Introducción: El Retorno de los Borbones
El 1 de enero de 1875, el general Martínez Campos se pronunciaba en Sagunto, concluyendo así la experiencia del Sexenio Democrático. Alfonso XII se convirtió en rey. Este pronunciamiento no fue del agrado del artífice del regreso de los Borbones, Cánovas del Castillo.
Cánovas preparó un sistema político que hiciera viable la estabilidad. La Gloriosa y la experiencia del Sexenio habían estado a punto de romper la idea de España. Por ello, Cánovas planteaba la reinstauración de un régimen oligárquico basado en un pacto entre las élites. En dicho pacto, la ley y el orden debían ser los ejes fundamentales que garantizaran la propiedad privada y la unidad nacional, ambas asentadas sobre siete supuestos:
- La monarquía
- La Iglesia
- El centralismo
- El ejército
- El respeto de los privilegios vasco-navarros
- El clientelismo
- El bipartidismo (regulado mediante el turno)
El Funcionamiento del Turno
En cuanto al turno, podemos establecer cuatro pasos a la hora de un cambio de gobierno:
- Un hecho determinado daba por concluida la legislatura.
- El jefe del Estado aceptaba la dimisión y llamaba al jefe del otro partido dinástico.
- Se convocaban elecciones.
- El nuevo jefe de Gobierno amañaba las elecciones. El ministro de la Gobernación preparaba el encasillado y hablaba con los gobernadores civiles para que salieran los resultados queridos.
Las elecciones siempre fueron ganadas por el partido que las convocaba porque seguía existiendo el caciquismo.
La Constitución de 1876
En ella se consagra el concepto de Constitución interna, se establece el catolicismo como religión oficial. El poder ejecutivo tenía la preeminencia y estaba representado por el rey y el Gobierno. Alfonso XIII no respetó esta máxima, con lo que contribuyó a aumentar la inestabilidad. El poder legislativo se dividía en dos cámaras: el Congreso y el Senado. El primero se encontraba, merced al control electoral, bajo el control del gobierno. El poder judicial quedó pendiente de la aprobación de leyes posteriores.
Principales Hechos Acaecidos durante la Restauración entre 1875 y 1891
Entre 1875 y 1881 gobernó el partido conservador de Cánovas, que se dedicó a acabar con los conflictos que habían lastrado el Sexenio. En 1876 se aprobó la Constitución, ese mismo año concluyó la Tercera Guerra Carlista. Por último, en 1878, mediante la Paz de Zanjón, concluía la guerra en Cuba. En 1881 se inició el turno con la aparición del partido liberal de Sagasta, que se dedicó a la aplicación de leyes autoritarias. Concluyó al cabo de año y medio. Cánovas y los conservadores regresaron al Gobierno.
En 1885, la muerte de Alfonso XII supuso una amenaza para el sistema. La regencia la asumió la reina María Cristina. Sin embargo, se llevaron a cabo dos turnos dinásticos y, con la aprobación del Código de Comercio en 1885 y el Código Civil de 1889, se cerraba la revolución liberal en España iniciada en 1810.
El Cambio de Siglo y la Crisis de 1898: Una Sociedad en Transición
Con el inicio de la década se iba a pasar de una sociedad agraria a una industrializada y de masas. La peculiaridad de España reside en la ausencia de un cambio en el régimen político. El régimen de la Restauración había sido la respuesta dada por la oligarquía a la crisis que había significado el Sexenio. Cánovas diseñó un sistema político oligárquico basado en el caciquismo.
Las transformaciones sociales y económicas de 1890, que se prolongaron hasta 1930, dieron lugar a proyectos alternativos a la oligarquía plasmados en el turno dinástico. La evolución de la vida española a lo largo del siglo XX estaría marcada por la incapacidad del régimen de la Restauración para adaptarse a los cambios.
España se convirtió en un país dual: por un lado, rural, y por otro, urbano. El régimen de la Restauración acabó desbordado por la aparición de proyectos alternativos. Además, se desarrollaron los nacionalismos periféricos y el socialismo.
El primer aldabonazo al régimen de la Restauración lo supuso el Desastre de 1898. Sin embargo, no transformó nada de las estructuras políticas.
Intentos de Reforma del Régimen desde Dentro: Maura y Canalejas
En 1902 murió Sagasta, el líder del partido liberal, y Alfonso de Borbón comenzaba a reinar como Alfonso XIII. Los dos partidos dinásticos se asomaban al nuevo siglo debilitados. Entre 1903 y 1912 hubo dos intentos reformadores por parte de Antonio Maura y José Canalejas.
Antonio Maura consiguió el control del partido conservador tras Silvela. Fue jefe de Gobierno entre 1903-1905 y entre 1907-1909. Su objetivo era crear un partido conservador de masas. Quiso acabar con el caciquismo. Ocho años después del desastre, la población rifeña de Marruecos no aceptó la situación, lo que mantuvo el protectorado español en estado de guerra. La tensión llegó a su punto más álgido con la derrota de 1909, que provocó la movilización por parte de Maura de 10.000 reservistas. La protesta originada ante el embarque provocó la llamada Semana Trágica. La dureza de la represión del Gobierno provocó una respuesta republicano-socialista que provocó la caída de Maura.
Pasemos ahora a la labor de Gobierno de Canalejas al frente de los liberales entre 1910 y 1912. Al igual que Maura, buscó formar un partido de masas, pero Canalejas desarrolló una política social más ambiciosa. La labor de Gobierno de José Canalejas llegó a su fin en 1912 tras el atentado que acabó con su vida. Con su muerte se cerraba la última posibilidad del turno dinástico de reformar el régimen desde dentro.
La Crisis de 1917 y la Descomposición del Régimen
El estallido de la Primera Guerra Mundial, ante la que el Gobierno conservador de Dato se declaró neutral, permitió a las empresas españolas ocupar mercados antes copados por otros países. Entra mucha riqueza en España (que se quedó en pocas manos). Esto provoca un aumento de la inflación. El resultado fue que los asalariados en España perdieron poder adquisitivo de una forma espectacular.
Este desajuste estalló en 1917 en una crisis general que tuvo tres focos principales de protesta:
- La huelga general revolucionaria
- La convocatoria de la Asamblea de Parlamentarios
- Las Juntas Militares de Defensa
Los oficiales «peninsulares» comenzaron a unirse en una especie de sindicatos ilegales. El Gobierno tuvo que dimitir, y el nuevo gabinete, dirigido por Dato, reconoció a las Juntas como órgano representativo de los militares.