Tema 9. La construcción del Estado Liberal (1833-1868)
Se sitúa en un marco general europeo en el que se produce un conjunto de movimientos políticos, cuyos denominadores comunes son:
El cuestionamiento del Antiguo Régimen como forma de política y social.
El desarrollo de los nacionalismos europeos que fragmentan los antiguos imperios y modifican las fronteras dando origen a nuevos Estados.
El empuje de nuevas maneras de interpretar la economía, impulsadas por las burguesías nacionales, que delimitan sus mercados en Europa y se lanzan pronto a la conquista de territorios
Estas burguesías, confrontan con la generación de nuevas ideologías y prácticas revolucionarias, que lideran demócratas con la bandera del sufragio universal y socialistas con la reivindicación de mejoras sociales y políticas para una nueva clase social.
En España esta etapa se puede caracterizar de transición desde una sociedad agrícola, a otra de carácter liberal–
Capitalista.
Frente al nuevo bloque de poder se presenta un bloque tradicionalista configurado en torno al carlismo.
Se imponen los sectores militares de los partidos básicos del sistema, que utilizan el pronunciamiento como instrumento para el cambio político.
1º. Las Regencias (1833-1843) y el problema carlista
1.1. El problema sucesorio
Felipe V había implantado la llamada Ley Sálica, que impedía reinar a las mujeres. Fernando VII aprueba un Decreto, la Pragmática Sanción, que derogaba la Ley Sálica. En 1830, nace Isabel.
Carlos María Isidro se niega a aceptar la nueva situación, que lo excluye de la sucesión. En 1832, la presión de los realistas más intransigentes consigue que el rey derogue la Pragmática. En 1833, muere Fernando VII. En su testamento, el rey volvió a promulgar la Pragmática, lo que significa el nombramiento de Isabel. María Cristina, queda como Regente hasta la mayoría de edad de la futura Isabel II.
1.2. La Primera Guerra Carlista
Tras la muerte de Fernando VII, Carlos se autoproclamó rey. Se iniciaron una serie de levantamientos a favor del nuevo Rey: era el comienzo de la primera guerra carlista(1833-1840)
En ese momento el país se dividió en dos:
El bando isabelino fue apoyado por las altas jerarquías del ejército, la Iglesia, el Estado y por los liberales.
El bando carlista estaba compuesto por todos los que se oponían a la revolución liberal: pequeños nobles rurales, parte del bajo clero y muchos campesinos. Los carlistas tenían sus apoyos principales en Navarra, País Vasco…
El programa ideológico-político del carlismo, era:
A) Oposición radical a las reformas liberales y defensa de la monarquía absoluta
B) Tradicionalismo católico y defensa de los intereses de la Iglesia
C) Defensa de los fueros vasco-navarros
Las primeras acciones de la guerra son:
– Ante la inoperancia del gobierno, Zumalacárregui organiza un ejército de 25.000 hombres.
– El general carlista Cabrera unificó las partidas de Cataluña y Aragón.
– Con el propio Carlos María Isidro al frente, las tropas carlistas llegaron a las puertas de Madrid. Al no poder tomar la ciudad, volvieron a sus zonas de origen.
Carlos recibió apoyo, moral y económico de Rusia, Prusia y Austria; los isabelinos, de Gran Bretaña, Francia y Portugal.
A medida que los isabelinos iban obteniendo ventaja militar, los carlistas se dividieron en transaccionistas y los intransigentes.
1.2. La implantación del régimen liberal
La primera fase de este periodo puede ser calificada como reformismo desde arriba. María Cristina nombró a Martínez de la Rosa
Presidente del Consejo. Partidario de no restaurar la Constitución de 1812, aprobó el Estatuto Real, características:
Es una CONSTITUCIÓN OTORGADA, es decir no es una verdadera constitución al no haber sido aprobada por los representantes de la Nación.
Es un texto BREVE E INCOMPLETO. Sus 50 artículos se limitaban a regular la organización de las Cortes y la relación de estas con el Rey. Faltaba una regulación de otras instituciones fundamentales del Estado y, no recogía una declaración de derechos.
En este proceso, podemos distinguir tres fases:
1º. Verano de 1835
Se caracteriza por las revueltas urbanas en Andalucía, Barcelona o Madrid.
En septiembre de 1835, la Regente, para acallar las protestas, nombró Primer Ministro a un liberal progresista:
Juan de Mendizábal, que inició un programa de reformas. Pero cuando anunció la desamortización de los bienes del clero, los grupos privilegiados presionaron a María Cristina para que destituyera a Mendizábal
2º. Verano de 1836
Nueva oleada de movimientos progresistas que culminan con el levantamiento de la guarnición de los sargentos de la Granja.
En estos dos años (1835-1837), los liberales progresistas, con Mendizábal a la cabeza, asumieron la tarea de desmantelar las instituciones del Antiguo Régimen:
– La disolución del Régimen señorial.
Los señores perdían sus derechos jurisdiccionales pero conservaban la propiedad de la tierra en la mayoría de los casos. De esta manera, campesinos que habían trabajado dichas tierras perdían todo derecho y se convertían en arrendatarios o jornaleros.
– La desvinculación.
Consistía en la supresión de mayorazgos, patronatos, etc. Es decir, se suprimían las trabas para que la tierra pudiera salir al mercado.
– La desamortización de Mendizábal.
Mendizábal, ponía en marcha la desamortización de los bienes del clero secular y del clero regular. Establecían la disolución de todas las órdenes que no se dedicaran a la enseñanza o la asistencia hospitalaria, y que sus tierras fueran incautadas por el Estado y vendidas. Los objetivos eran dos:
A) Reducir la Deuda Pública y que el Estado pudiera conseguir recursos para vencer al carlismo
B) Crear una base social de propietarios que estarían muy interesados en el triunfo del liberalismo
3º. La Constitución de 1837
El gobierno progresista constituido en septiembre de 1836, convocó elecciones a Cortes extraordinarias. Aprobaron un nuevo texto constitucional:
Se trata de una Constitución hecha por los liberales progresistas pero que contiene muchos elementos de la doctrina de los moderados.
Mantenía el principio de la soberanía nacional
Establecía la división de poderes.
Recogía una amplia declaración de derechos
No establecía la confesionalidad del Estado
Las Cortes tenían dos Cámaras:
Congreso y Senado
El Rey tenía amplios poderes
Veto de las leyes, disolución del Parlamento, poder para nombrar y cesar ministros, etc.
El sistema electoral se remitía a una ley posterior. Esta instauraría un sufragio censitario y muy restrictivo