El Antiguo Régimen y la Modernización
En el siglo XIX, Rusia seguía bajo el Antiguo Régimen, con una economía agraria dominada por la nobleza. La sociedad estaba dividida entre los privilegiados y los siervos. El zar controlaba una autocracia con poderes ilimitados, apoyada por la Iglesia ortodoxa. La aristocracia, la Iglesia, el ejército y la burocracia imperial formaban la base de este sistema absolutista.
El desastre militar de Rusia en la guerra de Crimea (1854-1856) llevó a reformas sociales y económicas, incluida la abolición de la servidumbre en 1861. Esto liberó mano de obra agrícola y permitió el inicio de la industrialización rusa. Entre 1870 y 1914, Rusia experimentó un importante desarrollo industrial urbano gracias a inversiones extranjeras y la modernización de infraestructuras estatales. Estos cambios tuvieron un impacto desigual en la sociedad, con un aumento de la población urbana y el desarrollo del proletariado industrial en algunas zonas.
El Crecimiento de la Oposición Política
En el siglo XIX, la oposición política en Rusia se dividió en diferentes corrientes:
- Liberales: Buscaban convertir a Rusia en un estado liberaldemocrático occidental.
- Revolucionarios de izquierda: Abogaban por una sociedad colectivizada basada en los campesinos.
- Socialistas marxistas: Se dividieron en mencheviques y bolcheviques, con visiones diferentes sobre la revolución en Rusia.
La Revolución de 1905
La Revolución de 1905 comenzó con la guerra entre Japón y Rusia, que exacerbó la crisis económica en Rusia. La derrota de Rusia llevó a una revuelta contra el régimen tsarista, con manifestaciones pacíficas en San Petersburgo que terminaron en violencia. Esto desencadenó huelgas y manifestaciones en todo el país, con la formación de consejos obreros llamados soviets en ciudades como San Petersburgo y Moscú.
El zar Nicolau II realizó reformas políticas en 1905, prometiendo libertades políticas y convocando a elecciones para formar una Duma. Los grupos liberales estaban satisfechos, pero los socialrevolucionarios y socialistas marxistas buscaban una transformación más profunda. Rusia se convirtió en una monarquía semiconstitucional hasta 1917, con una Duma sin poder real.
La Primera Guerra Mundial y la Caída del Zarismo
En 1914, Rusia participó en la Primera Guerra Mundial debido a sus aspiraciones en los Balcanes y su alianza con Francia. Sin embargo, los desastres militares sufridos en 1914 y 1915 llevaron a un aumento del descontento contra el régimen, lo que finalmente condujo a la caída del régimen tsarista.
Los liberales creían que era el momento de profundizar los cambios políticos hacia la democracia, mientras que los bolcheviques pensaban que la derrota intensificaría el descontento y facilitaría una transformación social.
La Revolución de Febrero de 1917
A finales de febrero de 1917, las clases populares de Petrogrado se levantaron en protestas por alimentos, lo que derivó en insurrecciones políticas contra el zar. Las tropas se negaron a disparar contra los manifestantes y el ejército se unió a la insurrección. Se reactivó la organización revolucionaria en todo el Imperio, con soldados uniéndose a los soviets dirigidos por los partidos eserista y menchevique.
Los liberales también se enfrentaron al zar, formando un gobierno provisional con el apoyo de los soviets. En medio de huelgas y manifestaciones, el gobierno obligó al zar a abdicar, convirtiendo a Rusia en una república. La revuelta popular fue liderada políticamente por liberales y socialistas moderados que buscaban convertir a Rusia en una democracia.
El Gobierno Provisional y la Revolución de Octubre
El gobierno provisional liberal convocó elecciones para una Asamblea Constituyente y tomó medidas liberalizadoras, pero también decidió continuar la guerra, lo que no fue popular. Mientras tanto, los soviets de obreros y soldados, con apoyo popular, debilitaban la autoridad del gobierno.
Lenin regresó del exilio en abril de 1917 y presentó su programa revolucionario. En julio, hubo disturbios y levantamientos, incluidos los bolcheviques armados, que fueron reprimidos por el ejército fiel al gobierno. Los bolcheviques fueron acusados de insurrección y reprimidos. El gobierno liberal pasó a ser presidido por Kerenski, quien lideraba una facción socialrevolucionaria moderada.
El general Kornilov intentó un golpe de estado, pero el gobierno tuvo que pedir ayuda a los bolcheviques armados. La pobreza crecía y la población escuchaba los mensajes de los bolcheviques, liderados por Lenin. Con su programa de paz con los alemanes, distribución de tierras y reconocimiento de los soviets como poder supremo, ganaron apoyo.
La Revolución de Octubre fue liderada por los bolcheviques, quienes tomaron el poder en un golpe de estado contra el gobierno existente. Lenin encabezó el nuevo gobierno, que tomó medidas como el decreto de paz, la redistribución de tierras, el reconocimiento de la autodeterminación de los pueblos y la nacionalización de empresas y bancos. También se firmó el tratado de Brest-Litovsk con Alemania.
La Guerra Civil y la Consolidación del Poder Bolchevique
A partir de la Revolución de Octubre, los bolcheviques monopolizaron el poder y marginaron al resto de fuerzas políticas, lo que provocó una guerra civil. Los generales contrarrevolucionarios, llamados blancos, contaron con el apoyo de tropas extranjeras, pero fueron derrotados por el Ejército Rojo organizado por Trotsky. Finalmente, en marzo de 1919, los aliados retiraron sus tropas de Rusia y el Ejército Rojo tomó la iniciativa. Los bolcheviques recuperaron Ucrania y los estados del Cáucaso en 1920, estableciendo regímenes soviéticos. En 1922, habían recuperado la mayor parte del antiguo Imperio, excepto algunos países que consolidaron su independencia.
Los bolcheviques instauraron en Rusia un régimen dictatorial de partido único, disolviendo la Asamblea Constituyente y estableciendo un nuevo Estado basado en los soviets controlados por el Partido Comunista. Se implementó el comunismo de guerra para asegurar el suministro de alimentos y contener la inflación, nacionalizando empresas e imponiendo requisas forzadas. Esto generó descontento y oposición, especialmente entre los pequeños campesinos.
La Nueva Política Económica y la Unión Soviética
La Nova Política Econòmica (NEP) fue implementada por Lenin en 1921 para revitalizar la economía rusa después de la guerra. Permitió una economía mixta con control estatal en la industria base pero con libertad de comercio y beneficios privados. Aunque estimuló la producción y alimentó a la población, también generó desequilibrios de precios.
En 1922 se creó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, formada por Rusia, Ucrania, Bielorrusia y Transcaucasia. La Constitución de 1924 establecía la posibilidad de separación de las repúblicas que la conformaban. El gobierno estaba organizado a través de los soviets, elegidos por los trabajadores. En 1936 se modificó el sistema electoral para permitir el voto directo y universal. El Parlamento estaba formado por dos cámaras y elegía al presidente del Presidium, quien era el jefe de Estado de la URSS.
El Estalinismo y la Planificación Económica
La muerte de Lenin en 1924 llevó a una lucha de poder entre Stalin y Trotski por su sucesión. Stalin utilizó su cargo de secretario para controlar el partido y posicionarse como líder, mientras que Trotski abogaba por dar más poder a las bases del partido. También diferían en sus estrategias revolucionarias, con Trotski buscando una revolución mundial inmediata y Stalin enfocándose en consolidar el socialismo en la URSS primero. Stalin logró tomar el control del partido, exiliando a Trotski en 1927 y expulsándolo de la URSS en 1929.
A partir de 1928, Stalin implement
ó la planificación económica a través de planes quinquenales con el objetivo de fortalecer y enriquecer el país, haciéndolo autosuficiente militar e industrialmente y superando el atraso ruso. Hubo tres planes entre 1928 y 1941, siendo el tercero interrumpido por la invasión alemana. Tras la Segunda Guerra Mundial se introdujeron nuevos planes
El primer pla quinquennal de la URSS incluyó la col-lectivización de la tierra, que se impuso con violencia a los campesinos propietarios. A pesar de afectar la producción agrícola, permitió la introducción de maquinaria y facilitó la industrialización. Aunque no aumentó mucho la producción, aseguró el control estatal y aumentó la oferta de obreros industriales. Los campesinos pagaron un alto precio en violencia y pérdida de iniciativa individual. a l’obligatorietat de liurar la majoria de
la producció per un preu inferior al del mercat.
La industrialización en la Unión Soviética durante los años treinta se enfocó en la autosuficiencia, especialmente en la industria pesada. Hubo un gran crecimiento en la producción de hierro, acero y carbón. A pesar de convertirse en una potencia militar, este desarrollo industrial sacrificó la producción de bienes de consumo, afectando el nivel de vida de la población.
Stalin impuso una dictadura personal dentro del partido comunista, eliminando a sus opositores a través de purgas que resultaron en millones de arrestos y ejecuciones. Gracias al control e influencia del partido, así como a la victoria en la Segunda Guerra Mundial, Stalin se mantuvo en el poder hasta su muerte en 1953.