La Sociedad Española en la Posguerra
Una Sociedad de Vencedores y Vencidos: El Exilio
La guerra civil y la situación de posguerra provocaron una crisis de mortalidad y la aparición de una sociedad dividida entre vencedores y vencidos. Los vencidos tomaron el camino del exilio, como lo hizo el Gobierno republicano. Su presidente, Azaña, acompañado del presidente de las Cortes, Martínez Barrio, había salido de España tras la caída de Cataluña en manos de las tropas franquistas.
Las autoridades francesas instalaron a las mujeres y niños en residencias, y a los hombres en campos de concentración bajo vigilancia militar. Francia era el territorio extranjero más próximo para quienes pensaron en la huida tras la batalla del Ebro y la caída de Cataluña, y además era un país con régimen democrático. El inicio de la guerra en Europa hizo que el gobierno francés empleara a buena parte de los exiliados que allí permanecían como mano de obra en fábricas y en el campo, y que no tardara en pedir – forzar su aislamiento en compañías de trabajo que actuarían en proyectos relacionados con las necesidades militares.
Otro destino importante de los exiliados fue México, ya que este país apoyó a la Segunda República durante la guerra civil. El presidente mexicano, el general Lázaro Cárdenas, dispuso que los gastos de estancia de los exiliados españoles serían a cargo del Estado mexicano, pero la mayoría encontró pronto empleo. Entre ellos había catedráticos, ingenieros, arquitectos, periodistas; la mayor parte reanudó su profesión en México.
En España no había terminado la fase de represión sobre los derrotados. Entre 1939 y 1943 fueron ejecutadas, acusadas de delitos políticos, nada menos que 50.000 personas.
Los partidos políticos, con la excepción de FET y de las JONS, y los sindicatos, habían sido prohibidos, los estatutos de autonomía de Cataluña y País Vasco derogados y el derecho de huelga suprimido. Además, el régimen se dotó de una serie de leyes específicas para la persecución de todo aquello que consideraba delito político.
El sistema represivo buscaba y consiguió la apatía política, cuando no el miedo de la sociedad.
La Economía: Racionamiento, Planificación, Autarquía
Los años de la posguerra fueron años de escasez y de mala alimentación para muchos españoles. El Gobierno estableció el racionamiento de los productos básicos el 14 de mayo de 1939, supuestamente una medida temporal, pero que durará trece años.
Se estableció una economía basada en dos principios básicos:
- La autarquía: la pretensión del Estado de abastarse con sus propios recursos, evitando al máximo las importaciones de otros países, sustituyendo productos del exterior por productos nacionales.
En 1941 se creó el Instituto Nacional de Industria (INI), a partir de los siguientes principios:
- La necesidad de impulsar la industrialización como base de una economía desarrollada e independiente.
- La insuficiencia de instituciones de crédito adecuadas para financiar los programas de industrialización precisos.
Por este motivo, el INI tuvo una importante labor solvente. Una parte de las empresas vinculadas al INI serán de baja rentabilidad económica, ya que el objetivo fue producir todo aquello de lo que carecía España sin atender a sus costes.
El programa autárquico fue ineficaz y estuvo falto de coordinación. Condujo a la sustitución de importaciones más allá de las posibilidades tecnológicas del país, lo que supuso la fabricación de productos de baja calidad y a un alto coste. Por otro lado, el estancamiento industrial de los años cuarenta devolvió el protagonismo a la agricultura. Pero la agricultura experimentó un serio retroceso a causa de las reglamentaciones establecidas desde el Gobierno. Ante la falta de estímulos para los agricultores, la escasez de maquinaria y fertilizantes, disminuyó la superficie cultivada, y en mayor medida la producción.
Cultura, Moralidad y Censura
El franquismo procuró controlar el mundo cultural y, además, crear una cultura propia. El régimen se distanció de todo vanguardismo estético y literario, dio gran importancia al arte religioso, a la exaltación del heroísmo militar, etc. Muchos escritores, intelectuales y artistas fueron censurados; no se podía hablar de ellos ni de sus obras. Además, era consciente de la importancia del cine como transmisor de una ideología y unas normas de conducta. La censura llegó a todos los espacios. La iglesia, los distintos organismos administrativos y la policía se encargaban de controlar la vida cotidiana.
Además, durante el franquismo se negó la igualdad de los sexos. La mujer debía ser obediente y sumisa al marido, por ley natural, al tener menos capacidades de inteligencia. La mujer casada no tuvo capacidad legal para la compra de bienes inmuebles por sí sola y sin consentimiento del marido hasta 1977.
El sistema educativo estaba organizado de forma que los niños llegasen a la adolescencia sabiendo qué papel les correspondía en la sociedad. La educación en la mujer era una tarea asumida por la Sección Femenina. Se trata de un organismo que nació con FE de las JONS y que fue asimilado por el Estado franquista.
El Ministerio de Educación Nacional estableció el Bachillerato femenino obligatorio. Además de geografía, historia, matemáticas, etc., las jóvenes españolas debían aprobar una serie de materias a cargo de la Sección Femenina para conseguir su grado: labores, trabajos manuales, corte y confección, cocina, economía doméstica, etc.