La Revolución Francesa y el Imperio Napoleónico

La Radicalización de la Revolución Francesa

La Revolución se radicalizó ante la amenaza exterior y acabó en una auténtica dictadura. Finalmente, se tornó un nuevo régimen burgués, que acabó teniendo que entregar el poder a Napoleón Bonaparte, por lo que la Revolución llegó a su fin.

La Convención Girondina (1792-1793)

El inicio de la República significó la entrada en la fase radical y popular de la Revolución. Cuando se estaba organizando el nuevo sistema político se produjeron las Matanzas de Septiembre, en las que los sans-culottes asaltaron las cárceles de París y asesinaron a religiosos y aristócratas presos. La victoria francesa en la batalla de Valmy (20 de septiembre de 1792) pareció rebajar la tensión. Se convocaron elecciones para una nueva asamblea, la Convención Nacional, que fue controlada por los girondinos, republicanos moderados, y por los jacobinos, más radicales, llamados también montañeses. La Asamblea buscó romper con lo anterior e incluso adoptó un nuevo calendario.

La Convención juzgó a Luis XVI por traición y el 21 de enero de 1793 lo ejecutaron en la guillotina. Esta medida tuvo dos efectos: por un lado, provocó la inmediata declaración de guerra del resto de las potencias (Gran Bretaña, España, etc.) que formaron la Primera Coalición; además, se produjo un levantamiento realista y ultracatólico en la región de La Vendée. Se decidió juzgar a los contrarrevolucionarios para lo que se creó un Tribunal Revolucionario y el Comité de Salvación Pública.

La Convención Montañesa y el Terror (1793-1794)

El temor a la derrota de la Revolución provocó un golpe de Estado de los sans-culottes contra los girondinos en junio de 1793.

Los montañeses elaboraron una nueva constitución democrática que reconocía la soberanía popular y el sufragio universal masculino. Pero la separación de poderes quedó muy debilitada y Robespierre implantó una dictadura, porque concentraba todos los poderes.

El asesinato de Marat y el ataque inglés a Toulon provocaron que se iniciara el Terror. Se suspendió la Constitución y se aprobaron las leyes de sospechosos, por las que el Comité de Salvación Pública podía juzgar y ejecutar a cualquiera sin necesidad de pruebas. Robespierre intentó frenar la crisis económica limitando los precios máximos de los artículos de primera necesidad. Pero también se limitaron los salarios, y los sans-culottes, fueron a por él.

Poco a poco Robespierre perdió apoyo, y cuando intentó una nueva serie de arrestos se produjo el golpe de Estado del 9 de Termidor (27 de julio de 1794) tras el que fue juzgado y ejecutado.

El Directorio y el Fin de la Revolución (1795-1799)

Para evitar una nueva dictadura, se creó un gobierno moderado que redactó la Constitución del Año III. Al ser un régimen moderado, se estableció un sistema de sufragio censitario y el poder legislativo se dividió en dos cámaras. El poder ejecutivo recaía en un Directorio de cinco miembros. Los realistas intentaron restaurar a los Borbones y provocaron la revuelta de Vendimiario (1795) que fue frenada por Napoleón.

En la campaña de Italia de 1796, Napoleón consiguió terminar con la Primera Coalición. Las potencias europeas formaron más tarde la Segunda Coalición y en 1799 comenzó otra vez la guerra. Entonces Napoleón dio el golpe de Estado del 18 de Brumario. Napoleón se proclamó Cónsul y acabó con el Directorio.

El Imperio Napoleónico

Napoleón puso en marcha una serie de reformas en Francia y una política de expansión militar, que acabó terminando con el régimen.

La Obra de Napoleón en Francia

El Consulado era un régimen personalista, que acaparó todo el poder y el protagonismo. Esto se reflejó en la Constitución del Año VIII, que no había siquiera declaración de derechos ni separación de poderes.

Para hacer frente a la Segunda Coalición, Napoleón viajó hasta Italia donde venció en Marengo (1800) y aprovechó la victoria para nombrarse Cónsul vitalicio. Entonces realizó una serie de reformas que consolidaron el liberalismo en Francia. Modernizó las leyes, mediante la elaboración del Código Civil, reformó la economía francesa con un Banco de Francia y el Código de Comercio. También promovió la educación pública.

Napoleón y Europa

Gran Bretaña formó una Tercera Coalición junto con Austria y Rusia. Napoleón transformó la República en Imperio (1804) para consolidar su situación en Francia. Aunque la escuadra hispanofrancesa fue derrotada en Trafalgar (1805), consiguió la victoria en Austerlitz, que supuso el fin del Sacro Imperio Romano Germánico. Las victorias posteriores frente a la Cuarta Coalición (Gran Bretaña, Rusia, Prusia) condujeron a la Paz de Tilsit (1807), que marcó el cenit del Imperio de Napoleón. A partir de entonces, la política exterior de Napoleón tuvo dos direcciones: la alianza con Rusia y el aislamiento a Gran Bretaña, contra la que decretó el bloqueo continental. En 1808, Napoleón invadió España, al ir hacia Portugal por haberse negado este al bloqueo. Rusia rompió su alianza con Francia y comenzó a comerciar con Gran Bretaña. Napoleón intentó conquistarla en 1812, pero fue derrotado. Este fue el principio del fin del Imperio. Se formó una Sexta Coalición (Gran Bretaña, Prusia, Rusia y Austria) que venció a Francia en la batalla de Leipzig (1813). Ese mismo año, Napoleón fue derrotado en España.

Napoleón acabó abdicando el 6 de abril de 1814 y marchando al exilio en la isla de Elba. Retornó al poder durante 100 días, pero fue derrotado definitivamente en Waterloo (1815). Como castigo, fue deportado a la isla de Santa Elena y allí murió.

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