La Segunda República Española: de la Esperanza al Desastre (1931-1936)

La Segunda República Española: de la Esperanza al Desastre (1931-1936)

El nacimiento de la República

El 13 de abril de 1931, una serie de manifestaciones en apoyo a la república recorrieron las calles de Madrid. La bandera tricolor ondeaba por toda la ciudad. Ante la presión popular, Alfonso XIII decidió abdicar y abandonar España. La efervescencia popular era incontenible.

Se formó un Gobierno Provisional que proclamó la república el 14 de abril. Niceto Alcalá-Zamora, de Derecha Liberal Republicana, asumió la presidencia de la república, y Manuel Azaña, de Acción Republicana, la del gobierno. El Partido Radical estaba representado por Alejandro Lerroux, y los radical-socialistas por Marcelino Domingo. Los socialistas contaban con tres representantes: Francisco Largo Caballero, Indalecio Prieto y Fernando de los Ríos. Francesc Macià D’Olwer representaba al catalanismo político y Santiago Casares Quiroga a los galleguistas de la ORGA.

El gobierno convocó elecciones a Cortes para la elaboración de una nueva constitución. El resultado dio lugar a un amplio abanico ideológico, cuya mayoría eran republicanos de centro izquierda e izquierda, y socialistas. Las Cortes tenían como prioridad elaborar una constitución que recogiera la nueva realidad política del país.

La Constitución de 1931

La Constitución se articuló en IX títulos y 125 artículos. Sus rasgos más definitorios fueron su carácter democrático y progresista.

  • El Título I, referido a la forma de estado, daba cabida a las autonomías regionales. Se definía a España como»una república democrática de trabajadores de toda clas».
  • El Título III establecía la aconfesionalidad del Estado. La cuestión confesional despertó fuertes enfrentamientos, hasta el punto de producirse quema de conventos.
  • Se recogían los derechos y deberes de los españoles, se abolió la pena de muerte y se otorgó el derecho de voto a las mujeres.
  • El artículo 26 regulaba las relaciones del Estado con la Iglesia, declarando al Estado español como laico.

El Bienio Progresista (1931-1933)

El gobierno, denominado»conjunction republicano-socialist» y bajo la presidencia de Azaña, impulsó un programa de reformas sociales y administrativas para la modernización de España. Este programa encontró la oposición desde la Iglesia Católica, el ejército y los grandes propietarios, hasta los sectores de izquierda radical-revolucionaria.

Reforma Militar

Lo que convirtió a Azaña en una figura política de primer orden y en el Presidente del Consejo de Ministros fue su actuación como ministro de la Guerra en el gobierno provisional. Las primeras reformas militares de Manuel Azaña estuvieron dirigidas a adecuar la cantidad de efectivos militares a las necesidades reales del país. También se promulgó la Ley de Retiro de la Oficialidad, según la cual, los oficiales podían retirarse con el sueldo íntegro, pero si permanecían en servicio tenían que mostrar su adhesión al nuevo régimen.

Reforma Agraria

El gobierno decidió la expropiación de las fincas que no cumpliesen un fin social. La ley no respondió a las expectativas del campesinado, creando un fuerte rechazo a la república entre los propietarios. Uno de los acontecimientos más graves fue el suceso de Casas Viejas, donde los campesinos ocuparon una finca, lo que produjo 25 muertos. Este hecho abrió fisuras en la coalición del gobierno de Azaña.

Reforma Educativa

El gobierno puso en marcha el proyecto de construcción de centros escolares, se planteó mejorar las condiciones salariales de los docentes y convocó 7.000 plazas de maestros. Todo esto con el fin de hacer frente al analfabetismo. Se potenció la educación laica, lo que llevó a un fuerte enfrentamiento con la Iglesia.

Reforma Laboral

Largo Caballero estableció una legislación donde la jornada laboral era de 8 horas y se fijaba un salario mínimo agrícola. Se crearon jurados mixtos y se estableció la Ley de Términos Municipales para hacer frente a la contratación de trabajadores agrícolas de otras localidades.

El Bienio Conservador (1933-1935)

Se convocaron elecciones el 19 de noviembre de 1933. La campaña electoral fue tensa. Las fuerzas de izquierdas acudieron divididas a las elecciones, mientras la derecha se agrupó en torno a la CEDA, bajo el liderazgo de José María Gil-Robles. El resultado fue un vuelco electoral que llevó a la derecha al poder, dando lugar al Bienio Conservador, que se caracterizó por la paralización de las reformas.

Los monárquicos, tradicionalistas y carlistas, junto a grupos de corte totalitario que acababan de llegar al poder con Hitler y Mussolini, formaban las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS) y la Falange Española de José Antonio Primo de Rivera. El éxito de la CEDA, cuyo máximo representante era Gil-Robles, llevó a la coalición derechista a apoyar un gobierno de los radicales de Lerroux.

La situación política era complicada, en parte por la heterogeneidad de la CEDA, donde se daban la mano quienes aceptaban la república y los enemigos del régimen republicano. Gil-Robles encontró un rechazo por parte de la izquierda para asumir la jefatura del gobierno. Alcalá-Zamora propuso a Lerroux como presidente del nuevo gobierno con el apoyo de la CEDA.

Sin embargo, los partidos de izquierda (PSOE y UGT) dudaban de la fidelidad de la CEDA a la república y prepararon una huelga general revolucionaria que obtuvo una respuesta desigual. En Asturias se produjo una insurrección armada que significó el comienzo de un movimiento revolucionario. Las cuencas mineras se alzaron en armas contra el gobierno de la república. Dicha insurrección fue reprimida con dureza hasta restablecer el orden. La dura represión que siguió a los sucesos de octubre de 1934 llevaron al gobierno a una creciente impopularidad.

La reforma agraria fue paralizada en la práctica. Los nombramientos de militares de dudosa lealtad a la república, como el de Francisco Franco, generaron mucho malestar en la oposición, mientras que las tensiones entre los radicales y la CEDA eran cada vez más fuertes.

La crisis del 35

Un escándalo de licencias de juego en el que se vieron involucrados familiares del presidente del gobierno, conocido como el»estraperl», provocó que Lerroux dimitiera. La solución fue convocar elecciones. La campaña electoral fue muy virulenta. El resultado proporcionó una ventaja al Frente Popular frente a la CEDA. La ley electoral permitió al Frente Popular obtener una amplia mayoría en el Congreso.

El Frente Popular (febrero-julio de 1936)

Alcalá-Zamora encargó la formación del gobierno a Azaña sobre las bases republicano-socialistas. Sin embargo, los socialistas radicalizaron sus posturas. En el PSOE se impuso la línea de Largo Caballero, que consideraba a los partidos de izquierda republicana como representantes de una burguesía cuyo propósito no iba más allá de algunas reformas. Dicho radicalismo se trasladó a las calles, donde el ambiente era tenso y el gobierno se veía desbordado. Cada vez eran más comunes los enfrentamientos entre la izquierda radical y la derecha totalitaria.

La izquierda en el poder

: El gobierno de azaña pretendia poner en marcha las reformas anteriores pero se vio desbordado y desde marzo se rumoreaba un golpe militar. las muertes y violencias eran el argumento necesario para la justificacion militar. en el tenso ambiente cualquier reforma se consideraba antesala de revolucion. en mayo azaña salio de la presidencia del gobierno y asumio la de la republica quiroga. entro los rumero del golpe de estado se produjo el asesinato del jefe del bloque nacional y de jose calvo sotelo. El 17 de julio Franco se sublva en canarias, adelantandose los planes de Mola que cerraba los ultimos acuerdos para llevar a cabo el golpe de estado el 25 de agosto.

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