La Restauración y las Revoluciones Liberales del Siglo XIX

La Restauración (1815-1830)

El término Restauración hace alusión al período comprendido entre la definitiva caída de Napoleón (1815) y el inicio del proceso revolucionario de 1830. La Restauración es el intento por parte de las potencias vencedoras de Napoleón de retornar a la situación política y territorial anterior a la Revolución Francesa. Ello suponía reinstaurar el Antiguo Régimen donde hubiera sido reemplazado por regímenes liberales. Por otra parte, implicaba reconstruir el mapa europeo, muy modificado por los efectos de las guerras napoleónicas.

El Antiguo Régimen se restauró en la monarquía absoluta, pero no en la sociedad estamental, porque las transformaciones económicas y de mentalidad del siglo pasado son irreversibles. El resultado es la lucha a muerte entre la vieja aristocracia y la nueva burguesía, que dará lugar después de la Restauración a las revoluciones liberales del 20, 30 y 48 que acabarán con el espíritu de la Restauración y se impondrá el triunfo de la burguesía y sus ideas liberales heredadas de la Revolución Francesa.

Ideología

  • Tradicionalismo: actitud basada en la exaltación de la autoridad, el orden, la jerarquía y la religión católica.
  • Crítica a la filosofía de la Ilustración: al que veían como origen del liberalismo y base de los males revolucionarios.

Enemigos

  • Liberalismo
  • Nacionalismo

Bases Sociales

  • Aristocracia
  • Clero
  • Ciertos sectores de la alta burguesía (vuelve parte de la nobleza desterrada, que mantenía relaciones con la burguesía enriquecida).
  • Iglesia
  • Policía

Congreso de Viena (1814-1815)

Tras la caída de Napoleón, los dirigentes europeos se reúnen para definir el nuevo mapa europeo. En él participaron las principales potencias, representadas por sus respectivos embajadores: Austria (Metternich), Gran Bretaña (Castlereagh), Rusia (Zar Alejandro I), Prusia (Humbolt) y Francia (Talleyrand). España intervino superficialmente como potencia de segundo orden.

Principios Fundamentales

  • La idea de legitimidad: que reafirmaba el origen divino del poder de los reyes (frente a la idea de soberanía nacional). En virtud de este principio Talleyrand logró reponer en Francia a los Borbones en la figura de Luis XVIII de Borbón. Éste sería considerado un monarca revestido de lícita autoridad frente a los que habían alcanzado el poder por el uso de la fuerza.
  • La solidaridad entre los estados: lo que implicaba la cooperación mutua a través de una política común capaz de neutralizar los potenciales movimientos revolucionarios.
  • La búsqueda de un equilibrio entre las cuatro grandes potencias vencedoras: (Gran Bretaña, Austria, Prusia y Rusia).

Características

  1. Configuración de un nuevo mapa europeo: con la reordenación de las fronteras, que habían sido alteradas por las conquistas napoleónicas, surgirán estados artificiales en los que no se tuvo en cuenta a sus gentes, su cultura, su lengua… Esto provocó problemas nacionalistas:
    • Holanda, Bélgica y Luxemburgo formaron el Reino de los Países Bajos.
    • Suecia se incorporó Noruega y parte de la actual Finlandia.
    • En Alemania se creó una Confederación Germánica de 41 estados, siendo Austria y Prusia los poderes dominantes en esta nueva organización germana.
    • Austria incorpora parte de Polonia y recibe el Reino de Lombardía-Venecia.
    • Prusia incorpora la Renania y parte de Sajonia.
    • Rusia obtuvo el control de gran parte de Polonia y la anexión de Finlandia.
    • Italia dividida en varios estados.
    • Gran Bretaña, sin ambiciones territoriales concentró sus esfuerzos en conseguir el dominio marítimo.
    • Francia, tras el «Imperio de los Cien Días» y el definitivo destierro de Napoleón en Santa Elena, fue rodeada de «estados-tapón» con el objeto de evitar el posible renacimiento.
    Austria, Prusia, Rusia y Gran Bretaña fueron las naciones más beneficiadas por el Congreso de Viena.
  2. El liberalismo político y los nacionalismos se exacerbaron.
  3. Formaron por medio de una alianza político-religiosa (Santa Alianza) la vuelta al Antiguo Régimen y la mutua defensa de los países firmantes.

Política Internacional (S. Metternich)

a) La Santa Alianza

Fieles al principio de solidaridad entre reyes, los monarcas ruso, austríaco y prusiano, que se consideraban a sí mismos reyes por la «gracia de Dios», firmaron el pacto de la Santa Alianza, coalición que perseguía un objetivo doctrinal: mantenimiento del absolutismo y la defensa frente a la amenaza liberal. Gran Bretaña entró. Esta organización defendía el derecho de intervención, tuvo lugar en España en 1823, envió a los Cien Mil Hijos de San Luis para acabar con el régimen constitucional y devolver el poder absoluto de Fernando VII.

b) Cuádruple Alianza (1815)

Es la base de las relaciones internacionales europeas hasta 1830. La firmaron las cuatro potencias vencedoras de Napoleón: Austria, Rusia, Prusia y Gran Bretaña. Francia se incorporó en 1818 (Quíntuple Alianza). Una serie de congresos revisan la situación internacional de forma periódica.

Principios
  • Mantener incluso por la fuerza los compromisos del Congreso de Viena.
  • Controlar la ideología liberal.
  • Principio de intervención militar. Se convierte en el brazo armado de la Restauración, una policía internacional.

Liberalismo y Nacionalismo. Las Revoluciones Liberales

En esta época se produce la reacción de la nueva burguesía frente a la Europa de la Restauración.

El Liberalismo

El liberalismo, que pervivía en sociedades secretas, no se resistía a renunciar a los logros de la Revolución Francesa. Además, la industrialización se extiende, reforzando el papel protagonista de la burguesía, y por tanto, sus aspiraciones políticas. En esta época el liberalismo se dividió en doctrinario y democrático. Esta división se produjo porque en la nueva sociedad de clases los grupos antagónicos son la burguesía y las clases populares. Ambos quieren el régimen liberal, pero reivindican cosas distintas.

  • Liberalismo doctrinario: lo defiende la alta burguesía, piden el sufragio censitario, la soberanía nacional, la igualdad jurídica pero no social, son monárquicos constitucionales.
  • Liberalismo democrático: pide el sufragio universal, la soberanía popular, la libertad de prensa, la justicia social. Son movimientos republicanos.

El Nacionalismo

Ideología que atribuye entidad propia y diferenciada a un territorio y a sus ciudadanos. En ella se sustentan aspiraciones políticas de carácter muy diverso. Varios son los tipos de nacionalismo, pero atendiendo a su carácter unificador o disgregador, destacan dos:

  • Centrípeto: se mueve hacia el centro o atrae hacia él. Se produjo cuando diversos territorios que están disgregados en entidades estatales diferentes tratan de unirse en una sola. Los ejemplos más claros de este tipo de nacionalismo están representados por los casos alemán e italiano.
  • Centrífugo: que se aleja del centro o tiende a alejarse de él. Constituye una fuerza que pretende separar distintos componentes territoriales de un estado, atendiendo a razones lingüísticas, de raza, culturales, históricas, etc. Un ejemplo de este tipo de proceso es el acontecido en los imperios turco y austríaco a lo largo del siglo XIX.

Las Revoluciones de 1848

Se inició al igual que la de 1830 en Francia y se extendió por gran parte de Europa. Es conocida con el nombre de «Primavera de los Pueblos». Buscan aplicar el liberalismo democrático. Destaca el protagonismo de las clases populares, que junto a las reivindicaciones de los burgueses partidarios del liberalismo democrático, los obreros se hicieron notar para pedir reivindicaciones de tipo laboral y social.

Causas

  • La crisis económica desatada en Francia en 1847 como consecuencia de una serie de malas cosechas, en especial la de la patata, alimento básico para las clases populares. La crisis agraria influyó en los sectores industrial y financiero, llevando al paro a muchos obreros.
  • La negación de derechos y libertades de importantes sectores de la sociedad francesa. La monarquía de Luis Felipe de Orleans sólo satisfacía los intereses de la alta burguesía, tanto como la pequeña burguesía como el proletariado quedaban política y económicamente desatendidos.

Francia

En febrero la insurrección, protagonizada por sectores pequeño-burgueses, obreros y estudiantes, forzó la abdicación de Luis Felipe y la proclamación de la II República bajo el régimen de acusado matiz social que implementó las siguientes medidas: sufragio universal masculino, libertad de prensa, libertad de asociación y derecho al trabajo. El gobierno provisional contó por primera vez con miembros socialistas que implantó la jornada laboral de 10 horas. Con el fin de mitigar el paro obrero, fueron creados los talleres nacionales, impulsados desde el estado, si bien constituyeron un fracaso y fueron clausurados tras pocos meses de funcionamiento. En junio la revolución se radicalizó y la pequeña burguesía que había estado del lado de las clases obreras se alió con la alta burguesía. La lucha contra el absolutismo se transformó en una lucha interclasista entre burgueses y obreros que se saldó con una fuerte represión. La aprobación de la constitución fue nombrado presidente de la república Luis Napoleón Bonaparte, sobrino de Napoleón, quien en 1852 se proclamó emperador Napoleón III, mayor parte de las reivindicaciones revolucionarias e inaugurando el II Imperio francés.

El Resto de Europa

  • Imperio Austríaco: se produjo la caída y huida de Metternich y el emperador Fernando I hubo de aceptar la formación de una asamblea constituyente. Las reivindicaciones nacionalistas se unieron a las liberales, especialmente en Hungría y Chequia, que lograron cierta autonomía dentro del imperio.
  • Alemania: la revolución también tuvo un marcado signo nacionalista. Federico Guillermo IV de Prusia hubo de aceptar una constitución de base censitaria.
  • Italia: la revuelta estuvo cargada de significado nacionalista y sirvió -pese a su fracaso- de punto de partida en el proceso de unificación. En Nápoles se implantó una monarquía constitucional que sustituyó al absolutismo; en los Estados Pontificios la sublevación hizo huir al Papa y se constituyó una república; el Reino de Lombardía-Véneto se sublevó contra los austriacos y en el Reino del Piamonte se creó una monarquía constitucional que se convirtió en el motor de la unidad italiana.

Balance de las Revoluciones de 1848

Aunque las revoluciones de 1848 fracasaron, su experiencia influyó poderosamente en las ideologías obreras del siglo XIX.

Socialmente

Los distintos grupos que se unieron en los inicios de la revolución se alejaron luego al defender distintos objetivos:

  • Pequeña burguesía, temerosa de una revolución social, abandonó su alianza con el proletariado y se unió a la burguesía, aunque a lo largo del siglo XIX las diferencias entre ambas fueron bien patentes y se manifestaron en las luchas políticas entre moderados y radicales.
  • El proletariado comenzó a adquirir conciencia de clase y, si bien, actuó desorganizadamente, constituyó como un movimiento autónomo desgajado de los intereses burgueses.

Políticamente

A pesar de este aparente fracaso, los hechos acontecidos en 1848 supusieron el inicio de una progresiva democratización (sufragio universal masculino), se fortaleció el nacionalismo en los territorios italianos y alemanes (tuvo importantes consecuencias para el futuro) y se produjo la incorporación de la clase obrera a la lucha política.

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