Las grandes potencias y bloques
- A comienzos del siglo XX:
– Gran Bretaña: a la cabeza del comercio mundial, dueña del imperio
más extenso, con la primera flota del mundo y con un dominio financiero total;
el 40% de los capitales situados en el mundo proceden de Londres.
– El Imperio alemán: desarrollado su industria y su comercio, el mejor
ejército del mundo.
– Francia: segundo imperio colonial del mundo y segunda potencia financiera.
– El Imperio austro-húngaro: mosaico de pueblos y nacionalidades
sin cohesión interna.
– El Imperio ruso: el más extenso y poblado del continente.
- Fuera de Europa:
– Estados Unidos: ha incorporado las Filipinas, Cuba y Puerto Rico.
Su economía ha experimentado un crecimiento fabuloso.
– Japón: con un potente ejército y una poderosa marina.
- Bloques:
– La Triple Alianza: Alemania, Austria-Hungría e Italia.
– La Triple Entente: Francia, Rusia y Gran Bretaña.
Revolución Soviética
Rusia, en 1914, seguía siendo un imperio con monarquía absoluta;
predominaban los nobles y los campesinos pobres. En las
ciudades se había desarrollado una clase proletaria con ideas anarquistas
y socialistas. Dos tendencias, los bolcheviques y los mencheviques.
Las primeras derrotas de la Guerra Mundial provocaron un alzamiento revolucionario
en febrero de 1917. Posteriormente, toda la familia imperial fue ejecutada
por los revolucionarios. Los bolcheviques, que querían hacer una revolución
profunda, consiguen una nueva revolución en noviembre, que instaura en el
poder al grupo reducido de líderes bolcheviques, con Lenin y Trotski.
Nuevo mapa del mundo de posguerra
Alemania mantuvo las mismas fronteras de 1914, perdió Alsacia y Lorena,
que los alemanes habían arrebatado a Francia. Alemania quedaba condenada
a pagar reparaciones de guerra. El imperio otomano desaparece, y en su
lugar aparece una República de Turquía, muy reducida en extensión.
El imperio austro-húngaro queda disuelto, todos los pueblos y nacionalidades
que lo formaban pudieron liberarse formando Estados nacionales independientes.
La nueva Europa quedaría dibujada de esta forma: Hungría se independiza de
Austria; Polonia recupera su independencia. Los checos y los eslavos formaron
un Estado conjunto llamado Checoslovaquia, serbios, croatas, eslovenos y bosnios
pasan a formar un solo Estado, al que llaman Yugoslavia. Los Estados bálticos
– Estonia, Letonia y Lituania – que formaban un imperio ruso, se independizan.
El desastre bursátil más importante de la historia
Los Estados Unidos habían intervenido en la Gran Guerra y, precisamente,
su entrada en el conflicto decidió el resultado final. Los norteamericanos, que
habían ganado, representaban un país próspero, orgulloso y con un
extraordinario desarrollo industrial. El optimismo de la mayoría de los
americanos sobre la solidez de su sistema
económico no estaba justificado: el 24 de octubre de 1929, la bolsa de
Nueva York se hundió, demostrando que la economía del país estaba en quiebra.
Se le llamó Jueves Negro porque en menos de 24 horas se arruinaron miles de
personas. Era el primer episodio de una crisis que ponía fin a los felices 20 e
iniciaba la Gran Depresión de los años 30.
La crisis de la bolsa provocó el hundimiento de los principales bancos, que
a su vez arrastraron a la crisis a las empresas; sus efectos se manifestaron en
Londres, París, Berlín, Viena y Roma. Las principales bolsas de los países
industrializados tuvieron que cerrar sus puertas.
Fueron unos años muy duros. Porque la crisis era totalmente inesperada y llegaba
después de una etapa de euforia. Cuando las naciones que habían intervenido
en la guerra comenzaban a tener confianza en la situación, sobrevino el desastre.
La quiebra de empresas dio lugar a un aumento enorme del paro en Europa y
dejó de recibir ayuda económica de EE. UU.; los créditos y las inversiones se paralizaron
y todos los sectores de la economía se vieron afectados.
España bajo una dictadura militar
En la posguerra, al desmovilizarse los ejércitos, muchos hombres volvieron
al trabajo y los países que habían estado en guerra comenzaron a recuperar
su ritmo de producción habitual. España, que se había beneficiado de su
situación de país neutral para vender productos industriales a los países
beligerantes, la llegada de la paz supuso el fin del dinero fácil y el aumento
del paro y de la agitación obrera, estimulada a su vez por el triunfo de la revolución
rusa, en la que los trabajadores veían un modelo a seguir.
En 1923, el general Miguel Primo de Rivera, capitán general de Cataluña,
se sublevó; el monarca, Alfonso XIII, aceptó el golpe y nombró al general
golpista presidente del Gobierno. Se iniciaba la primera dictadura militar española del siglo XX.