1.2. El bienio radical-cedista (1933-1935)
b) La revolución de octubre de 1934
Tuvo mayor gravedad en Cataluña y en Asturias. En Cataluña, Lluís Companys, presidente de la Generalitat, proclamó el Estado Catalán independentista. Hubo una dura represión por el general Goded y se suspendió el Estatuto Catalán. En Asturias, los trabajadores proclamaron en Mieres la República Socialista. La situación fue dominada por el general Franco.
Desde octubre hasta finales de 1935 gobernaron varios gobiernos de coalición de radicales y la CEDA. Tras el escándalo del estraperlo se convocarían en diciembre del 35 nuevas elecciones.
1.3. Gobierno del Frente Popular (1936)
En las elecciones de febrero de 1936, las fuerzas de izquierda se presentaron unidas en una coalición, el Frente Popular. La derecha se presentó dividida entre el Bloque Nacional de Calvo Sotelo, la CEDA de Gil Robles y la Falange Española. Los resultados fueron muy justos, pero ganó la izquierda al estar unida y Azaña fue el encargado de presidir el nuevo gobierno. Alcalá Zamora ocuparía la presidencia de la República. En mayo, Azaña sería nombrado presidente de la República, mientras que Casares Quiroga presidiría el gobierno, aunque se produciría una división entre los socialistas. El país quedó dividido en dos grandes bandos, entre la derecha y la izquierda fuertemente enfrentados, que desembocaría en la Guerra Civil.
2.- La Guerra Civil (1936-1939)
2.1. Antecedentes
De abril a julio de 1936 se producen enfrentamientos entre la izquierda y la derecha que van en aumento, alterándose el orden público por luchas callejeras, huelgas, revolución campesina, etc. Esta situación produjo un malestar en el ejército que era incitado por la derecha a una intervención militar, por lo que el gobierno cambió de destino a militares sospechosos como Mola, Franco y Goded. El detonante sería el asesinato el 12 de julio del teniente Castillo de la Guardia de Asalto, que sería contestado con el asesinato del líder de la derecha, Calvo Sotelo, por unos guardias de asalto, lo que aceleró la intervención militar.
2.2. El inicio de la guerra
a) Los preparativos
Tras el triunfo del Frente Popular, muchos generales monárquicos, tradicionales, republicanos o sin filiación política traman una insurrección contra el gobierno. El organizador fue el general Mola desde Navarra y como jefe se designó al general Sanjurjo; ambos morirían en un accidente aéreo.
b) La sublevación
Se inició en Melilla el 17 de julio del 36 y el día 18 se extendió a toda la península: Franco vuela desde Canarias para mandar el ejército de África, Mola se imponía en Navarra, Queipo de Llano dominó la guarnición de Sevilla, Cabanellas triunfaba en Zaragoza. Los levantamientos dirigidos por Fanjul en Madrid y Goded en Barcelona fueron controlados pronto, siendo fusilados. Tras las primeras acciones del levantamiento, los sublevados controlaban Galicia, León, Castilla la Vieja, Navarra, gran parte de Aragón, la Baja Andalucía, las Islas Baleares y Canarias. La República contaba con el dominio de Madrid, Cataluña, País Vasco, Asturias, Santander, Valencia y Murcia. Un hecho dominante fue el paso del estrecho de Gibraltar por las tropas de África, con el apoyo de la aviación italiana, bajo el mando de Franco, que entrarían más tarde en contacto con los sublevados del Norte.
c) La repercusión internacional
Se formó en Londres un “comité de no intervención” (agosto de 1936). A pesar de ese comité, se recibieron ayudas exteriores: Brigadas Internacionales y aviación para los republicanos, y aviación alemana y voluntarios italianos y portugueses para los sublevados.
2.3. La evolución de los frentes
a) Las campañas en torno a Madrid
La toma de la capital, defendida por el general Miaja, fue el principal objetivo de los sublevados. El presidente de la República, Azaña, y el del Gobierno, Largo Caballero, abandonaron la capital a mediados de octubre trasladándose a Valencia. En el asedio destacaron estas batallas:
- Combates en la Casa de Campo y en la Ciudad Universitaria desde noviembre del 36.
- La Batalla del Jarama: febrero del 37. Se impide el intento de Franco para cortar la carretera de Valencia.
- La batalla de Guadalajara: marzo del 37. Fracasó la ofensiva italiana sobre Madrid.
- La batalla de Brunete: julio del 37. La República no logra romper las líneas de Franco.
b) La guerra en el norte
La zona norte, incluida la frontera francesa, fue ocupada por las tropas del general Mola. El hecho más decisivo fue la toma de Bilbao con el bombardeo de Guernica por la aviación alemana. El 19 de junio, el general Dávila entró en Bilbao. En la toma de Santander, el 26 de agosto, participaron tropas italianas y navarras. En Asturias, la sublevación triunfó en Oviedo bajo el mando del coronel Aranda, mientras que en Gijón la resistencia fue dominada por el general Solchaga.
c) El Frente del Este. La batalla del Ebro
Las tres capitales aragonesas quedaron controladas por los sublevados. En diciembre del 37, las fuerzas republicanas recuperaron Teruel por el general Hernández Sarabia, que sería ocupada definitivamente por las tropas de Franco dirigidas por Varela y Aranda en febrero del 38. En marzo del 38 se iniciaría una ofensiva de Franco, desde el bajo Aragón, con el objeto de alcanzar las costas del Mediterráneo. El general Alonso Vega llegó a Vinaroz y Franco hasta Lérida en el mes de abril, con lo que el territorio republicano quedó dividido en dos zonas. La batalla decisiva fue la batalla del Ebro; fue una guerra de desgaste que duró más de tres meses con gran cantidad de bajas. Desde julio a noviembre del 38, el ejército republicano fue prácticamente destruido por Franco.
d) Barcelona y Madrid. El final de la guerra
La campaña de Cataluña, iniciada en enero del 39, la realizaron las tropas de Franco llegando rápidamente hasta la frontera francesa. El presidente de la República, Manuel Azaña, dimitió, pero Negrín, presidente del Gobierno, decidió continuar la lucha apoyado por los comunistas. En el frente del centro, los comunistas intentaron resistir en Madrid ante la inminencia de una guerra europea que cambiaría la situación, pero la Junta de Defensa presidida por el coronel Casado entregaría Madrid el 28 de marzo del 39. El 1 de abril, el cuartel General de Franco comunicaba el fin de la guerra.
2.4. La política interna en los dos bandos
La zona republicana significó en la guerra la legalidad constitucional expresada en las urnas en febrero del 36, pero tuvo poca autoridad, desorden y falta de disciplina, por lo que el Gobierno se encontró casi siempre desbordado. A su vez, a medida que la situación se radicalizaba, el anticlericalismo se endureció en esta zona. En cuanto al apoyo exterior, la zona republicana tuvo menos apoyo, tuvo mayores pérdidas en los combates y una escasez y racionamiento de alimentos mucho mayor. La zona sublevada o nacionalista tuvo una gran disciplina y un orden sin fisuras en torno a un jefe, Franco, proclamado generalísimo de los ejércitos el 1 de octubre del 36. En esta zona se estableció la censura y supresión de la prensa de oposición. Los partidos políticos se unificaron en abril del 37 en la Falange Española Tradicionalista y de las JONS, siendo nombrado jefe nacional de la misma Manuel Hedilla, tras el fusilamiento por los republicanos de José Antonio Primo de Rivera. La España nacionalista fue confesionalmente católica, protegió a la Iglesia y se apoyó en ella de tal manera que la Iglesia bautizó a la sublevación militar como “Cruzada”. Tuvo un mejor abastecimiento y situación material que el bando republicano. Hubo escasez de ropa y de otros productos, pero no llegó a pasarse hambre y, tras la conquista de las zonas industriales del norte, la situación mejoró notablemente.