La Revolución Francesa
En la Francia del siglo XVIII, anclada en el Antiguo Régimen, el Tercer Estado o Estado Llano (95% de la sociedad), influenciado por las ideas de la Ilustración y la Revolución Americana, se levantó contra la Monarquía Absoluta.
Las principales quejas del Tercer Estado eran:
- Las rentas señoriales.
- Los impuestos.
- La propiedad de la tierra.
- Las dificultades para subsistir de artesanos y trabajadores en las ciudades.
- La falta de derechos de la burguesía.
Para expresar su malestar, elaboraron Cuadernos de Quejas dirigidos al Rey, solicitando la convocatoria de los Estados Generales.
El rey, necesitado de dinero para pagar las deudas del Estado y mantener su nivel de vida, y aconsejado por sus ministros, convocó los Estados Generales el 5 de mayo de 1789 con el objetivo de implementar una reforma fiscal. El Tercer Estado aprovechó la ocasión para pedir la supresión de los derechos señoriales y la instauración de la soberanía nacional. Sin embargo, la nobleza y el clero defendían sus privilegios y se oponían a las reformas y a nuevos impuestos.
El detonante de la Revolución fue la negativa de los estamentos privilegiados a aceptar el voto por persona. Como consecuencia, los representantes del Tercer Estado, junto con algunos nobles y eclesiásticos ilustrados, abandonaron la reunión y proclamaron la Asamblea Nacional.
Reunidos en el Jeu de Paume (un pabellón de Versalles), se comprometieron a abolir los privilegios y a no disolverse hasta aprobar una Constitución. Ante la amenaza del rey de enviar al ejército, el pueblo de París asaltó la Bastilla (cárcel real), dando comienzo a la Revolución.
Primeras medidas revolucionarias:
- Decreto del 4 de agosto de 1789: Abolió los privilegios y los derechos señoriales de la nobleza y el clero.
- Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano (26 de agosto): Estableció una serie de derechos y libertades, aunque excluía a las mujeres y a los esclavos.
El Antiguo Régimen
La Sociedad
La sociedad del Antiguo Régimen se organizaba en estamentos o grupos sociales a los que se accedía por nacimiento. Era una estructura piramidal, con la nobleza y el rey (monarca por la gracia de Dios y con poder absoluto) en la cima, seguidos por el clero y, por último, el Tercer Estado o Estado Llano. Su principal característica era la desigualdad jurídica.
- Los privilegiados: Tenían derechos y privilegios, poseían las tierras, cobraban rentas señoriales por el arrendamiento de sus tierras y podían cobrar otros impuestos (como el diezmo, en el caso del clero) e impartir justicia.
- Los no privilegiados: El pueblo llano o Tercer Estado, compuesto por un 80% de campesinos, artesanos y comerciantes agrupados en gremios y profesiones liberales (pequeña y mediana burguesía), así como grandes comerciantes y banqueros (alta burguesía). Todos compartían una misma característica: no tenían derechos, pagaban impuestos y, en el caso de los campesinos, también las rentas señoriales y el diezmo.
El Despotismo Ilustrado
Desde mediados del siglo XVIII, algunos monarcas europeos como Catalina de Rusia, Federico II de Prusia o Carlos III de España, adoptaron políticas reformistas inspiradas en la Ilustración, pero sin cuestionar su poder absoluto ni los privilegios sociales. Este sistema se conoció como Despotismo Ilustrado, cuya expresión era «Todo para el pueblo pero sin el pueblo».
Las reformas implantadas pretendían la modernización de la agricultura, el desarrollo del comercio y la manufactura, la eficacia fiscal y administrativa, la promoción de la ciencia y la economía, y el fomento de la educación. Sin embargo, estas medidas chocaban con el sistema del Antiguo Régimen.
La Ilustración
La Ilustración fue un conjunto de ideas que facilitaron el paso a la Edad Contemporánea. Esta corriente de pensamiento, surgida en Francia en el siglo XVIII (Siglo de las Luces) y extendida por Europa, proponía el uso de la razón y la observación para analizar críticamente la realidad y como base del método científico, prescindiendo de la tradición y la religión. Los ilustrados confiaban en que la razón, la ciencia y la educación traerían progreso y felicidad.
El mejor ejemplo de esta voluntad de educar a los ciudadanos y de la confianza en la razón fue la creación de la Enciclopedia, dirigida por Diderot y D’Alembert y publicada a mitad del siglo XVIII.
Sociedad que proponían los ilustrados
- John Locke (1632-1704): Filósofo y científico inglés que proponía que el Estado nace del pacto entre gobernantes e individuos, y solo es legítimo si respeta los derechos naturales a la vida, la libertad y la propiedad, y si hay un parlamento elegido que apruebe las leyes. Locke influyó en los ilustrados franceses.
- Voltaire: Muy crítico con la religión, los privilegios y el absolutismo, defendió que el parlamento limitase el poder del rey y que los impuestos no recayeran solo sobre el Tercer Estado.
- Montesquieu: Propuso la división de poderes: legislativo (ejercido por un parlamento representativo), ejecutivo (por el rey y sus ministros) y judicial (por jueces independientes).
- Rousseau: Definió el contrato social como el resultado de un pacto entre todos los ciudadanos. También planteó el principio de la soberanía nacional, por el cual el poder emana del consentimiento de los ciudadanos, expresado mediante el voto.
Además, los ilustrados criticaron la sociedad estamental y la existencia de estamentos privilegiados. Proclamaron que nadie podía heredar ni gozar de prestigio o privilegios en nombre de sus antepasados, defendiendo la movilidad social, el principio de igualdad ante la ley y el mérito según la valía personal.
Independencia de los Estados Unidos
La Revolución Americana
Las trece colonias inglesas, fundadas en la costa atlántica de Norteamérica a partir del siglo XVII, contaban con unos 2,5 millones de habitantes, incluyendo 500.000 esclavos de origen africano. Estas colonias protagonizaron la primera insurrección contra una metrópolis (Gran Bretaña).
Las tensiones y motines entre colonos y Gran Bretaña se debían al monopolio comercial, los impuestos y la falta de representación de los colonos en el parlamento británico.
El Motín del Té de Boston en 1773 fue duramente reprimido por el ejército británico, lo que desencadenó una guerra. Los representantes de los colonos declararon su independencia en 1776 (Día de la Independencia, 4 de julio) y, tras una larga guerra, en 1783, el gobierno británico reconoció la independencia de los Estados Unidos de América.
En 1787, los nuevos Estados Unidos aprobaron su Constitución, completada con la Carta o Declaración de Derechos. Era la primera constitución liberal escrita que aplicaba los principios del parlamentarismo y la Ilustración. En 1789, George Washington fue elegido primer presidente.
La Constitución Americana
La Constitución Americana aseguraba la separación de poderes (ejecutivo, legislativo y judicial), establecía un gobierno de República Federal, con un presidente con amplios poderes y elegido por los ciudadanos. Se completaba con una Declaración de Derechos que garantizaba la libertad de religión, de prensa, de expresión, de reunión, y el derecho a ser juzgado por un jurado.
Herencia de Carlos I y su política interior y exterior
Territorios heredados:
- De Isabel y Juana de Castilla: Castilla, Navarra, América.
- De Fernando de Aragón: Aragón, Nápoles, Territorios del Norte de África (Melilla, Orán, Bugía), Rosellón y Cerdaña.
- De María de Borgoña y Felipe: Países Bajos, Franco Condado, Luxemburgo.
- De Maximiliano de Austria, Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico: Alemania, Austria, Título de Emperador (en 1519).
Política interior de Carlos I
Carlos I fue educado en Flandes, casi no hablaba castellano y llegó a España en 1516, estando aún viva su madre, recluida en Tordesillas. Rodeado de consejeros flamencos, a los que dejaba el gobierno cuando se marchaba por sus asuntos como emperador, Carlos I solicitó numerosos impuestos para financiar sus campañas. Esto generó dos revueltas en España.
Política exterior de Carlos I
En la defensa de su imperio, Carlos I se enfrentó a:
- Francisco I de Francia: Por los territorios italianos, derrotándolo en Pavía.
- Los turcos: Que amenazaban el Mediterráneo y el norte de África. Carlos I ocupó Túnez y los ducados de Atenas y Neopatria en Grecia para frenarlos.
- Los estados alemanes: Donde se había extendido el luteranismo. Venció en Mühlberg, pero perdió más batallas que ganó y tuvo que firmar la Paz de Augsburgo.
Política interior de Felipe II
Para controlar su inmenso imperio, Felipe II instaló la capital en Madrid (1561) y creó instituciones de gobierno controladas por la monarquía. Se ayudó de secretarios o cancilleres y se rodeó de mucha burocracia y funcionarios.
- Creó un ejército profesional.
- No convocaba las Cortes, aunque existían en Castilla, Navarra, Aragón, Cataluña y Valencia.
- Impuso Consejos de Estado Territoriales (en Castilla, Aragón, Nápoles, Flandes y las Indias) y Técnicos (de Hacienda, de Guerra, de Estado y del Santo Oficio o Inquisición, muy activa por la «limpieza de sangre»).
- Estableció virreyes en cada uno de los territorios.
- Mantuvo las Reales Audiencias o Chancillerías en cada uno de los territorios para impartir justicia.
- En las ciudades castellanas, mantuvo a los corregidores.
Política exterior de Felipe II
Felipe II se enfrentó a:
- Francia: Venció en la batalla de San Quintín, manteniendo el Milanesado.
- Las revueltas en los Países Bajos: Por la expansión del calvinismo y por los impuestos que debían pagar a la corona española. Una parte del territorio, las Provincias Unidas de Holanda, se independizó tras las batallas entre los tercios (soldados españoles) y los holandeses.
- Gran Bretaña: Que era anglicana y apoyaba la piratería contra los barcos españoles que venían de América. Felipe II envió la Armada Invencible, que fue destruida por un temporal en las costas inglesas.
- Los turcos: Formó la Liga Santa, una alianza con Venecia y el Papado, y frenó a los turcos en la batalla de Lepanto.
- Portugal: En 1580, el rey de Portugal murió sin descendencia y Felipe II reclamó sus derechos sucesorios, venciendo a sus opositores y proclamándose rey de Portugal.
Carlos II
Carlos II consiguió mejorar la economía en los reinos, pero no pudo evitar la pérdida de la hegemonía del imperio español a favor de Francia, ni frenó la pérdida de más territorios. La guerra con Francia se reinició en la frontera de los Países Bajos y terminó con el Tratado de Nimega, por el que Francia se anexionó el Franco Condado y otras plazas españolas.
Su fama de enfermizo le hizo ganarse el título de «el Hechizado». Además, murió sin descendencia, provocando una Guerra de Sucesión al Trono Español entre Carlos de Austria y Felipe de Anjou.
Felipe III
Política interior:
- Cambió temporalmente la capital a Valladolid.
- Expulsión de los moriscos en 1609: El problema venía de la revuelta de las Alpujarras y de la presión que ejercía la Inquisición sobre los moriscos, que eran musulmanes convertidos al cristianismo. Al final fueron expulsados. Su expulsión significó una gran pérdida económica porque se dedicaban a la agricultura y a las actividades artesanales, además de la pérdida demográfica y la despoblación de algunas zonas.
Política exterior:
Hubo mucha diplomacia porque se quería poner fin a los conflictos.
- Hizo acuerdos con Inglaterra.
- Firmó la Tregua de los Doce Años en los Países Bajos.
Definición de Valido
El gobierno estaba en manos de ministros omnipotentes llamados validos, que utilizaban su poder en su propio beneficio y aumentaron la corrupción.
Felipe IV
Política interior:
La política interior está muy unida a la exterior. El conde-duque de Olivares quería aumentar el poder del rey. Para ello, pretendía integrar los diferentes reinos en un Estado común con las mismas leyes, sistema fiscal, etc.
- Creó la Unión de Armas: Que obligaba a todos los territorios a pagar impuestos y ofrecer tropas para las necesidades militares y la defensa del Imperio.
- Revueltas de 1640: Provocadas por la Unión de Armas, hubo revueltas en:
- Andalucía: Sofocadas por las tropas reales.
- Portugal: Provocadas porque los nobles portugueses querían la independencia y proclamaron rey al duque de Braganza, como Juan IV, apoyados por Francia e Inglaterra, enemigas de España en la Guerra de los Treinta Años. El conflicto terminó con la independencia de Portugal en 1668.
- Cataluña: La imposición de los nuevos impuestos y el alojamiento de tropas en su territorio provocaron la sublevación de los campesinos (Corpus de Sangre), a los que se les unieron las clases dirigentes, que pusieron a Cataluña bajo la soberanía del rey de Francia. La insurrección duró 12 años y finalizó con la conquista de Barcelona.
Política exterior:
El reinado de Felipe IV coincidió con la Guerra de los Treinta Años (1618-1648). La guerra fue un conflicto religioso y una pugna por la hegemonía europea. Se enfrentaban los príncipes alemanes protestantes con el emperador católico de Austria, pariente de Felipe IV. El conde-duque de Olivares decidió que España entrara en la guerra para conservar el prestigio de la casa de Habsburgo en Europa y, así, el de la Monarquía Hispánica. El conflicto terminó con la derrota de las tropas imperiales y españolas, y se firmó la Paz de Westfalia, donde se reconocía la independencia de las Provincias Unidas de Holanda.