El Gobierno Provisional y la Constitución de 1931

El nuevo gobierno estaba integrado por los partidos que habían firmado el Pacto de San Sebastián, y lo presidía el cordobés Alcalá Zamora. Las Cortes elaboraron la Constitución de 1931, que implantaba un régimen democrático donde todos los partidos podían estar representados. Principales novedades:

• El reconocimiento de las libertades individuales.
• El sufragio universal sin distinción de sexos.
• El estado aconfesional.
• La organización territorial descentralizada.
• La importancia del bienestar social potenciando la educación pública.

Las Reformas

La reforma agraria pretendía transformar la estructura agraria española para mejorar la producción y la vida de los campesinos. El organismo encargado de llevar a cabo la reforma agraria fue el Instituto de Reforma Agraria (IRA), que no contó con dinero suficiente para alcanzar sus metas. Se concedió la autonomía a Cataluña, con la aprobación del Estatuto de Nuria en 1932 y la creación de la Generalitat. La reforma militar era fundamental, dada la gran influencia política que tenía el ejército. También se abordaron importantes reformas laborales, que establecieron salarios mínimos y seguros de accidentes. Se realizó una reforma educativa para la mejora social. También se regularon el matrimonio civil y el divorcio.

Oposición a las Reformas

En agosto de 1932 tuvo lugar un intento de golpe de estado dirigido por el general Sanjurjo en Sevilla, que fracasó. Los anarquistas provocaron levantamientos y ocupaciones de fincas. En la localidad de Casas Viejas hubo un levantamiento campesino en enero de 1933, que se saldó con varios muertos. La derecha acudió a las elecciones en un bloque llamado CEDA, dirigido por Gil Robles.

El Bienio Conservador

El Partido Radical del cordobés Lerroux se hizo cargo del gobierno apoyado por la CEDA. En 1934, la entrada de ministros de la CEDA en el gobierno no fue bien recibida por parte de los partidos de izquierda y decidieron tomar el poder de forma no democrática, lo que derivó en la Revolución de Octubre. La revolución triunfó en Asturias. En Cataluña, el gobierno autónomo se sumó a la insurrección y Lluís Companys proclamó la República Catalana dentro de la República Española.

El Frente Popular

La izquierda se presentó a las elecciones unida en el Frente Popular, integrado por socialistas, comunistas, partidos republicanos y algunas fuerzas nacionalistas, más el apoyo de los anarquistas. En la derecha ganaron peso los líderes extremistas Calvo Sotelo y Primo de Rivera (líder del partido fascista Falange Española). En la calle la crispación aumentaba, se produjeron oleadas de huelgas, quema de iglesias y enfrentamientos armados entre falangistas y militantes de las organizaciones obreras, que en muchos casos acabaron en asesinatos. Finalmente, el 2 de julio de 1936, pistoleros de la derecha asesinaron al teniente Castillo, conocido hombre de izquierdas, y sus compañeros asesinaron a Calvo Sotelo.

El Golpe de Estado y la División de España

La zona dominada por los sublevados, que se denominaron nacionales, abarcaba parte de Andalucía occidental, la mayor parte de las dos Castillas, Galicia, Cáceres, Navarra, Baleares (menos Menorca) y Canarias. Para unificar el mando y ejercer una verdadera autoridad política, los sublevados crearon en Burgos la Junta de Defensa Nacional. Meses después se nombró a Franco jefe de gobierno. Los sindicatos y algunas organizaciones populares aprovecharon para realizar la revolución social y expropiaron fincas y fábricas. Al tiempo, se organizaron milicias populares para defender la República, pero carecían de coordinación y en ocasiones se enfrentaban entre ellas. Meses después se creó el Ejército Popular, en el que se englobaron las milicias, pero la desobediencia al gobierno por parte de algunos grupos debilitó al bando republicano.

Nacionalización del Conflicto

Gran Bretaña y Francia firmaron un acuerdo de no intervención para evitar el conflicto, pero pronto se incumplió. La República obtuvo ayuda de la URSS, a la que pagó al contado con los depósitos de oro de España. Los rebeldes recibieron armas y soldados de la Italia fascista y de la Alemania nazi, a cambio de concesiones mineras. Esta ayuda fue superior. Miles de voluntarios extranjeros abandonaron sus países y se alistaron en las Brigadas Internacionales, que tuvieron un papel destacado.

La Evolución de la Guerra

A principios de agosto, las tropas de Marruecos cruzaron Gibraltar y conquistaron Andalucía occidental, luego pasaron a Extremadura y Toledo. La ofensiva sobre Madrid comenzó en otoño de 1936 y se prolongó durante el invierno. La llegada de las primeras Brigadas Internacionales y de aviones y tanques impidió la toma de la capital. Los franquistas fueron derrotados en la batalla del Jarama y en la de Guadalajara (febrero y marzo de 1937). El 26 de abril de 1937 tuvo lugar el bombardeo de Guernica por parte de la aviación alemana. El País Vasco cayó en manos de los nacionales y luego también Santander y Asturias. Los republicanos contraatacaron en Brunete y Belchite. A finales de 1937, Franco se dirigió al frente este. Se produjo la batalla del Ebro, que duró más de 3 meses y en la que el ejército republicano quedó totalmente destruido. Los nacionales avanzaron hacia Cataluña sin apenas oposición y tomaron Barcelona en enero de 1939. En mayo de aquel año, las tropas franquistas entraron en Madrid y la guerra terminó.

Vivir en Guerra

Había racionamiento de alimentos y otros solo se conseguían con receta médica. La forma más común de represalia practicada por los dos bandos fueron los «paseos»: un grupo armado sacaba de su domicilio a una persona por la noche y la asesinaban fuera de la localidad. Los líderes sindicales, miembros de la República, izquierdistas fueron asesinados o encarcelados. También eran perseguidos los caciques, los terratenientes, los empresarios y los que pertenecían al clero. Los fusilados se enterraban en fosas comunes. Para evitar los padecimientos de la guerra, unos 30.000 niños salieron de España con destino a otros países. Estos fueron conocidos como los «niños de la guerra». Al finalizar el conflicto, cientos de miles de personas marcharon al exilio.