Introducción: El Agotamiento del Moderantismo
A la revolución de 1868 se llegó por el agotamiento y la impopularidad del moderantismo y de la monarquía de Isabel II, así como por la crisis económica del capitalismo español. Esta situación hizo que los intereses de las fuerzas políticas, sociales y económicas marginadas del sistema moderado se inclinaran por un programa de renovación democrática y de recuperación económica.
Las prácticas dictatoriales de Narváez y González Bravo en los últimos gobiernos moderados extendieron la impopularidad del régimen y de la reina Isabel II, que siempre les había apoyado. La crisis económica iniciada en 1866 acrecentó el descontento de la población. Finalmente, la muerte de Narváez en la primavera de 1868 descabezó al partido que había detentado durante tantos años el poder en España.
1. La Oposición al Moderantismo
1.1 Las Fuerzas Políticas: Progresistas, Demócratas y Unionistas
La muerte de O’Donnell en 1867 propició el acercamiento de la Unión Liberal, ahora encabezada por el general Serrano, a los progresistas con el propósito cada vez más definido de poner fin al reinado de Isabel de Borbón. Los progresistas, dirigidos por el general Prim, y los demócratas, partidarios del sufragio universal, habían firmado en 1866 el llamado Pacto de Ostende por el que se comprometían en el objetivo de derrocar a Isabel II.
1.2 El Pacto de Ostende (1866)
Una gran parte de la población tenía motivos para alzarse contra el sistema isabelino. Los grandes negociantes reclamaban un gobierno que tomase medidas para salvar sus inversiones en bolsa; los industriales reclamaban medidas proteccionistas; los obreros y campesinos denunciaban su miseria y demandaban una acción gubernamental. En 1866 el capitán O’Donnell reprimió duramente una revuelta de los sargentos del cuartel de San Gil, que pedían reformas del sistema político. O’Donnell fue apartado del gobierno, pero los siguientes gabinetes moderados (Narváez o González Bravo) continuaron gobernando por decreto, cerraron las Cortes y no hicieron caso a los problemas del país.
Ante esta situación, en agosto de 1866, la oposición estableció una plataforma para acabar con el moderantismo. Se trata del pacto de Ostende, firmado en dicha ciudad por progresistas y demócratas exiliados, en el que se establecían las mínimas bases para una acción revolucionaria. Era un pacto antiisabelino y la forma de gobierno, monarquía o república, la decidirían unas Cortes constituyentes elegidas por sufragio universal. Los demócratas imponían el principio de Sufragio Universal, pero cedían la implantación de un régimen republicano a una posterior decisión de las Cortes. Los progresistas (Prim) aceptaban las condiciones con tal de acabar con el dominio de los moderados.
Al pacto se adhirieron los unionistas (noviembre 1867), tras la muerte de O’Donnell, este hecho fue fundamental para el triunfo de la revolución. Los unionistas (Serrano) aportaron buena parte de la cúspide del ejército y privaron a Isabel II del apoyo de gran parte de los militares.
2. La “Gloriosa”
2.1 Causas y Desencadenantes de la Revolución
– Crisis financiera internacional y crisis industrial:
La crisis financiera se originó porque las inversiones ferroviarias no eran rentables. La explotación de las líneas evidenció que los ferrocarriles españoles producían unos rendimientos muy escasos, por ello su valor en bolsa cayó estrepitosamente. Otra consecuencia de esta situación fue la caída de las cotizaciones de la deuda Pública y de otras entidades financieras.
La crisis financiera coincidió con la industrial, sobre todo en Cataluña. La guerra de Secesión de EE.UU. (1861-1865) hizo que se interrumpieran las exportaciones de algodón en rama y los precios de este producto, debido a su escasez, se dispararon al alza de forma espectacular. Muchas pequeñas industrias del sector algodonero no pudieron afrontar el alza de precios en un momento de grave contracción de la demanda de productos textiles como consecuencia de la crisis económica general y por el aumento de los precios agrarios provocados por la crisis de subsistencias de los años 1866-1868. Algunas industrias cerraron sus puertas y el paro aumentó y el nivel de vida de las clases trabajadoras descendió aún más.
– Crisis de subsistencias:
Se inició hacia 1866, provocada por una serie de malas cosechas que encarecieron el trigo, alimento básico de la sociedad española. Los precios de este producto empezaron a subir y entre 1866 y 1868, el precio del trigo aumentó en Madrid un 100%.
– Descontento popular:
Una gran parte de la población tenía motivos para alzarse contra el sistema isabelino. Los grandes negociantes reclamaban un gobierno que tomase medidas para salvar sus inversiones en bolsa; los industriales reclamaban medidas proteccionistas; los obreros y campesinos denunciaban su miseria y demandaban una acción gubernamental. En 1866 el capitán O’Donnell reprimió duramente una revuelta de los sargentos del cuartel de San Gil, que pedían reformas del sistema político. O’Donnell fue apartado del gobierno, pero los siguientes gabinetes moderados (Narváez o González Bravo) continuaron gobernando por decreto, cerraron las Cortes y no hicieron caso a los problemas del país.
2.2 La “Gloriosa” Revolución de 1868
Finalmente, la sublevación estalló en septiembre de 1868. Iniciada por el unionista almirante Topete en Cádiz, al grito de “Viva España con honra” contra el gobierno de Isabel II. En muchas ciudades españolas se constituyeron Juntas Revolucionarias que organizaron la rebelión y lanzaron llamamientos al pueblo. Al pronunciamiento militar se le unieron rápidamente sublevaciones populares en diversas zonas del país. Isabel II huyó a Francia (1868) después de que las escasas tropas fieles al gobierno fueron derrotadas en Alcolea. La que los progresistas vinieron a denominar «Revolución Gloriosa» había triunfado con gran facilidad en el país.
Durante las primeras semanas el poder estaba en las Juntas revolucionarias y en el movimiento popular, que consolidaron el pronunciamiento, transformando un golpe militar en una revolución que acabó con el moderantismo y destronó a los Borbones. Pero en la revolución de 1868 existían diversas revoluciones y la que se iba a imponer era la del General Prim (progresista) o Serrano (unionistas), cuyo objetivo esencial era derrocar al gobierno y ya se había conseguido.
Los firmantes del tratado de Ostende tomaron la dirección del movimiento, constituyeron un gobierno provisional, ordenaron disolver la juntas y desarmaron a la Milicia Nacional que les había dado el apoyo.
3. El Gobierno Provisional (1868-1870)
Inmediatamente se estableció un gobierno presidido por Serrano, con el general Prim en el ministerio de Guerra. Unionistas, progresistas y demócratas conformaban el gabinete. El nuevo gobierno convocó elecciones a Cortes Constituyentes por sufragio universal. Los progresistas vencieron en unos comicios bastante limpios para lo normal en la época y marcaron con su ideología la nueva constitución que se aprobó al año siguiente.
Serrano y Prim pusieron en marcha un programa de reformas, reconocieron la libertad de imprenta, el derecho de reunión y asociación y el Sufragio Universal, se aprobó la reforma de la enseñanza, la democratización de los ayuntamientos y Diputaciones y la emancipación de los hijos de los esclavos en las colonias. Se convocaron elecciones a Cortes constituyentes, celebradas por sufragio universal masculino (varones mayores de 25 años) dieron la victoria a la coalición gubernamental (Unionistas, progresistas y demócratas) y crearon tres minorías dentro de las Cortes: los carlistas, los moderados y los republicanos.
3.1 La Constitución Democrática de 1869
La más radicalmente liberal de las constituciones del siglo XIX, así, se habla de constitución “democrática” de 1869.
Estas son sus principales características:
- Soberanía nacional
- Sufragio universal directo para los varones mayores de veinticinco años.
- Monarquía democrática, con una serie limitación de los poderes del rey
- Poder ejecutivo en manos del Consejo de Ministros
- Poder legislativo en unas Cortes bicamerales. Ambas cámaras, Congreso y Senado, son elegidas por el cuerpo electoral
- Poder judicial reservado a los Tribunales.
- Amplia declaración de derechos, reconociéndose por primera vez los derechos de reunión y asociación.
- Libertad de cultos religiosos.
3.2 Las Reformas Económicas
Se pretendía establecer una legislación que facilitara la implantación del capitalismo y que protegiera los intereses económicos de los burgueses, ligados al capitalismo europeo.
Características de la política económica: defensa del librecambismo y apertura del mercado español a la entrada de capital extranjero. Se quería favorecer la competencia y la libre iniciativa y transformar y rentabilizar las estructuras comerciales e industriales del país.
Se fijó la peseta como unidad monetaria para unificar el sistema monetario. Pero el mayor problema fue la caótica situación de la Hacienda con una elevada Deuda Pública, no tenían recursos para hacer frente a la acción del gobierno. La necesidad de sanear la Hacienda forzó a utilizar parte del patrimonio minero, mediante venta o concesión, para conseguir recursos.
La última gran acción sobre economía fue la liberalización de los intercambios exteriores, aprobada en julio de 1869 mediante la Ley de Bases Arancelarias (Arancel Figuerola), que acaba con toda una tradición proteccionista de la economía española del siglo XIX.
4. La Monarquía Constitucional de Amadeo de Saboya (1870-1873)
4.1 La Elección de Amadeo I
Tras aprobarse la constitución en la que se establecía la monarquía como forma de gobierno, el general Serrano fue nombrado Regente y Prim pasó a presidir un nuevo gobierno. Desechada la opción de los Borbones, se inició la búsqueda de un candidato adecuado a la Corona entre las familias reales europeas. Finalmente las Cortes eligieron como nuevo rey a Amadeo de Saboya (1845 – 1890), hijo del Víctor Manuel II, rey de la recién unificada Italia, y perteneciente a una dinastía con fama de liberal.
Se convirtió en rey por votación en las Cortes en noviembre de 1870. El 2 de enero de 1871 es proclamado rey de España.
El mismo día de la llegada de Amadeo a España fue asesinado el general Prim. El general progresista era el principal apoyo del nuevo rey. Su ausencia debilitó grandemente la posición del nuevo monarca. El asesinato del general Prim, primero, la falta de apoyo de la nobleza y el clero, la oposición republicana y la escisión del partido progresista (único apoyo con el que contaba) después, debilitó su posición. Presentó su dimisión ante las Cortes en febrero de 1873.
4.2 La Oposición a la Nueva Monarquía
- Los sectores conservadores: borbónicos e Iglesia: Desde un punto de vista político, Amadeo I contó desde el principio con la oposición de los moderados, fieles a los Borbones. Empezaron a perfilar un partido alfonsino, defensor de una restauración Borbónica en la persona del hijo de la Reina, Alfonso, ya que consideraban que la monarquía borbónica era una garantía de orden y estabilidad social. Esta opción contó con el apoyo de la Iglesia.
La élite del dinero, neutral al principio, fue desconfiando de Amadeo de Saboya pues sustentaba un régimen que atentaba a sus intereses: abolición de la esclavitud en Cuba, regulación del trabajo infantil,…
– Los Republicanos y las organizaciones obreras: la oposición republicana y la escisión del partido progresista (único apoyo con el que contaba) después, debilitó su posición. Estos grupos protagonizaron levantamientos y protestas ya que estaban en contra del cambio en el sistema social y dieron inestabilidad al régimen.
4.3 Los Problemas del Reinado
- Las insurrecciones: Cuba, carlistas y federalistas
En 1868 se había iniciado en Cuba, con el ”grito de Yara”, la Guerra de los diez años, animada por los hacendados criollos cubanos contó con el apoyo popular al prometer el fin de la esclavitud en la isla. Aunque el gobierno intentó sacar adelante un proyecto de abolición de la esclavitud y la concesión de reformas políticas, la negativa de los sectores económicos españoles con interese en Cuba frustró la solución pacífica al conflicto y convirtió la guerra en un grave problema para el gobierno.
En 1872 se produjeron insurrecciones de carácter federalista en las que estaba la acción de los republicanos más la influencia de las ideas internacionalistas, de carácter anarquista, que fueron rápidamente reprimidas, pero que hicieron aumentar la inestabilidad del régimen.
Los sectores carlistas partidarios de la vía insurreccional se volvieron a alzar en armas en 1872, animados por sentar en el trono a su candidato Carlos VII. La rebelión se inició en el País Vasco y se extendió a Navarra y a zonas de Cataluña, y aunque no fue un verdadero peligro sí que fue un foco de problemas e inestabilidad.
- La inestabilidad gubernamental
- El elemento fundamental de la crisis final del reinado de Amadeo de Saboya fue la desintegración de la coalición gubernamental (unionistas, progresistas y demócratas) que dejó al monarca sin el apoyo necesario para hacer frente a los graves problemas del país. Se sucedieron en dos años seis gobiernos y hubo que convocar elecciones tres veces, mientras la oposición (1872) se abstenía como forma de presión política. Privado de este apoyo, el 13 de febrero de 1873 Amadeo de Saboya presentaba su renuncia al trono.
Amadeo se encontró inmediatamente con un amplio frente de rechazo. Aquí estaban grupos variopintos y enfrentados: los carlistas, todavía activos en el País Vasco y Navarra; los «alfonsinos», partidarios de la vuelta de los Borbones en la figura de Alfonso, hijo de Isabel II; y, finalmente, los republicanos, grupo procedente del Partido Demócrata que reclamaba reformas más radicales en lo político, económico y social y se destacaba por un fuerte anticlericalismo. Mientras la alianza formada por unionistas, progresistas y demócratas, que había aprobado la constitución y llevado a Amadeo al trono, comenzó rápidamente a resquebrajarse. Los dos años que duró su reinado se caracterizaron por una enorme inestabilidad política, con disensiones cada vez más acusadas entre los partidos que habían apoyado la revolución.
Impotente y harto ante la situación, Amadeo I abdicó a principios de 1873 y regresó a Italia.
Sin otra alternativa, era impensable iniciar una nueva búsqueda de un rey entre las dinastías europeas, las Cortes proclamaron la República el 11 de febrero de 1873.
5. La Primera República (1873-1874)
5.1 La Proclamación de la República:
Tras el fracaso del reinado de Amadeo de Saboya, las Cortes, el Congreso y el Senado, reunidos en Asamblea Nacional, proclamaron la I República española. La instauración de la República en 1873 fue el fruto del compromiso de los diputados y senadores radicales y republicanos para llenar el vacío de poder dejado por la monarquía y salvar el ideario democrático de la revolución de 1868.
Las Cortes eligieron como presidente al republicano federal Estanislao Figueras, que formó un gobierno con republicanos y radicales. Los radicales sólo estaban dispuestos a aceptar una república unitaria y los dirigentes republicanos renunciaron a la proclamación inmediata de la República federal, aceptando que la decisión de una república unitaria o federal debía de adoptarla unas Cortes Constituyentes. El principal empeño de Figueras fue mantener el orden, pero la desilusión de los federalistas se manifestó en el intento de proclamar el Estado Catalán dentro de la República Federal Española y en Andalucía se sucedieron incidentes contra los propietarios de tierras. Las medidas del gobierno fueron insuficientes para estabilizar la situación. La abolición de la esclavitud en Puerto Rico, la supresión de las quintas y la creación de un cuerpo de Voluntarios de la República no contaron con el beneplácito de los sectores más conservadores. Los radicales llegaron a protagonizar dos golpes de Estado, en febrero y abril, que fracasaron, por lo que decidieron abandonar el gobierno.
La República fue proclamada por unas Cortes en las que no había una mayoría de republicanos. Las ideas republicanas tenían escaso apoyo social y contaban con la oposición de los grupos sociales e instituciones más poderosos del país. La alta burguesía y los terratenientes, los altos mandos del ejército, la jerarquía eclesiástica eran contrarios al nuevo régimen.
Los escasos republicanos pertenecían a las clases medias urbanas, mientras las clases trabajadores optaron por dar su apoyo al incipiente movimiento obrero anarquista. La debilidad del régimen republicano provocó una enorme inestabilidad política. Cuatro presidentes de la República se sucedieron en el breve lapso de un año: Figueras, Pi y Margall, Salmerón y Castelar.
5.2 La República Federal:
Las Cortes Constituyentes reunidas en junio de 1873 proclamaron la República federal. Se nombró un nuevo gobierno presidido por Pi y Margall. Una comisión de las Cortes se encargó de redactar un proyecto de Constitución, que contemplaba la separación total de la Iglesia y el Estado y el matrimonio civil. El legislativo estaba formado por el Congreso y el Senado y para acabar con la centralización recogía una estructura federal integrada por 17 Estados e incluía a Cuba y Puerto Rico como Estados dentro de la nación española.
En este contexto de inestabilidad, los gobiernos republicanos emprendieron una serie de reformas bastante radicales que, en algunos casos, se volvieron contra el propio régimen republicano. Estas fueron las principales medidas adoptadas:
- Supresión impuesto de consumos. La abolición de este impuesto indirecto, reclamada por las clases más populares, agravó el déficit de Hacienda.
- Eliminación de las quintas. De nuevo una medida popular propició el debilitamiento del estado republicano frente a la insurrección carlista.
- Reducción edad de voto a los 21 años
- Separación de la Iglesia y el Estado. Este dejó de subvencionar a la Iglesia.
- Reglamentación del trabajo infantil. Prohibición de emplear a niños de menos de diez años en fábricas y minas.
- Abolición de la esclavitud en Cuba y Puerto Rico.
- Proyecto constitucional para instaurar una República federal.
- Este programa reformista se intentó llevar a cabo en un contexto totalmente adverso. Los gobiernos republicanos tuvieron que hacer frente a un triple desafío bélico:
- La nueva guerra civil carlista. Carlos VII, nieto de Carlos María Isidro, encabezó una nueva insurrección carlista en el País Vasco y Navarra. Aprovechando el caos general, los carlistas llegaron a establecer un gobierno en Estella, Navarra.
- Las sublevaciones cantonales.
- La guerra de Cuba: En 1868 se inició en isla caribeña una insurrección anticolonial que derivó en lo que los cubanos denominan la “Guerra Larga”. Tuvieron que pasar diez años hasta que las autoridades españolas consiguieron pacificar la isla con la firma de la Paz de Zanjón en 1878.
- Las conspiraciones militares alfonsinas. Entre los mandos del ejército se fue imponiendo la idea de la vuelta de los Borbones en la figura del hijo de Isabel II, Alfonso. Pronto empezaron las conspiraciones para un pronunciamiento militar.
5.3 La Revolución Cantonal:
Los republicanos federales más extremistas se lanzaron a proclamar cantones, pequeños estados regionales casi independientes en Valencia, Murcia y Andalucía, sublevándose contra el gobierno republicano de Madrid. El ejército consiguió reprimir la insurrección. La resistencia del cantón de Cartagena le convirtió en el símbolo de este movimiento en el que las ideas republicano-federales y anarquistas se entremezclaron.
La insurrección cantonal fue uno de los fenómenos más complejos. En el mes de julio la minoría republicana intransigente se retiró de las Cortes e instigó a que se proclamaran cantones independientes. Muchas ciudades y comarcas se declararon autónomas.
5.4 La República Autoritaria:
(La república del año 1874: el golpe del general Pavía y el camino a la Restauración.)
El 4 de enero de 1874, el general Pavía encabezó un golpe militar. Las Cortes republicanas fueron disueltas y se estableció un gobierno presidido por el general Serrano que suspendió la Constitución y los derechos y libertades. El régimen republicano se mantuvo nominalmente un año más, aunque la dictadura de Serrano fue un simple paso previa a la restauración de los Borbones que planeaban los alfonsinos con su líder Cánovas del Castillo. La restauración se vio finalmente precipitada por un golpe militar del general Martínez Campos el 29 de diciembre de 1874. El hijo de Isabel II fue proclamado rey de España con el título de Alfonso XII. Se iniciaba en España el período de la Restauración.
6. Conclusión: El Primer Fracaso Democrático
La Primera República fue una experiencia negativa, el país no estaba preparado para instaurar un régimen cuyas ideas solo conocían unos pocos individuos avanzados. La mayoría del pueblo confundió la ausencia de Rey con la anarquía y, como ni siquiera los propios republicanos se pusieron de acuerdo sobre el tipo de República que deseaban, el intento terminó mal. La guerra carlista contribuyó a este fin, pero tal vez sin ella el resultado hubiera sido el mismo.