La Revolución Rusa: De la Autocracia Zarista al Primer Estado Comunista

La Revolución Rusa

El Imperio Zarista y sus Contradicciones

A finales del siglo XX, Rusia era un vasto imperio gobernado por el Zar. A diferencia de las potencias europeas, su industrialización era limitada y la mayoría de la población eran campesinos. Una nobleza hereditaria gozaba de privilegios bajo el amparo del Zar. La incipiente industrialización rusa dio lugar a la consolidación de una burguesía y una creciente clase obrera. El régimen zarista, una autocracia, se basaba en la represión, imponiendo cárcel, exilio o muerte a sus opositores.

La Oposición al Zarismo

Diversos factores alimentaron la resistencia al régimen zarista:

  • Opresión de las minorías: Los pueblos sometidos rechazaban la política de «rusificación» (imposición de la lengua y cultura rusa).
  • Persecución a los judíos: El fomento de matanzas generalizadas de judíos provocó la emigración de muchos de ellos hacia América.
  • Descontento campesino: Los campesinos sufrían miseria, altos impuestos, bajos precios agrícolas y la pérdida de mano de obra por el reclutamiento de jóvenes para el ejército.
  • Movimiento obrero: La clase obrera, con bajos salarios y malas condiciones de vida, se convirtió en una fuerza de resistencia, adhiriendo a ideas socialistas y organizando sindicatos.
  • División del Partido Socialdemócrata: En 1898, los marxistas organizaron el Partido Socialdemócrata Ruso de los Trabajadores. En 1903, este partido se dividió en mencheviques (socialistas) y bolcheviques (revolucionarios).

El Fin del Zarismo

En 1904, la guerra ruso-japonesa, resultado de la política imperialista rusa, terminó en derrota, desprestigiando aún más al régimen. La represión gubernamental a las protestas obreras por mejoras laborales provocó huelgas y revueltas. El Zar creó un parlamento con escaso poder para calmar la situación. La entrada de Rusia en la Primera Guerra Mundial en 1914 agravó la agitación. En febrero de 1917, una sublevación popular en Petrogrado se extendió por todo el país, forzando la abdicación del Zar Nicolás II y su hermano Miguel.

La Revolución Bolchevique

El Gobierno Provisional y el Auge de los Soviets

Tras la abdicación del Zar, se formó un gobierno provisional moderado. Los soviets (asambleas de obreros, campesinos y soldados) exigían la paz, un reclamo alentado por los bolcheviques. Los obreros organizaron comités de fábrica y exigieron mejoras laborales. Los campesinos se levantaron contra los terratenientes, tomando tierras. El fracaso de una ofensiva militar en el frente oriental y un intento de golpe de estado del general Kornilov debilitaron al gobierno provisional.

La Toma del Poder por los Bolcheviques

Las milicias obreras, «guardias rojas», se formaron para contrarrestar el golpe de Kornilov, favoreciendo a los bolcheviques, quienes obtuvieron la mayoría en los soviets. Bajo el lema «paz, pan y tierra», el 24 de octubre de 1917, los soviets tomaron el control de infraestructuras clave y al día siguiente, las guardias rojas tomaron el Palacio de Invierno, sede del gobierno provisional. El Congreso de los Soviets proclamó la creación del Consejo de Comisarios del Pueblo, el primer estado comunista de la historia.

El Nuevo Régimen Político

El nuevo gobierno nacionalizó la banca, el comercio exterior y la industria pesada. Una reforma agraria puso la tierra bajo control de los soviets para su reparto entre los campesinos. Se firmó la Paz de Brest-Litovsk con Alemania, cediendo extensos territorios. El Ejército Rojo, liderado por Trotsky, se enfrentó al Ejército Blanco (contrarrevolucionarios). En 1921, el Ejército Rojo triunfó. En 1922, Rusia se convirtió en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).

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