La Transición a la Democracia. La Constitución de 1978
El 20 de noviembre de 1975 muere Francisco Franco. Tras su muerte, se cumplen las previsiones sucesorias y el Príncipe Juan Carlos jura como rey el 22 de noviembre de 1975. El primer gobierno de la monarquía continúa presidido por Carlos Arias Navarro, aunque con importantes innovaciones: Fraga en Gobernación, Areilza en Asuntos Exteriores y Garrigues en Justicia. Además, sus deseos de reforma expresaban la necesidad de salir de la crisis tras la crisis del petróleo de 1973. Asimismo, el nombramiento como presidente de las Cortes de Torcuato Fernández Miranda, consejero del Rey y profundo conocedor de las leyes franquistas, fue de gran importancia.
Este equipo inicia una cierta reforma política, pero dos fuerzas son las que aceleran los cambios: la sociedad, que demanda libertades, y la oposición. La Junta Democrática, liderada por el PCE, y la Plataforma de Convergencia Democrática, liderada por el PSOE, se unifican en abril de 1976 en Coordinación Democrática o «Platajunta», que define como objetivos la legalización de los partidos, la amnistía, los estatutos de autonomía, las libertades políticas y la convocatoria de elecciones a Cortes Constituyentes. Durante los primeros meses se producen una serie de manifestaciones dando apoyo a estas peticiones.
La dimisión de Arias Navarro en julio de 1976 permite al Rey el nombramiento de un nuevo presidente del gobierno el 3 de julio: Adolfo Suárez. El proyecto más ambicioso de Suárez fue la Ley para la Reforma Política (LRP). Esta ley reconocía la soberanía popular, el establecimiento de unas Cortes cuyos miembros fueran elegidos por sufragio universal, directo y secreto, la elaboración de una constitución y la defensa de derechos fundamentales inviolables. Las Cortes la aprobaron el 20 de noviembre de 1976 y el 15 de diciembre del mismo año ganó con un 94% de votos afirmativos.
Las elecciones se convocaron para el 15 de junio de 1977 y los partidos políticos que participaron fueron: Unión de Centro Democrático (UCD), liderado por Suárez; Alianza Popular (AP), de Manuel Fraga; Partido Socialista Obrero Español (PSOE), de Felipe González; Partido Democrático de Cataluña (PDC); Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) o el Partido Nacionalista Vasco (PNV). El triunfo fue para el partido liderado por Suárez, UCD, y las Cortes se enfrentaron con una serie de tareas históricas.
La Constitución de 1978
La Comisión de Asuntos Constitucionales del Congreso fue la encargada de elaborar el texto constitucional. La Comisión designó a un grupo de 7 miembros para esta tarea. Fruto de este acuerdo es un texto de 169 artículos cuyas características son: soberanía nacional, aceptación de las autonomías, abolición de la pena de muerte, garantía de todas las libertades clásicas (libertad, igualdad, justicia y pluralismo político), amnistía total y libertad religiosa. Establecía la separación de poderes: el legislativo en las Cortes, formadas por dos cámaras (el Congreso de los Diputados y el Senado); el ejecutivo, liderado por el gobierno; y el judicial, formado por jueces y magistrados. Fue aprobada en referéndum por amplia mayoría el 6 de diciembre de 1978.
En Terreno Económico
En terreno económico se firmaron los Pactos de la Moncloa el 25 de octubre de 1977, que se centraron en dos objetivos:
- El saneamiento de la economía ante la recesión, la falta de inversiones y el aumento del precio del petróleo.
- La actuación jurídico-política que garantizase la libertad de expresión, de reunión y de asociación.
La Configuración del Estado de las Autonomías
En lo que respecta a la configuración del Estado de las autonomías, mencionar que en las nacionalidades históricas (Cataluña y el País Vasco) el paso hacia la democracia iba ligado a la recuperación de la autonomía. Suárez inició en 1977 el proceso preautonómico y de descentralización del Estado. El primer paso se dio en Cataluña: tras la manifestación del 11 de septiembre de 1977 en Barcelona, el presidente del gobierno restablecía la Generalitat y se nombraba presidente a Josep Tarradellas. El caso vasco fue distinto debido al terrorismo de ETA, a que los nacionalistas exigían la incorporación de Navarra y a que el PNV no reconocía la Constitución. En diciembre de 1977 se constituía el Consejo General Vasco, presidido por Ramón Rubial. A lo largo de 1978 se dieron otras manifestaciones preautonómicas (Galicia, Asturias, Andalucía, Aragón, Canarias, Baleares, Murcia, Extremadura, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Comunidad Valenciana). Este proceso se recogió en la Constitución en su Título VIII, donde se regulaba la organización autonómica. El texto contemplaba dos vías de acceso autonómico: una más rápida para las nacionalidades históricas como Cataluña, País Vasco y Galicia; y otra más lenta, diseñada para el resto. El proceso autonómico estuvo condicionado por la LOAPA (Ley Orgánica de Ordenación y Armonización del Proceso Autonómico), que limitaba las competencias de las distintas autonomías. España pasó a contar con 17 Comunidades Autónomas entre 1977 y 1983, más las ciudades de Ceuta y Melilla (1995).
Las Elecciones de 1979 y la Crisis de la UCD
En las elecciones del 1 de marzo de 1979 los resultados fueron parecidos. Suárez formó gobierno, ya que su grupo político (UCD) ganó las elecciones. El 3 de abril se convocaron las primeras elecciones municipales. UCD consiguió el mayor número de votos y concejales. Se iniciaba un periodo marcado por la falta de cohesión de UCD debido a su heterogénea composición, que dificultó la labor de gobierno y la imposibilidad de llevar a cabo las reformas propuestas. El gobierno pasó por graves problemas como la crisis económica, el proceso autonómico, que elevó las demandas de competencias por parte de las regiones, y el terrorismo. La crisis del partido fue aprovechada por el PSOE para plantear una moción de censura contra el gobierno en mayo de 1981. A principios de febrero, UCD celebró un congreso para designar al sucesor de Adolfo Suárez. La elección recayó en el vicepresidente Leopoldo Calvo Sotelo. Pero los militares más involucionistas organizaron un golpe de Estado para acabar con la transición a la democracia. El 23 de febrero de 1981, mientras se celebraba la investidura del nuevo presidente, un grupo de guardias civiles liderados por Antonio Tejero asaltó el Congreso de los Diputados. El golpe militar fracasó y los implicados fueron detenidos y condenados. Leopoldo Calvo Sotelo fue investido el 25 de febrero, pero fue incapaz de parar la desintegración de la UCD, lo que le condujo a convocar elecciones para octubre de 1982. Una de las decisiones más controvertidas de Leopoldo fue el ingreso de España en la OTAN. Finalmente se adhería en 1982.