La Transición Española: Del Franquismo a la Democracia

1. LOS INICIOS DEL REINADO DE JUAN CARLOS I Y LA TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA ESPAÑOLA

1.1 El nuevo jefe de Estado: Juan Carlos I y el final del gobierno de Arias Navarro

El 20 de noviembre de 1975 moría Franco y le sucedía en la jefatura del Estado el rey Juan Carlos I, que juraba fidelidad a las Leyes Fundamentales del régimen ante las Cortes franquistas. En su discurso dejaba entrever vagamente su voluntad democrática en un momento de incertidumbre, donde se planteaban tres posibilidades de futuro:

  1. La continuidad del franquismo sin Franco, defendido por franquistas puros denominados “el Búnker”, principalmente militares.
  2. La ruptura pactada, defendida por los aperturistas del régimen que apostaban por una evolución de las instituciones franquistas hacia un sistema democrático, junto con un pacto con los partidos políticos de la oposición.
  3. La ruptura con el régimen, postura defendida por las fuerzas políticas de izquierdas integradas en la Junta Democrática vinculada al PCE, y la Plataforma de Convergencia Democrática vinculada al PSOE.

Juan Carlos I inició contactos con los aperturistas del régimen para estudiar el tránsito de la dictadura a la democracia, pero tuvo que mantener de presidente del Gobierno a Arias Navarro, franquista puro; aunque obligándole a incluir dentro del Gobierno a personajes aperturistas. El Gobierno inició algunos cambios moderados: indulto parcial para presos políticos, legalización de los partidos políticos, salvo nacionalistas y comunistas, restablecimiento de los derechos de asociación, reunión y manifestación, y el inicio de una reforma de las Leyes Fundamentales.

La oposición no se conformó con esas medidas y presionaba al régimen con huelgas y manifestaciones. El rey, consciente de que Arias Navarro era un obstáculo para la transición democrática, forzó su dimisión en junio de 1976.

1.2 El gobierno de Adolfo Suárez: el desmantelamiento del franquismo

Con la salida de Arias Navarro, el rey buscó poner en puestos claves del régimen a personajes aperturistas que ayudasen a la transición. Nombró presidente del Gobierno a Adolfo Suárez, que había sido ministro, Secretario General del Movimiento y procedía de entornos falangistas; al teniente general Gutiérrez Mellado al frente del Ejército y a Torcuato Fernández Miranda presidiendo las Cortes. La oposición criticó al nuevo presidente de Gobierno y aunó esfuerzos fusionando sus plataformas democráticas, la Platajunta, aunque aceptó negociar con el Gobierno.

El objetivo del gobierno de Suárez era evolucionar desde la legalidad franquista hacia la democracia buscando el apoyo, tanto de sectores franquistas aperturistas, como de la oposición política al régimen (socialistas, comunistas y nacionalistas). El instrumento de reforma para pasar de la dictadura a la democracia fue la aprobación de una nueva Ley Fundamental, la Ley para la Reforma Política. Esta ley establecía la formación de unas Cortes Constituyentes elegidas por sufragio universal de mayores de 21 años y en las que podrían concurrir los partidos legalizados durante esos meses.

El principal obstáculo era que, al ser una Ley Fundamental, tenía que ser aprobada por las Cortes franquistas y por referéndum. Las maniobras políticas de Adolfo Suárez permitieron que las Cortes aprobaran la Ley con 429 votos a favor de 501 diputados. El siguiente paso fue someter la Ley a un referéndum en diciembre de 1976, que con una participación del 80% del electorado, fue aprobada por el 94%.

El 2º obstáculo era la legalización de algunas fuerzas políticas para que las elecciones fueran democráticas. Problemático era la legalización del PCE, a la que se oponían buena parte del Ejército. Aun a pesar del riesgo de golpe militar, Suárez consiguió su legalización. El partido único, FET y de las JONS, era disuelto. Suárez adoptó otras medidas que permitieran las elecciones libres, indultar a presos políticos, la libertad de expresión y opinión y el restablecimiento de la Generalidad de Cataluña con Tarradellas como Presidente. El Gobierno allanó el camino para la convocatoria de las primeras elecciones democráticas, pero también se encontró con problemas durante estos meses:

  1. La actividad terrorista ultraizquierdista de los GRAPO y, sobre todo, de ETA, y los actos violentos protagonizados por grupos de extrema derecha, como la matanza de abogados laboralistas en Atocha. El objetivo era dinamitar el proceso de Transición.
  2. La aguda crisis económica en la que entró el país que provocó un aumento del paro, una inflación y una creciente conflictividad laboral con continuas huelgas.

1.3 Las elecciones a Cortes Constituyentes de 1977 y la Constitución de 1978

El 15 de junio de 1977 se celebraron elecciones democráticas a Cortes Constituyentes. Con una participación del 80%, se produjo la victoria del partido liderado por Adolfo Suárez, Unión de Centro Democrático. 2º, quedó el PSOE bajo la dirección de Felipe González.

Con una menor representación obtuvieron escaños partidos como el Partido Comunista de España de Santiago Carrillo y Alianza Popular, representante de la derecha política, con Manuel Fraga al frente. Dentro del nacionalismo obtenían mayor representación los partidos conservadores como Centro Democrático de Cataluña y el Partido Nacionalista Vasco, que los partidos nacionalistas de izquierda: Esquerra Republicana de Cataluña y Euskadiko Ezkerra, con una pequeña representación parlamentaria.

Adolfo Suárez fue elegido primer presidente de un gobierno democrático en más de 40 años y se inició el proceso constituyente formando una Comisión Constitucional compuesta por 7 diputados de los principales grupos políticos, los “padres de la Constitución”. Tras casi 1 año de discusiones, donde todos tuvieron que ceder en sus posiciones y reivindicaciones históricas para lograr el consenso, el 31 de octubre de 1978 el Congreso de los Diputados, por mayoría, aprobó el texto constitucional. El 6 de diciembre fue sometida a referéndum y aprobada por el 90% de los votantes y sancionada por el jefe del Estado, el rey Juan Carlos I.

Al tiempo que nacía el régimen constitucional, el Gobierno de Suárez tenía que hacer frente a la fuerte crisis económica que vivía España. Para evitar que la población identificara crisis económica y democracia, el Gobierno y la oposición firmaron los Pactos de la Moncloa. Con estos, todos los partidos se comprometían a apoyar al gobierno de Suárez para que tomara las medidas necesarias, para superar la crisis.

1.4 Los gobiernos de la UCD de Suárez y Calvo Sotelo

Aprobada la Constitución, la normalización democrática continuó con dos procesos electorales en 1979. En las generales de marzo se repitieron los resultados del 77, siguiendo Adolfo Suárez como Presidente. En las municipales de mayo, el pacto PSOE-PCE les dio el gobierno de las principales ciudades.

El nuevo gobierno de Suárez estuvo marcado por la inestabilidad política: hubo divisiones dentro de UCD por la organización de las comunidades autónomas; a lo que hay que añadir los efectos de la 2ª crisis económica de 1979, los numerosos atentados terroristas de ETA, junto con la fuerte oposición del PSOE. Estos hechos desgastaron al gobierno de Suárez, que finalmente dimitió en enero, dejando como sucesor a Leopoldo Calvo Sotelo.

Cuando se desarrollaba en las Cortes la votación para elegir como nuevo presidente a Leopoldo Calvo-Sotelo, militares y guardias civiles protagonizaron un intento de golpe de Estado. El Congreso de los Diputados fue ocupado por el teniente coronel Antonio Tejero, al igual que las instalaciones de RTVE; mientras que el general Milans del Bosch, capitán general de Valencia, ordenó que carros de combate tomaran las calles de la ciudad. La situación se solventó cuando el rey ordenó al Ejército mantenerse fiel a la Constitución.

Durante el gobierno de Calvo-Sotelo se aprobaron muchos estatutos autonómicos y se inició la tramitación del ingreso de España en la OTAN, iniciativa que fue criticada por el PSOE. La inestabilidad del Gobierno debido a la crisis económica y sus divisiones internas, llevó a Calvo Sotelo a convocar elecciones en las que el PSOE de Felipe González arrasó, Alianza Popular se convirtió en el primer partido de la oposición y la UCD desaparecía.

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