La Segunda República Española: de la Esperanza al Desastre

La Proclamación de la República y la Constitución de 1931

Las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 en España mostraron una división: las zonas rurales apoyaron a la monarquía, mientras que las ciudades y centros urbanos favorecieron la instauración de una república.

Dos días después, Alfonso XIII decidió respetar la voluntad popular y renunciar a la monarquía, dejando España. En Madrid, los partidos firmantes del Pacto de San Sebastián formaron un gobierno provisional presidido por Niceto Alcalá Zamora. El gobierno implementó medidas urgentes: amnistía para presos políticos, libertades políticas y sindicales, y nuevos altos funcionarios. Convocó elecciones municipales para mayo, para evitar que las autoridades monárquicas mantuvieran el control local. Estas elecciones resultaron en una victoria aplastante para los partidos republicanos y socialistas.

Las elecciones a Cortes Constituyentes en junio de 1931 mostraron una victoria de la coalición republicano-socialista. El PSOE se convirtió en el principal partido, seguido por el Partido Republicano Radical y organizaciones de la Izquierda Republicana. La derecha republicana y los monárquicos sufrieron una derrota.

El gobierno republicano-socialista, liderado por Niceto Alcalá Zamora, se encargó de la creación de una nueva Constitución republicana.

La Constitución de 1931

Las Cortes constituyentes inauguraron sus sesiones el 14 de julio de 1931. La Constitución tenía un carácter democrático y progresista. El Estado se configuraba de forma integral, pero se aceptaba la posibilidad de constituir gobiernos autonómicos en algunas regiones. La Constitución de 1931 estableció el principio de soberanía popular, la forma de gobierno republicana, Cortes de carácter unicameral y una clara separación de poderes.

El Parlamento ejercería el poder legislativo con preeminencia sobre el gobierno y el Jefe de Estado. Se hacía una amplia declaración de derechos y libertades. Se garantizaba la igualdad absoluta ante la ley, la educación y el trabajo y la no discriminación por razón de origen, sexo o riqueza, instaurándose la educación primaria obligatoria y gratuita. Se establecía el derecho a voto desde los 23 años y por primera vez se condecía el voto a las mujeres. Por último, se declaraba la laicidad del Estado (separación Iglesia-Estado) y se reconocían el matrimonio civil y el divorcio.

Los debates parlamentarios

La definición y defensa de los derechos sociales e individuales provocó intensos debates entre derechas e izquierda. Uno de ellos que alcanzó relevancia fue el derecho de sufragio de las mujeres, que acabó con la implantación de un sistema de sufragio universal en España. Esto enfrentó a las únicas diputadas presentes en ese momento en las Cortes: Clara Campoamor, Victoria Kent y Margarita Nelken. Al final se impuso la idea de que no era una cuestión de oportunidad sino de elemental justicia y las mujeres pudieron votar por primera vez en España en las elecciones de 1933.

La Constitución, que fue aprobada el 9 de diciembre de 1931, obtuvo el rechazo absoluto de los partidos de derecha. Alcalá Zamora fue nombrado presidente de la República y Manuel Azaña le sustituyó en el cargo de presidente del gobierno.

El sistema de partidos y sindicatos

El PSOE era el partido más sólido y estructurado, contando con el apoyo de la UGT, y recogía buena parte del voto obrero. En 1935 se creó el POUM de tendencia antiestalinista.

Las opciones de centro o centro-derecha estuvieron representadas por los seguidores de Alcalá-Zamora y, sobre todo, por el Partido Republicano Radical (PRR) de Lerroux. En la derecha, el partido fuerte era la CEDA de Gil Robles, que defendía la propiedad agraria y los intereses de sus propietarios y el tradicional peso de la Iglesia y del Ejército. Con una actitud claramente hostil hacia la República, existían grupos monárquicos como Renovación Española, que defendía abiertamente la necesidad de un golpe de Estado. Finalmente, pequeños grupos de corte nacionalsocialista y fascista crearon en 1931 las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS), unidas más adelante a Falange Española, partido fundado en 1933 y dirigido por José Antonio Primo de Rivera. Su ideología era antidemocrática.

El Bienio reformista (1931-1933)

La política de reformas desarrollada especialmente durante el bienio de izquierdas, fue impulsada por el Gobierno de Manuel Azaña y se basó en la alianza entre la burguesía republicana de izquierdas y el obrerismo socialista.

Reformas socio-laborales y cuestión agraria

El socialista Largo Caballero creó una nueva legislación socio-laboral con la llegada de la república.

La Ley de Reforma Agraria de 1932

Su objetivo era crear una clase media rural, propietaria de sus explotaciones y que habría de ser la que incentivara la salida del atraso industrial.

Iglesia y laicismo

Uno de los primeros objetivos de la República fue limitar la influencia de la Iglesia. Se permitieron el divorcio y el matrimonio civil, se retiraron los crucifijos de las escuelas. Este tipo de decisiones generó una fuerte polémica en un país eminentemente católico.

La Reforma militar

La República pretendía asegurar la obediencia del ejército al poder civil y a la vez modernizar su estructura y organización.

Con esta finalidad se promulgó la Ley de Retiro de la Oficialidad, que ofrecía la posibilidad de retirarse voluntariamente y en óptimas condiciones. La «Sanjurjada» fue un aviso de que la lealtad del ejército no estaba garantizada.

En cuestión de seguridad, se creó la Guardia de Asalto, fuerza de orden público fiel a la República y preparada para intervenir en las ciudades.

La política territorial

Las primeras elecciones dieron la victoria a ERC y Francesc Maciá fue elegido presidente de la Generalitat, cargo que ocupó hasta su muerte en 1933, cuando fue sustituido por Companys. En el País Vasco, José Antonio Aguirre, dirigente del PNV, fue elegido primer lendakari.

La promoción de la enseñanza y la cultura

Para consolidar una enseñanza pública, obligatoria y gratuita, los profesores debían extender los ideales del régimen. También se formó una guerra escolar debido a la no obligatoriedad de la enseñanza de la religión católica.

El Bienio conservador (1933-1936)

Las elecciones de noviembre de 1933 dieron la victoria a los partidos de centro-derecha. Las principales fuerzas políticas fueron el Partido Radical de Alejandro Lerroux y la CEDA de Gil Robles.

La paralización de las reformas

En el campo se fijó la devolución de tierras a la nobleza, el campesinado respondió con la huelga. Se estableció un presupuesto para el culto y el clero y se intentó firmar un Concordato con la Santa Sede. La reforma militar sin embargo siguió adelante, al igual que la reforma de la educación, aunque eso sí, conociendo un recorte en el presupuesto disponible.

La Revolución de octubre de 1934

Francisco Largo Caballero, líder del sector socialista más radical, propuso la ruptura con la República y con las fuerzas burguesas e iniciar la revolución. Por su parte, Indalecio Prieto, representante del socialismo moderado, defendía la colaboración con los republicanos de izquierda para tratar de estabilizar la República.

Al día siguiente de la formación del nuevo gobierno se produjeron huelgas generales. El gobierno respondió declarando el Estado de Guerra. La revolución terminó siendo aplastada por las tropas de la Legión y los Regulares traídos desde Marruecos y dirigidas por los generales Godet y Franco. En Cataluña el presidente de la Generalitat, Lluís Companys, proclamó el 6 de octubre de 1934 la República Catalana dentro de la República Federal Española.

La crisis del segundo bienio

Medidas adoptadas fueron:

  • Suspensión del Estatuto de Cataluña.
  • Devolución de las propiedades a los jesuitas.
  • Nombramiento de Gil Robles como ministro de la Guerra.

La CEDA presentó en julio de 1935 un anteproyecto para la reforma de la Constitución, con el que se pretendía restringir la formación de regiones autónomas, abolir el divorcio e impedir la socialización de la propiedad. El proyecto no llegó a votarse debido a la caída del gobierno.

Las elecciones de 1936

En las elecciones de febrero de 1936 se enfrentaron dos bloques:

  • Una coalición de izquierdas (republicanos, socialistas y comunistas) agrupada en torno al Frente Popular.
  • Los partidos de derecha se aglutinaron en torno al Bloque Nacional.

El Frente Popular (1936)

Destituyeron a Alcalá Zamora como presidente de la República y nombraron en su lugar a Manuel Azaña (republicano de izquierda). Casares Quiroga (republicano galleguista) fue elegido presidente de un gobierno.

La preparación del golpe de Estado

El golpe de Estado venía gestándose desde hacía tiempo. De hecho, ya en abril de 1936 hubo un primer intento de golpe que fracasó debido a la falta de organización. El mando de la conspiración pasó al general Mola, este pretendía crear una Dictadura Republicana de carácter militar. El golpe se precipitó debido al encadenamiento de una serie de acontecimientos. El alzamiento no logró imponerse en las dos ciudades más importantes, es decir, en Madrid y Barcelona, quedando España dividida en dos zonas de prácticamente el mismo tamaño. Esto desembocó en una guerra civil que duraría tres largos años.

ría tres largos años.

2República:Las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 en España mostraron una división: zonas rurales apoyaron a la monarquía, mientras que las ciudades y centros urbanos favorecieron la instauración de una república.Dos dias después, Alfonso XIII decidió respetar la voluntad popular y renunciar a la monarquía, dejando España. En Madrid los partidos firmantes del Pacto de San Sebastián formaron un gobierno provisional presidido por Niceto Alcalá Zamora.El gobierno implementó medidas urgentes: amnistía para presos políticos, libertades políticas y sindicales, y nuevos altos funcionarios.Convocó elecciones municipales para mayo, para evitar que las autoridades monárquicas mantuvieran el control local. Estas elecciones resultaron en una victoria aplastante para los partidos republicanos y socialistas.Las elecciones a Cortes Constituyentes en junio de 1931 mostraron una victoria de la coalición republicano-socialista.El PSOE se convirtió en el principal partido, seguido por el Partido Republicano Radical y organizaciones de la Izquierda Republicana. La derecha republicana y los monárquicos sufrieron una derrota.El gobierno republicano-socialista, liderado por Niceto Alcalá Zamora, se encargó de la creación de una nueva Constitución republicana.La Constitución de 1931.

Las Cortes constituyentes inauguraron sus sesiones el 14 de julio de 1931.La Constitución tenía un carácter democráctico y progresista.El Estado se configuraba de forma integral, pero se aceptaba la posibilidad de constituir gobiernos autonómicos e algunas regiones.La Constitución de 1931 estableció el principio de soberanía popular, la forma de gobierno republicana, Cortes de carácter unicameral y una clara separación de poderes.


El Parlamento ejercería el poder legislativo con preeminencia sobre el gobierno y el Jefe de Estado. Se hacía una amplia declaración de derechos y libertades.Se garantizaba la igualidad absoluta ante la ley, la educación y el trabajo y la no discriminación por razón de origen, sexo o riqueza, instaurándose la educación primaria obligatoria y gratuita. Se establecía el derecho a voto desde los 23 años y por primera vez se condecía el voto a las mujeres. Por último, se declaraba la laicidad del Estado (separación Iglesia-Estado) y se reconocían el matrimonio civil y el divorcio. Los debates parlamentarios. La definición y defensa de los derechos sociales e individuales provocó intensos debates entre derechas e izquierda.Uno de ellos q alcanzó relevancia fue el derecho de sufragio de las mujeres, acabó con la implantación de un sistema de sufragio universal en España. Esto enfrentó a las únicas diputadas presentes en ese momento en las Cortes:

Clara Campoamor, Victoria Kent y Margarita Nelken. Al final se impuso la idea de que no era una cuestión de oportunidad sino de elemental justicia y las mujeres pudieron votar por primera vez en España en las elecciones de 1933. La Constitución, que fue aprobada el 9 de diciembre de 1931, obtuvo el rechazo absoluto de los partidos de derecha. Alcalá Zamora fue nombrado presidente de la República y Manuel Azaña le sustituyó en el cargo de presidente del gobierno.El sistema de partidos y sindicatos.El PSOE era el partido más sólido y estructurado, contando con el apoyo de la UGT, y recogía buena parte del voto obrero. En 1935 se creó el POUM de tendencia antiestalinista.


Las opciones de centro o centro-derecha estuvieron representadas por los seguidores de Alcalá-Zamora y, sobre todo, por el Partido Republicano Radical (PRR) de Lerroux. En la derecha, el partido fuerte era la CEDA de Gil Robles, que defendía la propiedad agraria y los intereses de sus propietarios y el tradicional peso de la Iglesia y del Ejército. Con una actitud claramente hostil hacia la República, existían grupos monárquicos como Renovación española, que defendia abiertamente la necesidad de un golpe de Estado. Finalmente, pequeños grupos de corte nacionalsocialista y fascista crearon en 1931 las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS), unidas más adelanta a Falange Española, partido fundado en 1933 y dirigido por José Antonio Primo de Rivera. Su ideología era antidemocrática. El Bienio reformista (1931-1933).La política de reformas desarrollada especialmente durante el bienio de izquierdas, fue impulsada por el Gobierno de Manuel Azaña y se basó en la alianza entre la burguesía republicana de izquierdas y el obrerismo socialistas. Reformas socio-laborales y cuestión agraria. El socialista Largo Caballero creó una nueva legislación socio-laboral con la llegada de la república.La Ley de Reforma Agraria de 1932:Su objetivo era crear una clase media rural, propietaria de sus explotaciones y que habría de ser la que incentivara la salida del atraso industrial. Iglesia y laicismo.Uno de los primeros objetivos de la República fue limitar la influencia De la Iglesia.Se permitieron el divorcio y el matrimonio civil, se retiraron los crucifijos de las escuelas. Este tipo de decisiones generó una fuerte polémica en un país eminentemente católico.

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