizado con la llegada de Alfonso XIII a la mayoría de edad en 1902. Durante su reinado, el sistema canovista entró en crisis hasta deshacerse con la dictadura del general Primo de Rivera, que finalizará dando comienzo a la República.

1. El retorno de la monarquía borbónica

Tras el golpe del general Pavía, el general Serrano encabezó un gobierno provisional, durante el cual los alfonsinos, con Cánovas, prepararon la vuelta a la monarquía borbónica de la mano de Alfonso XII (hijo de Isabel II). Alfonso XII firma el Manifiesto de Sandhurst, en el que se garantiza una monarquía dialogante, constitucional y la continuidad de una buena parte de los progresos políticos recogidos en el Sexenio. Cánovas preparaba así la vuelta a la monarquía de manera pacífica y sin intervención militar, pero el general Martínez Campos se le adelantó y se pronunció en Sagunto. El gobierno no opuso resistencia y Cánovas formó un gabinete de Regencia y comunicó a Alfonso XII su proclamación como rey.

2. El sistema canovista

Alfonso XII, a su llegada a España, confirmó su confianza en Cánovas, quien en los meses siguientes emprendió una acción de gobierno encaminada a conseguir 3 objetivos:

1. Pacificar el país:

  • a. Poner fin a la guerra carlista: (tras la derrota del carlismo, Cánovas abolió los fueros vascos, como consecuencia del apoyo de los vascos a los carlistas).
  • b. Guerra de Cuba: acabó con la Paz de Zanjón (1878). Esta paz incluía una amplia amnistía y promesas cuyo incumplimiento sería el origen de la guerra definitiva (1895).

2. Crear las bases de un sistema político:

Cánovas fue el hombre clave de la Restauración borbónica y, una vez conseguida, organizó y estableció las bases de un nuevo sistema político. Para ello se propuso:

  • a. Apartar al Ejército del poder político y hacerlo volver a los cuarteles.
  • b. Realizar una síntesis entre lo viejo y lo nuevo: estableció “Verdades Madre” que todos debían admitir (monarquía, libertad, propiedad privada y la unidad de España).
  • c. Tomar medidas para el control del orden y la centralización del poder mediante:
    • El control de altos cargos políticos.
    • Control de prensa.
    • Restablecer relaciones con la Iglesia (Concordato 1851), devolviéndole los pocos bienes aún no vendidos y garantizándole la unión Estado-Iglesia.
  • d. Conseguir la estabilidad política: la monarquía sería el pilar básico que compartiría la soberanía con las Cortes y dispondría de amplias competencias. El otro pilar sería una Constitución. Esta estabilidad, basada en la monarquía y la Constitución, se completaría con la organización de un sistema bipartidista. Estos dos partidos, considerados partidos dinásticos, serían el partido conservador y el partido liberal. Estos dos partidos deberían turnarse pacíficamente en el poder, mientras que el resto de las formaciones políticas permanecerían al margen.

3. Constitución de 1876:

  • a. Establece la soberanía compartida entre el Rey y las Cortes.
  • b. El Rey es inviolable y poseía amplias atribuciones:
    • Le correspondía el poder ejecutivo, que ejercía a través del gobierno, a cuyo presidente nombraba y destituía.
    • Tenía la iniciativa legislativa, sancionaba y promulgaba las leyes.
    • Ejercía como jefe supremo del ejército.
    • Tenía potestad para convocar, suspender o disolver las Cortes.
  • c. Las Cortes se estructuraron en dos cámaras: el Congreso y el Senado. Los diputados del Congreso eran elegidos por votación popular (primero por sufragio censitario, más tarde por el universal masculino). El Senado estaba integrado por senadores de derecho propio (los grandes contribuyentes), los senadores de nombramiento real y otros elegidos por corporaciones como la Iglesia o la Universidad.
  • d. Recogía una amplia declaración de derechos (inviolabilidad del domicilio, libertad de residencia, de expresión, derecho de reunión y asociación…), pero debían ser regulados por leyes ordinarias posteriores.
  • e. Declara la confesionalidad católica del Estado, aunque se toleran otras confesiones sin cultos ni manifestaciones públicas, reconoce los privilegios tradicionales de la Iglesia Católica.

3. El bipartidismo y la mecánica del turno

El sistema canovista se completó con un sistema bipartidista: los dos partidos oficiales o partidos dinásticos, que aceptaban la legalidad constitucional, se turnarían en el gobierno de forma pacífica: el partido conservador y el liberal.

  • El partido conservador, liderado por Cánovas primero y por Silvela después, estaba integrado preferentemente por la aristocracia, la burguesía terrateniente, industrial y financiera. Defendían el sufragio censitario, el exclusivismo de la religión católica, la censura y el proteccionismo económico.
  • El partido liberal o fusionista, liderado por Sagasta, estaba integrado por la pequeña burguesía urbana. Defendían el sufragio universal masculino, la libertad de cultos, de cátedra, de prensa, de asociación y el librecambismo. Bajo sus gobiernos se aprobaron leyes como el reconocimiento del derecho de asociación o el sufragio universal masculino.

El turno era la fórmula política que, gracias a la manipulación, los caciques y el fraude electoral, daba a los partidos dinásticos la posibilidad de alternarse en el gobierno de forma pacífica. No era la expresión de la voluntad de los electores, sino que los dirigentes de los partidos lo acordaban y pactaban previamente.

La mecánica era la siguiente:

  1. El rey nombra a un nuevo Jefe de Gobierno y le otorga el decreto de disolución de las Cortes.
  2. El nuevo Gobierno convoca unas elecciones completamente amañadas. El Ministerio de Gobernación “fabricaba” los resultados mediante el encasillado, la asignación previa de escaños. Estas listas estaban formadas por miembros de la alta burguesía y la aristocracia, que constituían una oligarquía que monopolizaba los cargos político-administrativos y los escaños de las Cortes. De este modo controlaban todo el poder, ejerciéndolo en beneficio de las clases dominantes a las que representaban.
  3. Los Gobernadores Civiles de cada provincia eran informados por el ministro de Gobernación de los resultados que “debían salir” en sus provincias, siguiendo el “encasillado”.
  4. Los caciques, siguiendo las instrucciones del Gobernador Civil, eran los encargados de llevar a la práctica los resultados electorales acordados previamente. Entre los métodos utilizados por los caciques durante las elecciones están rebajas de impuestos, por ejemplo; o simplemente falsear las actas de resultado (“pucherazo”).

Cada partido se comprometía a esperar el turno para acceder al poder, por lo que no denunciaban las irregularidades cometidas por sus adversarios, ya que el sistema los beneficiaría posteriormente.

4. La oposición al sistema canovista

La Restauración no integró a las formaciones políticas no dinásticas. Las principales fuentes de oposición fueron:

a. Carlistas:

Derrotados militarmente y sin el respaldo del Vaticano, que había decidido apoyar a Alfonso XII, solo contaban con influencia en el País Vasco y Navarra y entre sectores católicos muy conservadores.

b. Los republicanos:

Presentaban 3 puntos básicos:

  • La defensa de la República como forma de Estado, oponiéndose así a la monarquía parlamentaria.
  • El apoyo a reformas sociales.
  • Una ideología que manifestaba un claro anticlericalismo.

El republicanismo perdió el apoyo de las clases medias, asustadas por los desórdenes de la I República. Tras la vuelta a la legalidad, gracias al gobierno liberal de Sagasta, que autorizó la libertad de asociación, se fragmentó en facciones:

  • Castelar fundó el partido posibilista.
  • Salmerón dirigió a los republicanos unitarios.
  • Pi y Margall lideró el federalismo.
  • Ruiz Zorrilla agrupó a los radicales en el partido Progresista.

Tras la aprobación del sufragio universal se reunificaron (salvo los posibilistas) en la Unión Republicana (1903), lo que permitió que por primera vez hubiera en las Cortes una importante minoría republicana.

c. El movimiento obrero: socialistas y anarquistas:

Los socialistas:

Fundaron en 1879 el PSOE, siguiendo las recomendaciones de la corriente marxista de la AIT. Defendía la abolición de clases, la socialización de la propiedad y la ocupación del poder político por la clase obrera. Su fundador fue Pablo Iglesias. Con la aprobación del sufragio universal masculino, el partido inició su actividad electoral. En 1888, el partido creó el sindicato UGT.

El anarquismo:

Que fue introducido en España por el bakunista Fanelli, tuvo un gran apoyo y seguimiento, especialmente entre los obreros industriales catalanes y los jornaleros andaluces y extremeños. A principios de la década de 1880, se produjeron en el campo gaditano robos, incendios y atentados contra los terratenientes; tales hechos son atribuidos a una sociedad secreta (“La Mano Negra”). Las fuerzas de seguridad lanzaron una gran represión contra los anarquistas, con detenciones, torturas… Los anarquistas llevaron a cabo el terrorismo revolucionario: contra el general Martínez Campos, en el Liceo de Barcelona, asesinando a Cánovas o contra la Iglesia. El momento clave de esta espiral fueron los procesos de Montjuïc de 1897, donde fueron condenados y ejecutados 5 anarquistas. Los anarquistas partidarios de la acción sindical y de masas, contrarios a la acción terrorista, crearon el sindicato CNT.

d. Los regionalismos y nacionalismos:

Fueron movimientos de oposición potenciados por las burguesías locales. El regionalismo pretende la defensa de la región mediante la autonomía administrativa. El nacionalismo sostiene que cada pueblo o nación tiene derecho a ejercer la soberanía sobre su territorio y, por tanto, le corresponde la formación de su propio Estado independiente.

  • El origen del nacionalismo catalán se remonta a las manifestaciones culturales ligadas al romanticismo (“Reinaxença”), que promovieron el uso de la lengua catalana y la recuperación de sus tradiciones culturales. La vertiente política del catalanismo se fue desarrollando hasta constituirse en movimiento político durante la Restauración, con la aparición de la Centre Català, fundado por Almirall. En 1891, Prat de la Riba fundó la Unió Catalanista; se elaboraron las Bases de Manresa, en las que se reivindica un poder autónomo y el restablecimiento de las instituciones tradicionales catalanas: Generalitat, Cortes… etc. En 1901, se crea la Lliga Regionalista, con Cambó como dirigente y Prat de la Riba como ideólogo.
  • El nacionalismo vasco surge como reacción contra la abolición de los fueros vascos tras la 3ª Guerra Carlista. De raíces rurales, entiende que la política del gobierno pone en peligro las señas históricas vascas y que el desarrollo industrial genera una afluencia masiva de inmigrantes que pone en peligro la identidad del País Vasco. En 1895 se funda el PNV, por Sabino Arana. Su teoría viene definida por la afirmación de superioridad de la raza vasca, la defensa de las costumbres, la lengua vasca, el catolicismo, el antiespañolismo y la proclamación de la independencia.
  • En Galicia, el regionalismo se inició con el Rexurdimento.
  • En Andalucía hubo un primer intento de regionalismo con Blas Infante.

5. La dinámica política. La acción de los gobiernos:

1. El reinado de Alfonso XII (1875-1885):

El partido conservador ocupó el poder durante la mayor parte del reinado de Alfonso XII. Cánovas llevó a cabo la pacificación militar y la redacción de la Constitución de 1876. Su Gobierno se caracterizó por la aprobación de medidas orientadas a intensificar el control del Estado y en centralizar administrativamente el país, como:

  • La abolición de los fueros vascos, debido al apoyo que prestaron estos a los carlistas y a la convicción de Cánovas de la necesidad de uniformar legalmente el país.
  • Se recortó la libertad de expresión (Ley de Imprenta de 1879).
  • Se recortó la libertad de cátedra; esto origina un conflicto que acaba con la fundación de la Institución Libre de Enseñanza.
  • Se reguló la elección de Municipios y Diputaciones.
  • Se estableció el sufragio censitario.

En 1881 subió al poder el Partido Liberal de Sagasta, con lo que se iniciaba el turnismo de los dos partidos dinásticos. Los liberales tomaron medidas para aumentar las libertades, pero se encontraron con la influencia de la Mano Negra en el campo andaluz y un intento de pronunciamiento republicano. El gobierno reaccionó con dureza, pero era demasiado tarde. El Rey encargó formar nuevo gobierno a Cánovas y los conservadores volvieron al poder.

2. La regencia de María Cristina de Habsburgo (1885-1902):

Tras la muerte de Alfonso XII, se creó una situación de riesgo para la continuidad del régimen. María Cristina, segunda esposa de Alfonso XII, asumió la regencia hasta la mayoría de edad de su hijo Alfonso XIII, con el apoyo de los partidos dinásticos. Estos firmaron el Pacto del Pardo, según el cual se comprometían a mantener la monarquía, a respetar los turnos políticos y a conservar las medidas legislativas aprobadas por los respectivos gobiernos. Los liberales, con Sagasta, gobernaron durante más tiempo y llevaron a cabo un programa de reformas:

  • Se aprobó la Ley de Asociación, decisiva para la expansión del movimiento obrero.
  • Se restablecieron los juicios por jurados.
  • Se aprobó el sufragio universal masculino.
  • Se promulgó un Código Civil.

Pero quedaban dos grandes problemas por resolver: el falseamiento de la voluntad popular a manos del caciquismo y las necesidades sociales de la clase obrera industrial y los jornaleros. La vuelta de los conservadores al poder supuso el retorno a una política económica proteccionista y el incremento de las medidas represivas (Ley Antiterrorista de 1894) contra los brotes de agitación social. A finales del siglo XIX, el sistema de la Restauración daba claros signos de debilidad que se agravaron con el asesinato de Cánovas y la crisis del 98, generada por la pérdida de Cuba, Filipinas y Puerto Rico, que mostró la necesidad de reformar el sistema para que este pudiera seguir subsistiendo.

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