Las Cortes de Cádiz, la Constitución de 1812 y el Reinado de Fernando VII

Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812

Convocatoria a Cortes

Como la Junta Suprema era incapaz de dirigir la guerra, decidió disolverse, llamando antes a las Cortes. Mientras esto sucedía, se mantenía una Regencia formada por 5 miembros. Las Cortes se abrieron en septiembre de 1810 con la creación de una cámara única, aprobándose el principio de soberanía nacional.

Constitución de 1812

Se preparó en marzo de 1811. Era un texto largo formado por 384 artículos que contenía una declaración de derechos del ciudadano, incluyendo libertad de leyes, igualdad de todos los españoles, derecho de petición, de propiedad, etc. La nación defendía los territorios peninsulares y las colonias americanas. La estructura del estado correspondía a una monarquía limitada basada en la división de poderes y no en el derecho divino.

  • El poder legislativo poseía deberes como la elaboración de leyes y la aprobación de impuestos.
  • El monarca era la cabeza del poder ejecutivo y sancionaba todas las leyes.
  • La administración de justicia era competencia de los tribunales y se planteaban los principios básicos de un estado de derecho.

Otros artículos planteaban la reforma de los impuestos y la hacienda, la creación de un ejército nacional, el servicio militar obligatorio, etc. Se crea la Milicia Nacional.

Acción Legislativa de las Cortes

Las Cortes aprobaron leyes y decretos que tenían como objetivo eliminar el Antiguo Régimen. Procedieron a la supresión de los señoríos jurisdiccionales, distinguiéndolos de los territoriales que pasaron a ser propiedad privada de los señores. Se decretó la eliminación de los mayorazgos con el objetivo de recaudar capital para amortizar la deuda pública. Se abolió la Inquisición y se estableció la libertad de imprenta. Se anularon los gremios y se impulsó la unificación del mercado.

Los legisladores de Cádiz elaboraron un marco legislativo avanzado. No obstante, a la vuelta de Fernando VII se volvió al absolutismo.

Reinado de Fernando VII: Restauración del Absolutismo (1814-1820)

Los liberales desconfiaban del monarca y dispusieron que viajara para jurar la Constitución, pero este traicionó sus promesas y con el Real Decreto del 4 de mayo de 1814 anuló la Constitución y las leyes, volviendo al absolutismo y deteniendo a los principales dirigentes liberales.

Se volvió al Antiguo Régimen y se creó la Santa Alianza. Pero con las pérdidas humanas, se paralizó el comercio, entrando la hacienda en bancarrota. Esto provocó el descontento de la población y volvieron las guerrillas, provocando la quiebra de la monarquía absoluta. La represión fue la respuesta de la monarquía a las demandas políticas y sociales que se hacían.

Trienio Liberal (1820-1823)

El 1 de enero de 1820, Rafael Riego se sublevó en Andalucía proclamando la Constitución de 1812. Los liberales forzaron al monarca a aceptar la Constitución y se formó un nuevo gobierno.

Los resultados fueron claves, ya que restauraron gran parte de las reformas de Cádiz, impulsaron la liberación de la industria potenciando el desarrollo de la burguesía y se restableció la Milicia Nacional. Se formaron ayuntamientos y diputaciones. Todo esto hizo que el monarca recurriera al derecho de veto, paralizando leyes y conspirando contra el gobierno para recuperar su poder. Las nuevas medidas liberales causaron descontento en la población, ya que los señores se convirtieron en propietarios y los campesinos en arrendatarios, sin derechos.

La economía era autosuficiente y no resultaba fácil vender los productos. La nobleza y la iglesia se levantaron contra el Trienio.

La Década Ominosa (1823-1833)

La Santa Alianza encargó a Francia la actuación de los Cien Mil Hijos de San Luis en 1823, que irrumpieron en el territorio poniendo a Fernando VII como monarca absoluto. Se propusieron reformas para dotar de poder a la monarquía, pero el monarca no atendió a las peticiones y produjo una fuerte represión contra los liberales.

En el ámbito económico, la hacienda sufrió dificultades y se tuvo que tocar el dinero de la nobleza para salir de la crisis. Se buscó la colaboración del sector moderado de Madrid y Barcelona. Incrementó la confianza de los regalistas.

La corte se agrupó alrededor de Carlos María Isidro, hermano y sucesor del rey.

El Conflicto Dinástico

En 1830, nace Isabel para garantizar la sucesión borbónica, dando lugar a un conflicto sucesorio. La Ley Sálica impedía que una mujer ocupara el trono, pero Fernando, influido por María Cristina, derogó la ley mediante la Pragmática Sanción, poniendo a su hija en el trono. Los carlistas no aceptaron esto y en 1832 presionaron al rey para que implantara de nuevo la Ley Sálica.

Carlos, apoyado por los absolutistas, y María Cristina, nombrada regente, formó un gobierno reformista para que los liberales exiliados volvieran para el enfrentamiento contra los carlistas. En 1833, Fernando muere reafirmando a su hija como heredera del trono y a María Cristina gobernadora hasta su mayoría de edad. Ese día, Carlos se proclamó rey y se produjo así la Primera Guerra Carlista.

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