La Segunda República Española: De la Reorganización de la Derecha al Frente Popular

La Reorganización de la Derecha y el Ascenso del Frente Popular

La Reorganización de la Derecha

La derecha republicana, representada por Alcalá Zamora y Miguel Maura en el gobierno provisional, se organizó para las elecciones a Cortes Constituyentes de 1931. En marzo de 1933, el diputado José María Gil Robles, junto a otros representantes de la derecha, organizó la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), un conglomerado político unido por el catolicismo y con propósitos antirreformistas. Los monárquicos constituyeron Renovación Española, encabezada por José Calvo Sotelo. José Antonio Primo de Rivera fundó Falange Española, inspirada en los movimientos fascistas europeos y defensora de un exaltado nacionalismo español.

Las Elecciones de 1933

Estas fueron las primeras elecciones en las que votaron las mujeres y contaron con una elevada participación, teniendo en cuenta que los anarquistas recomendaron la abstención. El electorado se decantó por las candidaturas de la derecha y el centro. Las razones del triunfo de la derecha fueron variadas: el desgaste del gobierno reformista, la abstención anarquista, la dispersión electoral de la izquierda y el temor ante el incremento de la conflictividad social.

Los Gobiernos de Centro Derecha

El presidente Niceto Alcalá Zamora, receloso de Gil Robles, quien no se había manifestado a favor de la República, nombró al radical Alejandro Lerroux como presidente de un gobierno sin cedistas, pero con un amplio apoyo parlamentario de derecha y centro. El nuevo gobierno frenó las reformas del Bienio Progresista y concedió la amnistía a los sublevados de la Sanjurjada (levantamiento dirigido por el general Sanjurjo en agosto de 1932). La llegada de la derecha al poder y el aumento del malestar social radicalizaron a un sector predominante de los dirigentes socialistas, quienes comenzaron a planear acciones revolucionarias al margen del juego democrático.

Octubre de 1934

A comienzos de octubre, la exigencia de Gil Robles de participar en el gobierno con tres cedistas en el nuevo ejecutivo, la política represiva del gobierno, el malestar social y el afianzamiento de Hitler en Alemania, fueron percibidos por la izquierda obrera como una amenaza para la República. Los planes de alzamiento insurreccional de los socialistas se activaron y el 5 de octubre se declaró una huelga general revolucionaria con desigual incidencia en toda España. En Asturias, la huelga general se convirtió en una auténtica revolución social. La UGT y la CNT constituyeron la Alianza Obrera, con un programa revolucionario elaborado por Indalecio Prieto. Los sucesos de octubre dejaron una honda impresión. Alrededor de 30.000 personas fueron encarceladas. Largo Caballero fue detenido, al igual que Azaña; se suspendió la prensa obrera y se clausuraron los locales de sus asociaciones y partidos.

Fin del Bienio de Derechas

Los sucesos de octubre de 1934 provocaron una derechización del gobierno. Gil Robles, designado ministro de Guerra, promovió una serie de nombramientos, entre ellos el de Franco como jefe del Estado Mayor Central. En septiembre de 1935, Alejandro Lerroux dimitió, tras conocerse el llamado escándalo del estraperlo, en el que estaba implicado. Gil Robles reclamó el poder para la CEDA, pero Alcalá Zamora se negó, ante la indignación del líder derechista, que amenazó con apoyar un golpe de Estado militar. El veterano político Portela Valladares accedió a la presidencia del gobierno para preparar elecciones generales, que fueron convocadas para el 16 de febrero de 1936.

La República del Frente Popular

Los resultados de las elecciones evidenciaron la polarización del país, con un triunfo del Frente Popular frente a la coalición de derechas por solo 150.000 votos. Manuel Azaña constituyó un gobierno moderado de izquierdas, sin socialistas, que propuso la destitución de Alcalá Zamora como presidente de la República. Aceptada por las Cortes, Azaña le sustituyó en el cargo y designó a Santiago Casares Quiroga presidente del Consejo de Ministros. El triunfo de la izquierda aceleró los preparativos de una conspiración militar derechista, coordinada por el general Emilio Mola, gobernador militar de Navarra. En la conjura se implicaron los sectores más conservadores de la sociedad y del Ejército, con el fin de retomar el orden, frenar las reformas y restablecer un Estado central mediante el establecimiento de un directorio militar. El 12 de julio de 1936, el izquierdista teniente Castillo, de la Guardia de Asalto, fue asesinado en Madrid. Como represalia, algunos de sus compañeros secuestraron y asesinaron a José Calvo Sotelo, parlamentario de la derecha. Sus muertes pusieron de manifiesto la grave tensión existente en España.

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