La Segunda República: el bienio radical-cedista. La Revolución de 1934. Las elecciones de 1936 y el Frente Popular.

14.4. EL BIENIO RADICAL-CEDISTA. LAS ELECCIONES DE 1936 Y EL FRENTE POPULAR.
El bienio radical
cedista (1933-1936)
Tras las elecciones de 1933, Lerroux formó un gabinete conformado exclusivamente por miembros de su partido, contando
con el apoyo de la CEDA desde el Parlamento. Lerroux se vio inició una política de rectificación de las reformas del bienio
anterior, que consistíó en la paralización de las reformas iniciadas:
La paralización de la reforma agraria, supuso la expulsión de miles de jornaleros de sus tierras, y la libertad en la contratación y
asignación de salarios. Los caciques recuperan el control de los pueblos. Se paralizó la reforma militar y se designaron
militares claramente antirrepublicanos en los puestos clave como Franco, Goded o Mola. La Conciliación con la Iglesia Católica
hizo que se volviera a incluir al clero en los presupuestos del Estado, así como la no secularización de la enseñanza mixta(los
colegios siguieron siendo religiosos). Se bloquean los Estatutos de Autonomía y se producen conflictos políticos entre el
Estado Central y autonómicos (País Vasco y Cataluña).
El país se encontraba polarizado en la izquierda, formada por la izquierda republicana de Manuel Azaña, el PSOE, la Uníón
Republicana de Martínez Barrio y la Esquerra Republicana de Cataluña, dirigida por Lluis Companys.
El movimiento obrero,
representado por la UGT y la CNT, se radicaliza frente al triunfo de la CEDA; y la derecha, conformada por la CEDA, y la Falange
Española de Primo de Rivera, la cual se fortalecíó fusiónándose con las JONS, que practicó la violencia para conseguir sus
objetivos políticos. Quedan relegados los monárquicos, la derecha republicana y los radicales.
Revolución de Octubre de 1934:
La tensión que existía en los sindicatos obreros y los enfrentamientos callejeros a los que dio
lugar el programa de rectificación, provocaron una huelga general campesina en Junio. El 4 de Octubre de 1934 la tensión entre
los dos polos políticos culmina por la entrada de tres ministros de la CEDA en el gobierno.
Este hecho fue interpretado por la
izquierda como el anuncio del triunfo inminente del fascismo en nuestro país. La cada vez más radicalizada izquierda llamó a la
huelga general contra el gobierno. Fracasa rápidamente en Madrid y en Barcelona por la acción del Ejército. Todo el país está
reprimido salvo Asturias, donde la huelga general triunfó y degeneró en una verdadera revolución organizada por la UGT y la
CNT. Los revolucionarios se coordinaron y llegaron a ocupar Oviedo, destituyendo a las autoridades. La persistencia de la
insurrección llevó al gobierno a optar por la represión más brutal. La Legión, dirigida por el general Franco, fue la encargada.
Reconquistan Oviedo y acaban con la resistencia de la zona minera el 19 de Octubre. El balance de la Revolución de Octubre de
1934 fue aterrador: más de 1300 muertos, el doble de heridos, 30000 detenidos, entre ellos Companys, Azaña, y los principales
líderes socialistas. La reacción del gobierno de derechas la llevó a cabo Lerroux, que indultó 20 condenas a muerte y suspendíó
el Estatuto de Autonomía catalán en 1935.
El gobierno de derechas redactó una nueva Ley de Reforma Agraria. Esta nueva Ley situó en el paro a 800.000 agricultores.
Aumentó la tensión en el seno del gobierno entre radicales y cedistas, debido al creciente extremismo de estos últimos. La
tarea de gobierno fue desgastando a la CEDA y surgíó a su derecha otro partido político, el Bloque Nacional, dirigido por José
Calvo Sotelo, que propone la creación de un Estado Autoritario similar al fascista. En el campo militar, destacan los
nombramientos que hizo Gil Robles (ministro de defensa) de determinados militares contrarios a la república y a la democracia
en puestos clave del Ejército. La crisis definitiva vino dada por los escándalos de corrupción que precipitó el fin de la legislatura
y la convocatoria de nuevas elecciones a Cortes en Febrero de 1936.
Elecciones de 1936.
Se presentaron las siguientes candidaturas a las elecciones de Febrero de 1936: Frente Popular: Quiere volver a la legislación
del primer bienio, defiende una amnistía y el restablecimiento de las reformas constitucionales. El pacto electoral fue firmado
por ERC, UR, IR, PSOE, PCE y POUM. La CNT, con muchos presos en la cárcel, no pidió la abstención y apoyó de forma tácita a la
coalición de izquierdas. Coalición de derechas: está dividida; por un lado el Bloque Nacional y la CEDA; por otro, la Falange y el
PVN se presentan por su cuenta.
La victoria fue para el Frente Popular, que triunfó en las grandes ciudades de la periferia y en el Sur. Mientras, la derecha
triunfó en el norte y el interior del país.
Gobierno del Frente Popular.
Tras las elecciones, se destituye a Alcalá-Zamora y se nombra a Manuel Azaña como presidente de la República. Casares
Quiroga era el nuevo presidente del gobierno. El nuevo gabinete inició rápidamente la acción reformista: dio amnistía para
todos los represaliados tras la revolución de Octubre, restablecíó el Estatuto catalán y tramitó nuevos Estatutos de Autonomía
para Euskadi y Galicia. También se reanudó la reforma agraria. Esta medida fue rápidamente desbordada por la acción de los
jornaleros que se lanzaron a la ocupación de fincas. Mientras, el ambiente social era cada vez más tenso. Desde el mes de Abril
se sucedieron enfrentamientos violentos callejeros entre grupos falangistas y milicias socialistas, comunistas y anarquistas. En
este contexto, la conspiración militar contra el gobierno del Frente Popular avanzaba.

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