La Revolución Rusa

La Situación Política

La Autocracia Zarista

Desde el punto de vista político lo más destacado es el gobierno absolutista de los zares. El poder del zar es inmenso, concentra todo tipo de poderes y gobierna por decretos sin contar con ningún parlamento. Se considera a sí mismo el representante de Dios en la tierra. Además, es el jefe del ejército y con este instrumento y con la policía zarista mantiene amordazada a la oposición política que tiene que recurrir a la clandestinidad. Los poderes del zar dependen también de su carácter personal, así Alejandro III que reinó de 1881 a 1894 fortaleció aún más el poder real y gobernó de una manera autoritaria hasta su muerte en un atentado. Su hijo Nicolás II gobernaría hasta 1917.

La Oposición a la Autocracia Zarista desde 1901

  • Los socialrevolucionarios reunen a los antiguos nihilistas y a los populistas, son de tendencia anarquista siguiendo la línea de Bakunin. Su objetivo fundamental es destruir el estado, el protagonismo de la lucha debe ser asumido por los campesinos.
  • Partido Constitucional-Demócrata: es un partido que reúne a muchos de los intelectuales rusos, los burgueses son minoría, están representados también los terratenientes medios que participan en las asambleas locales. Piden más libertades públicas y una constitución. Piden además una verdadera reforma agraria ya que la eliminación del feudalismo no ha cambiado nada el panorama agrario. Será conocido como Kadet.
  • Partido Socialdemócrata: es un partido marxista que nace en el congreso de Minks de 1898. Dan prioridad al problema obrero. En el congreso de Bruselas y Londres aparecen dos tendencias confirmadas en la conferencia de Praga, los mencheviques o minoritarios que son moderados, partidarios incluso de una alianza con los liberales formarán el partido socialista y los bolcheviques o mayoritarios son los extremistas partidarios de las ideas de Marx y de la conquista del poder por los obreros, su líder será Lenin llamados más tarde comunistas.

Las Minorías Nacionales

Los rusos son mayoría pero se han extendido a costa de ocupar los territorios de otros pueblos de distinta lengua, religión y raza que se oponen a su dominio. Entre las minorías más destacadas están los polacos que desde la época napoleónica han sido sometidos a los rusos; los finlandeses, los letones, estones y lituanos en el Báltico; los ucranianos en el sur; los pueblos caucásicos en el Cáucaso de religión armenia y musulmana; los musulmanes del Asia Central. A todos estos pueblos los zares pretenden imponer el idioma ruso y la religión ortodoxa para asimilarlos, la reacción de ellos es lógicamente opuesta y muchos aspiran a su independencia.

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