Causas de la Revolución de 1868
A nivel político, el factor esencial fue el agotamiento del gobierno conservador del general Narváez, empeñado en mantenerse en el poder por la fuerza. En agosto de 1866 la oposición decidió unir sus fuerzas en el Pacto de Ostende, firmado por progresistas y demócratas, y en el acuerdo de Bruselas en 1867 con el objetivo de derrocar a Isabel II a través de una revolución y establecer un régimen liberal democrático dejando la definición del Estado a unas Cortes Constituyentes elegidas por sufragio universal masculino. Otros factores fueron la muerte de O’Donnell y Narváez, la política represiva y recortes presupuestarios y la grave crisis financiera europea que afectó a España, y malas cosechas durante 1867-1868.
El desarrollo de la Revolución Gloriosa
Conocida como Septembrina, comenzó en septiembre por el pronunciamiento de la escuadra de Cádiz al mando del almirante Juan Bautista Topete y de otros altos mandos del ejército. Los militares difundieron un manifiesto titulado «Viva España con honra» exponiendo las razones del levantamiento militar:
- Expulsar del trono a la reina Isabel II.
- Establecer un gobierno provisional.
- Regenerar políticamente el país.
- Convocar elecciones para unas Cortes Constituyentes.
Paralelamente tuvo lugar la participación popular que aspiraba a profundas reformas sociales y formar juntas revolucionarias de carácter civil. El 28 de septiembre tuvo lugar en Córdoba el enfrentamiento de las fuerzas militares rebeldes al mando de Serrano y la leales a Isabel II al mando de Pavía y Lacy. Las noticias de la derrota de Pavía llegaron a Madrid, el gobierno dimitió y la reina fue exiliada en Francia. Triunfó la revolución.
Existían dos poderes: el de las juntas revolucionarias y el del Gobierno Provisional con Prim y Serrano como hombres fuertes, decretaron la disolución de las juntas revolucionarias asumiendo el ideario político. Las elecciones a Cortes Constituyentes dieron la mayoría a los partidos «antiborbónicos». A la izquierda se situó el Partido Republicano liberal y a la derecha los carlistas organizados en el poder neocatólico.
La Constitución democrática de 1869 y la Regencia de Serrano
Las nuevas Cortes tenían la labor de elaborar y aprobar la Constitución de 1869 que establecía un régimen de monarquía parlamentaria, basada en la soberanía nacional, el reconocimiento de derechos y libertades individuales, la división de poderes y la descentralización. El centro de poder residía en las Cortes, el poder ejecutivo era desempeñado por los ministros responsables ante las Cortes.
Las Cortes eligieron al general Serrano como Regente hasta hallar un candidato que ocupase el trono vacante, y a Prim como jefe de gobierno que emprendió la desamortización, modernizó y democratizó la justicia y la administración local, estableció la peseta como única moneda nacional y aprobó la llamada Ley de Minas que ponía en venta las minas bajo el monopolio de la corona.
Esta nueva etapa tuvo problemas como el estallido de la guerra de Cuba, el descontento de los republicanos por la inclinación de la revolución hacia la monarquía, los múltiples conflictos políticos y sociales y diversos motines urbanos por la falta de alimentos básicos.
La monarquía democrática de Amadeo I de Saboya
El problema residió en quién ocuparía el trono, pues los partidos políticos no se ponían de acuerdo tras el intento fallido de Espartero y el príncipe de Hohenzollern y la negativa a aceptar a Alfonso de Borbón y el Duque de Montpensier. Prim ofreció la corona a Amadeo de Saboya quien tras la conformidad de las principales potencias europeas aceptó el trono. El 26 de noviembre de 1870 Amadeo de Saboya era elegido rey por las Cortes españolas. Mientras viajaba a Madrid tuvo lugar la muerte del general Prim, tras un atentado, llegó a la capital jurando su cargo ante las Cortes.
Durante el corto reinado de Amadeo I hubo 6 gobiernos y 3 elecciones generales. Tuvo la oposición de la nobleza borbónica, de la Iglesia, carlistas, republicanos y el pueblo español y se enfrentó a la 3ª guerra Carlista, al avance del movimiento obrero y a la descomposición de los partidos políticos. La inestabilidad favoreció al partido Alfonsino encabezado por Cánovas del Castillo partidario de la restauración de la monarquía. Aprovechando el conflicto entre el presidente Ruiz Zorrilla y el cuerpo de Artilleros, Amadeo I renunció al trono el 11 de febrero y se refugió en la Embajada italiana de Madrid.
La Primera República (1873-1874)
La implantación de la república y sus primeros problemas
El 11 de febrero de 1873 el Congreso y el Senado se reunieron y dieron por válida la renuncia al trono, proclamando la Primera República Española. Apareció un gobierno formado por radicales y republicanos presidido por Estanislao Figueras, marcado por las primeras tensiones y dificultades como el intento de proclamación del Estado Catalán dentro de la República Federal Española, la radicalización de las clases populares urbanas y obreras catalanas demandando reformas laborales. Se enfrentaron republicanos federales y los radicales. Las elecciones dieron la mayoría a los republicanos federales.
Las Cortes Constituyentes definieron el régimen como una República Federal. Apareció un gobierno presidido por Pi y Margall y una Comisión de las Cortes encabezada por Emilio Castelar, encargada de redactar un proyecto de Constitución que contemplaba la separación total Iglesia-Estado y la prohibición de subvencionar a cualquier culto, el matrimonio civil y declaración de derechos. Establecía una estructura federal, incluía a Cuba y Puerto Rico como Estados dentro de la nación española, cada estado podía elaborar su Constitución dentro de los límites de la Constitución Federal.
El final de la Primera República Española
Vino marcada por factores como la proclamación de la insurrección cantonal ocurrida en Valencia, Murcia y Andalucía combatida por Nicolás Salmerón, destacando el cantón de Málaga y de Cartagena. Salmerón dimitió al negarse a firmar dos penas de muerte. En su lugar fue elegido Emilio Castelar. Otros factores fueron la 3ª Guerra Carlista, el conflicto de Cuba y el giro de la derecha república de Castelar.
Pavía invadió el Congreso y disolvió la Asamblea formando un gobierno presidido por el general Serrano dispuesto a restablecer el orden público y poner fin a la guerra carlista y a la de Cuba, llegando a suspender las Cortes y la Constitución de 1869. Esto favoreció los planes de Cánovas del Castillo y su idea de la Restauración borbónica. La mayoría apoyaba a Alfonso XII como solución para garantizar la estabilidad y el orden. Apoyado por la burguesía catalana y poderosos comerciantes peninsulares, la aristocracia madrileña y la Iglesia, Cánovas del Castillo redactó el manifiesto de Sandhurst, firmado por Alfonso XII prometiendo su respeto al régimen constitucional sin tomar represalias. Martínez Campos se pronunció en Sagunto proclamando a Alfonso XII rey de España iniciándose el período conocido como Restauración Borbónica.