La Segunda República Española: Triunfos, Crisis y Revolución

Las Fuerzas Políticas en la Segunda República Española

A finales del siglo XIX, el descontento con el sistema de la Restauración borbónica se extendía por España. Republicanos, socialistas y nacionalistas, unidos en su deseo de cambio, se alzaban como las principales fuerzas de oposición a la monarquía. A ellos se sumaban algunos sectores monárquicos desencantados con Alfonso XIII. Este clima de inestabilidad propició la proclamación de la Segunda República en 1931.

Con el nuevo régimen, se formó un gobierno provisional con el objetivo de modernizar el Estado. Se impulsaron reformas económicas, sociales y políticas que buscaban democratizar el país. Sin embargo, estas medidas encontraron una férrea oposición. La oligarquía, la Iglesia y sectores monárquicos, aferrados a sus privilegios, se resistían al cambio. Al mismo tiempo, algunos grupos obreros criticaban la lentitud de las reformas. La República se encontraba atrapada en un fuego cruzado entre la derecha y la izquierda, cada una con sus propias demandas y agendas.

La Constitución de 1931: Un Hito en la Democracia Española

La Constitución de 1931, elaborada por una comisión presidida por Jiménez de Asúa, marcó un antes y un después en la historia de España. Aprobada el 9 de diciembre de 1931, con la abstención de la derecha, la Carta Magna establecía los pilares de un Estado democrático y moderno.

Características esenciales de la Constitución de 1931:

  1. Establecimiento de una República democrática de trabajadores.
  2. Amplia declaración de derechos, incluyendo el matrimonio civil y el divorcio.
  3. Soberanía nacional y división de poderes.
  4. Estado integral con garantía de autonomía para las regiones.
  5. Reconocimiento de la propiedad privada subordinada al interés general.
  6. Relación Estado-Iglesia: España se declara una República laica.

Tras la aprobación de la Constitución, Niceto Alcalá Zamora fue elegido Presidente de la República, mientras que Manuel Azaña asumió la jefatura del gobierno.

El Bienio Reformista (1931-1933): Un Intento de Transformación

El gobierno republicano-socialista, liderado por Azaña, se propuso abordar los problemas que aquejaban a España. Durante el Bienio Reformista, se impulsaron una serie de reformas:

Principales reformas del Bienio Reformista:

  1. Desarrollo de las autonomías: Se reconoció la autonomía de Cataluña con la Generalitat. El Estatuto Vasco se aprobó en 1936, ya iniciada la Guerra Civil. Galicia y Andalucía no lograron aprobar sus estatutos.
  2. Reforma agraria: La Ley de Reforma Agraria de 1932 buscaba acabar con el latifundismo. Sin embargo, su aplicación fue insuficiente, lo que generó descontento entre el campesinado.
  3. Reforma laboral: Se establecieron leyes para regular las relaciones laborales en el campo, pero la resistencia de propietarios y empresarios limitó su impacto.
  4. Relación Iglesia-Estado: La secularización del Estado provocó la oposición de la Iglesia y el apoyo de esta a la derecha.
  5. Reforma educativa: Impulsada por Marcelino Domingo, se creó una escuela pública, obligatoria, gratuita y mixta. Se suprimió la formación religiosa en las escuelas.
  6. Reforma del ejército: Se modernizó el ejército y se disolvió la Academia General de Zaragoza, dirigida por Franco. Se creó la Guardia de Asalto.

La Revolución de Asturias de 1934: La Respuesta a la Derecha

La llegada al poder de la derecha en 1934, con el gobierno radical-cedista, provocó una fuerte reacción de la izquierda. La huelga general de octubre de 1934 y la Revolución de Asturias fueron la respuesta a este giro político.

La entrada de la CEDA en el gobierno, con ministros en carteras clave, fue vista como una amenaza por la izquierda. La huelga general, convocada por el PSOE y la UGT, buscaba desestabilizar al gobierno. En Asturias, la huelga se convirtió en una revolución. Los obreros ocuparon importantes zonas y crearon comités revolucionarios.

La respuesta del gobierno fue contundente. El general López Ochoa, al mando del ejército, avanzó hacia Asturias para sofocar la rebelión. El 12 de octubre, tropas regulares y legionarios marroquíes, liderados por el general Yagüe, iniciaron el asalto final a Oviedo. Desde Madrid, el general Francisco Franco dirigió las operaciones.

La resistencia de los revolucionarios se prolongó hasta el 17 de octubre. Tras negociar la rendición, el comité revolucionario aceptó deponer las armas a cambio de que las tropas coloniales no entraran en primera línea. La Revolución de Asturias fue un fracaso, pero tuvo importantes consecuencias.

Consecuencias de la Revolución de Asturias:

  • Radicalización de la política española.
  • Acercamiento de la derecha a la Alemania nazi.
  • Unión de las fuerzas de izquierda.
  • Conversión de la amnistía para los represaliados en un objetivo prioritario para la izquierda.

La Revolución de Asturias marcó un punto de inflexión en la Segunda República. La violencia política se intensificó, la polarización social se agudizó y el fantasma de la guerra civil se cernía sobre España.

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