El Camino hacia la Reforma
Mientras Adolfo Suárez avanzaba en el camino de la reforma, estableció contactos con Felipe González, el líder del todavía ilegal PSOE, e incluso con Santiago Carrillo, el principal dirigente del Partido Comunista, tan aborrecido por la derecha. El paso más decisivo en el camino de la democracia lo dio Suárez cuando en septiembre de 1976 presentó al país por televisión el Proyecto de Ley para la Reforma Política, ideado por Fernández-Miranda, que debía modificar el sistema político existente y regular la convocatoria de las deseadas elecciones. Una amplia mayoría la aprobó el 18 de noviembre de 1976. El 15 de diciembre, la ley fue definitivamente aprobada por el pueblo en un referéndum. Tras días de camuflaje, el comunista Carrillo se hacía detener por la policía, cuyo alborozo se desinfló al conocer que Suárez llevaba tiempo negociando con él.
Los Desafíos de la Transición
En los meses siguientes a la celebración del referéndum, los españoles vivieron uno de los momentos más difíciles de la transición. España hubo de soportar el terrorismo de la extrema derecha (franquismo y organizaciones nazis) que la prensa más liberal denominaba Búnker por su resistencia al cambio. Precisamente, las librerías y publicaciones democráticas fueron sus objetivos predilectos. Pero el país también sufrió acciones terroristas de grupos de extrema izquierda y de ETA. Un grupúsculo de extrema izquierda, el GRAPO, secuestró en diciembre de 1976 al presidente del Consejo de Estado, al presidente del Consejo Supremo de Justicia Militar y asesinó a tres policías, obligando al Gobierno a decretar el Estado de excepción.
La Legalización del PCE y la Amnistía
A pesar de la tensión generada por las acciones terroristas, el desguace del régimen franquista continuaba a buen ritmo, y desaparecían los símbolos falangistas y la propia Secretaría General del Movimiento. Por mucho que se hubieran legalizado más de 100 partidos en febrero de 1977, la reforma democrática carecería de credibilidad mientras no se admitiese al PCE. Suárez lo legalizó audazmente por medio de un decreto ley. La legalización del Partido Comunista pudo haber colmado el vaso del descontento militar de no mediar la autoridad del Rey y la habilidad de Suárez. En los meses siguientes se produjeron nuevas manifestaciones exigiendo amnistía total y una nueva amnistía fue arrancada del Gobierno.
Las Primeras Elecciones Democráticas
Los españoles eligieron a sus representantes en las Cortes. Ganó la UCD de Suárez, quedando segundo el PSOE y se hundió el PCE de Santiago Carrillo. La extrema derecha fue barrida y el franquismo solo se quedó en un recuerdo.
La Crisis Económica
La transición coincidía con la llegada a España de los efectos de la crisis mundial que tuvo como consecuencia: la recesión de mercado, acumulación de stocks, cierres de empresas… el peor de todos fue el encarecimiento del petróleo y otras materias primas. Las estructuras políticas del franquismo no estaban preparadas para soportar la crisis económica: en 1977 el índice de inflación se situaba en un 26% anual, el paro afectaba al 6% de la población, mientras la productividad se deterioraba.
Los Pactos de la Moncloa
Entre los más grandes aciertos de Suárez y de la oposición cuentan los Pactos de la Moncloa, firmados el 25 de octubre de 1977 por el Gobierno y representantes de los partidos políticos. Estos acuerdos pretendían reducir la inflación, acometer la reforma fiscal de la seguridad social y empresas públicas. Como consecuencia descendió la conflictividad y hubo una normalización de relaciones laborales. También se emprendió una reforma de Hacienda contribuyendo, en 1981, por la superación de los impuestos directos sobre los indirectos, a que la fiscalidad española fuera progresiva.
La Reforma Territorial
En muchos lugares de España, el sentimiento anticentralista se manifestó con tanta intensidad, que obligó al Gobierno a imponerse como tarea inaplazable la reforma administrativa y territorial del país. En Cataluña, Suárez estableció contacto con Joseph Tarradellas, que llevaba el título de presidente de la Generalitat y que había sido exiliado y se negaba a volver a su tierra natal. En el encuentro Suárez halló al interlocutor ideal y en un golpe de mano lo acomodó en Barcelona. En el País Vasco había más motivos de polémica que en Cataluña: durante los meses previos a la aprobación de la constitución se aprobaron otros regímenes pre-autonómicos con lo que empezaba a vislumbrarse el estado de las autonomías. Los proyectos de reforma territorial del país producían bastante desconcierto en amplios sectores del Ejército por lo que nacía el Ministerio de Defensa para sujetar al Ejército.
La Elaboración de la Constitución
En un ambiente de riesgo continuo para la democracia, las fuerzas políticas se pusieron manos a la obra con el propósito de elaborar una Constitución que creara un nuevo tipo de Estado. Una comisión de 7 personas representantes de distintas fuerzas políticas había sido nombrada en agosto de 1977 para elaborar el borrador de la nueva Constitución. La comisión logró llegar a un acuerdo y el texto pasó a debatirse en el Congreso y en el Senado.