La Segunda República Española: Un Intento de Democracia Truncado

La Segunda República Española: Un Intento de Democracia Truncado

La II República fue un intento de solucionar los viejos problemas de España, después de la dictadura de Primo de Rivera, a través de una vía democrática y legal. Reformista pero no revolucionaria y de cierta raíz regeneracionista. Se caracterizó por la inestabilidad, la radicalización y las divisiones internas; unido a un desfavorable contexto internacional.

La Caída de la Monarquía y el Nacimiento de la República

Tras la dimisión de Primo de Rivera y la Dictablanda de Berenguer, Alfonso XIII nombra Jefe de gobierno al almirante Aznar. En estos últimos años la pérdida de apoyos y soledad de la monarquía era evidente como demostró el Pacto de San Sebastián (agosto 1930; republicanos, socialistas, nacionalistas que se comprometían a derribar la monarquía y formar un gobierno provisional). Las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 se convirtieron en un plebiscito nacional, en el que el triunfo republicano y socialista hizo estallar el júbilo popular y provocó la renuncia de Alfonso XIII. Mientras el 14 de abril se izaba la bandera tricolor.

El primer paso fue la formación de un gobierno provisional (1931) presidido por Niceto Alcalá Zamora. Su decisión inicial fue la creación de una comisión (Jiménez de Asúa) para elaborar una nueva constitución republicana; para cuya elaboración definitiva se convocan elecciones a Cortes constituyentes para el 28 de junio.

Los Primeros Problemas y Reformas

Antes, surgen los problemas: Maciá proclama la República catalana, y el 10 de mayo afloran las primeras manifestaciones violentas de anticlericalismo con quema de edificios religiosos (dañando la imagen de la República). Desde el principio, el Gobierno provisional inició un programa de actuaciones reformistas. Para adecuar el ejército, se legisló el retiro voluntario de mandos, se crearon nuevas escuelas públicas, el ministro de Trabajo Largo Caballero redujo la jornada laboral…

Las elecciones dieron vencedores a la conjunción republicano-socialista con el PSOE. Por ello, la Constitución de 1931 responde a valores laicos e izquierdistas, no consensuados. España queda definida como “República democrática de trabajadores de toda clase”. Reconociéndose un amplísima gama de derechos individuales (sufragio a la mujer) y sociales (restricción a la propiedad). Se constituyó como un Estado “integral” con autonomías. Se derivó en la práctica del laicismo, se reorganizaron los poderes desde la soberanía popular: ejecutivo en el presidente de la República y en el Jefe de gobierno, legislativo en unas cortes unicamerales y el judicial en los tribunales.

El Bienio Reformista (1931-1933)

Fue promulgada el 9 de diciembre de 1931. Estableciéndose un gobierno de coalición republicano-socialista dirigido por Manuel Azaña, y se elige después como presidente a Niceto Alcalá Zamora. Comenzando el Bienio reformista o Social-azañista o republicano-socialista (1931-1933). Con las siguientes líneas de actuación:

Ejército

Acabar con la intromisión militar en la política, modernizarlo y fidelizarlo a la República. Hubo un intento de golpe de Estado por el gral. Sanjurjo (Sanjurjada) en agosto de 1932.

Estatutos de Autonomía

Cataluña inicia el proceso para su consecución, con su aprobación final el 9 de septiembre de 1932. Los vascos fracasan en el primer intento, y la consiguió finalmente en octubre de 1936. En Galicia el estallido de la guerra impidió su tramitación.

Cuestión Religiosa

Se declaró en el texto fundacional como Estado laico, pero las posteriores leyes lo acercaron al laicismo (Ley de Congregaciones, supresión de la enseñanza religiosa, etc.).

Mundo Agrario

La propiedad del campo era el problema estructural más grave de España. El 21 de septiembre de 1932 se promulgó la Ley de Bases de la Reforma Agraria; estableciéndose la expropiación sin indemnización de las tierras. El Instituto para la Reforma Agraria (IRA) se encargaría. El descontento invadió al campesinado (Casas Viejas) y a los propietarios (trabas legales), convirtiéndose en los opositores de la República.

Educación

. Se inició una profunda reforma para crear un sistema educativounificado, público, laico y gratuito (edificación de escuelas, aumento del nº demaestros, aumento en el salario). Pero no se llevó a cabo todo lo proyectado por lafalta de financiación.Azaña vio aumentar durante su gobierno la oposición en torno suyo. La derecha estabadescontenta por el anticlericalismo, el ejército por las medidas centralizadoras; y la izquierdase radicalizó. Inquietud y desesperación que causará revueltas anarquistas como los sucesosde Casas Viejas (Cádiz). Los socialistas rompieron la coalición con la izquierda republicanade Azaña y abandonaron las medidas reformistas. En septiembre de 1933 Alcalá Zamoradestituyó a Azaña y convocó nuevas elecciones.La República no sólo contó con el apoyo de lo mejor de la intelectualidad española(Ortega), sino que además encontraba entre sus dirigentes más destacados a figuras como elpropio Azaña. Es lógico que, en esta coyuntura, la República impulsase ambiciososprogramas para llevar la cultura al pueblo (La Barraca). J.P. Fusi afirma que era algo parecidoa un Estado cultural La radicalización política alcanzaba también a los intelectuales y artistas. Con Machado,Valle-Inclán y Alberti en la izquierda; y Ramiro de Maeztu, Eugenio d’Ors en la derechamonárquica. Cabe mencionar a la generación del 36 que cierra la Edad de Plata, con MiguelHernández, Buero Vallejo y Ferrater Mora del lado republicano, y Torrente Ballester y LópezAranguren del sublevado.

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