Las bases del sistema de la Restauración
Antonio Cánovas del Castillo fue el artífice del sistema de la Restauración. El resultado fue un pensamiento cuyas notas eran:
- El pragmatismo en política, alejado de posturas firmes.
- La defensa de la constitución histórica, de sus costumbres y de su historia. La constitución escrita tenía que respetar los fundamentos de esa constitución histórica.
- La soberanía compartida rey-Cortes frente a la soberanía nacional.
- Pesimismo, basado en el estudio de la historia de la década española.
El ejército, a cuyo mando supremo estaba el rey, debía quedar al margen de la política, a pesar de su influencia en decisiones y conflictos. El objetivo era dejar en manos de los partidos todo el proceso político.
El sistema electoral se basaba en un fraude permanente a través del cual se favorecía a los grupos dominantes. Los electores eran simples marionetas que manejaban el rey, el gobierno y los caciques.
La Constitución de 1876
Ha sido la que más ha durado de todas las constituciones españolas, hasta 1923, cuando el general Primo de Rivera instauró la dictadura y la dejó en suspenso. Su nota más destacada fue la estabilidad. Se trata de un texto breve, con solo 89 artículos, que surgió como un punto intermedio entre las constituciones de 1845 y 1869. Fue elaborada por expertos y convocada por Cánovas. Fue aprobada por las Cortes en 1876 mediante sufragio universal. La forma en que se elaboró mostraba el espíritu de partida: el pacto. Los rasgos esenciales fueron:
- La soberanía compartida rey-Cortes.
- El derecho de sufragio se dejaba pendiente al no precisar el sistema de votación. Dos leyes electorales definirían este derecho, la que retomó el sufragio censitario y la que recuperó el sufragio universal.
- La cuestión religiosa dio lugar a un intenso debate. Se declaraba al estado confesional y se le encomendaba el mantenimiento del culto, pero se introducía la libertad religiosa.
La monarquía, centro del sistema
Para los redactores de la Constitución y para el mismo Cánovas, la monarquía no solo era una forma de gobierno, sino la médula esencial del Estado español.
La monarquía cumplía un triple papel en este sistema político:
- Era expresión de la continuidad histórica.
- Era la garantía del orden social emanado de la revolución liberal, de cuyo legado se había hecho dueña la burguesía.
- El monarca era la piedra angular del sistema. Había recibido una educación militar y era la cabeza del ejército. La corona era la institución que regulaba los tres poderes.
Los mecanismos del sistema político
El sistema de partidos
Cánovas acabó imponiendo un sistema bipartidista, similar al británico, dominado por los partidos Conservador y Liberal. Los dos grandes partidos tenían una considerable indefinición ideológica. El partido de Cánovas era más conservador y el partido de Sagasta era más liberal.
Los republicanos radicales de Ruiz Zorrilla y los federales de Pi y Margall muestran la fragmentación del republicanismo. A la derecha se situaba el carlismo, también dividido tras la derrota de 1876. Al margen del sistema estaban los movimientos de base obrerista, tanto socialistas como anarquistas.
El turnismo
Fue otro de los elementos fundamentales de la Restauración. La cesión del rey a esta petición instauró el precedente del relevo pacífico en el poder, y alejó el riesgo de pronunciamientos y motines, entonces los progresistas solo tenían la vía del levantamiento para alcanzar el poder. Se instauró un acuerdo entre los dos partidos que se turnarían en el poder mediante la manipulación del sistema electoral.
El proceso del turnismo se basaba en:
- El rey llamaba a gobernar a uno de los partidos.
- Después, cuando pasaba un tiempo, se volvía a cambiar de partido. El primer paso era contar con el apoyo de la Corona.
- Se hacía preciso que el nuevo gobierno contara con el respaldo de las Cortes, para ello el rey disolvía las Cortes y se convocaban nuevas elecciones.
El turnismo tuvo lugar en la etapa de María Cristina, tras el gobierno liberal y el llamado Pacto de El Pardo que estableció el acuerdo entre Cánovas y Sagasta.
El desastre del 98
La pérdida de las colonias
Se produjo la insurrección nacionalista que dio lugar a la última guerra cubana en 1898, que produjo la intervención de Estados Unidos.
La guerra hispano-cubana tuvo cuatro fases:
- El inicio de la sublevación en febrero de 1895 y la muerte del líder de la independencia, José Martí.
- Fue el momento de mayor avance de las tropas sublevadas, desde el este hacia el oeste de la isla, avance que en general Martínez Campos se vio incapaz de frenar.
- El general Weyler sustituyó a Martínez Campos con la misión de llevar la guerra hasta el final, aunque sin éxito. En esta época se intensificó la interferencia de Estados Unidos en el conflicto.
- Con el general Blanco al frente y en un ambiente hostil de la prensa y opinión pública, desembocó en la intervención directa de Estados Unidos.
El desastre de Annual
Fue en Marruecos, en el verano de 1921, donde se produjo la crisis más grave. Durante la Primera Guerra Mundial se habían interrumpido las operaciones coloniales en Marruecos y la zona de protectorado español se mantuvo tranquila gracias a los pactos con los jefes indígenas. Pero al terminar la guerra, Francia reanudó con ímpetu su política colonial, amenazando con reducir la presencia española en la zona. España decidió completar la ocupación efectiva del territorio. El nuevo alto comisario, el general Dámaso Berenguer, inició la ocupación del sector occidental y ordenó al general Silvestre detener la ofensiva del caudillo indígena Abd el-Krim. En cambio, Silvestre fue impaciente y reanudó su avance militar con el objetivo de ocupar la bahía de Alhucemas. Abd el-Krim encabezó una rebelión generalizada de los rifeños y organizó el cerco a las tropas españolas en Annual. Silvestre dio la orden de retirada y se formó el caos. Murieron más de 10.000 hombres, entre ellos el general Silvestre. La llegada de refuerzos de las tropas de élite de la Legión al mando de Berenguer salvó la ciudad de Melilla y poco después recuperó todo el territorio perdido.