ÁMBITO GEOGRÁFICO DEL CARLISMO, IDEARIO Y APOYOS SOCIALES. CAUSAS Y CONSECUENCIAS DE LAS DOS PRIMERAS GUERRAS CARLISTAS
El carlismo es una tendencia sociopolítica de corte antiliberal que surgió en España a principios del siglo XIX como rechazo a la creación del Estado liberal. Las guerras carlistas comenzaron ante el problema sucesorio tras el fallecimiento de Fernando VII y por la Ley Sálica, concretada por Felipe V en 1713, que prohibía a las mujeres reinar.
Fernando VII publicó la Pragmática Sanción que derogaba la Ley Sálica, pero no se proclamó. A su muerte se origina un enfrentamiento entre los partidarios de Carlos María Isidro, hermano del rey fallecido, partidarios del absolutismo y protectores de las tradiciones, denominados carlistas, y los seguidores de Isabel, hija de Fernando y legítima heredera, llamados isabelinos o cristinos, pues ante la minoría de edad de Isabel II se instaura la regencia de Mª Cristina. De esta forma se inicia un enfrentamiento entre Carlistas e Isabelinos.
Ideario y Apoyos Sociales
Los carlistas defendían la legitimidad de don Carlos, la monarquía absoluta, el Antiguo Régimen, el catolicismo y los fueros. Su lema fue “Dios, Patria, Fueros y Rey”. Contaban con el apoyo de parte del clero, pequeña nobleza agraria, parte del campesinado y artesanos arruinados. Se dio en las zonas rurales del norte de España, principalmente en el País Vasco, Navarra y zonas de Cataluña, Aragón y Valencia.
Los liberales por su parte defendían el fin del absolutismo y del Antiguo Régimen, la industrialización, la modernización social y la implantación de Estado Liberal. Tuvieron el apoyo social de la alta nobleza, funcionarios, burguesía de negocios y clases medias ilustradas. Se asentaron primordialmente en núcleos urbanos.
La regente Mª Cristina pactó pronto con los liberales con la idea de conservar el trono para su hija, pues estos eran partidarios de una monarquía constitucional.
Las Tres Guerras Carlistas
La corriente carlista liberó tres conflictos bélicos en el siglo XIX:
Primera Guerra Carlista (1833-1839)
– La primera guerra carlista (1833-1839) comenzó con el levantamiento de bandos carlistas en el País Vasco y Navarra, y rápidamente controlaron el medio rural, aunque ciudades como Bilbao, San Sebastián, Vitoria y Pamplona, persistirán fieles a Isabel II y al liberalismo.
La indecisión del gobierno permitió a los carlistas, con el soporte popular, constituir la guerra con el procedimiento de guerrillas administradas por cabecillas locales que habían destacado en la Guerra de la Independencia, hasta que el General Zumalacárregui constituye un ejército en territorio vasco-navarro, y el General Cabrera agrupa las partidas aragonesas y catalanas.
Desde la perspectiva internacional, los carlistas contaron con el apoyo de potencias absolutistas como Austria, Rusia y Prusia, y los Isabelinos tuvieron el apoyo de Inglaterra, Francia y Portugal, partidarios de un liberalismo moderado en España.
El fallecimiento de Zumalacárregui en el año 1835, durante el sitio de Bilbao, preparó una reacción liberal. Don Carlos entró en España y se colocó al frente del ejército, dirigiéndose hacia Madrid, objetivo que no alcanzó.
El General Espartero dominó a las tropas carlistas en Luchana en 1836. El último periodo del conflicto se caracterizó por la división de los carlistas entre los partidarios de obtener un acuerdo con los liberales, los transaccionistas, administrados por el General Maroto, y los intransigentes, partidarios de prolongar la guerra, como Cabrera, que resistió en el Maestrazgo hasta 1840.
Mediante el Convenio de Vergara (1839) los Generales Maroto y Espartero firmaron la paz, y concertaron conservar los fueros en las provincias vascas y Navarra e integrar a la oficialidad carlista en el ejército liberal. Las partidas de los intransigentes dirigidas por Cabrera, prorrogaron la guerra en la zona del Maestrazgo aragonés hasta su completo vencimiento en el año 1840.
Segunda Guerra Carlista (1846-1849)
– La segunda guerra carlista (1846-1849), más que guerra civil fue una insurrección durante la Década Moderada, pues los carlistas continuaban siendo la mayor fuerza enemiga del liberalismo. Se localizó en el Levante y en Cataluña, y se denominó “guerra dels matiners”.
Tras unos triunfos alcanzados por Cabrera, la sublevación fue cómodamente sofocada. Su comienzo se debió al fracasar los intentos de casar a Isabel II con el pretendiente carlista. Carlos VI, hijo de Carlos María Isidro.
Finalmente Isabel se casó con su primo Francisco de Asís.
Tercera Guerra Carlista (1872-1876)
– La tercera guerra carlista (1872-1876), se inició una vez destronada Isabel II, en el Sexenio Revolucionario.
Favorecidos por los aires de libertad que trajo la revolución de la “Gloriosa”, el carlismo había renacido como fuerza política. Pero la llegada de Amadeo de Saboya estimuló la sublevación. El pretendiente era Carlos VII y el conflicto se extendió durante cuatro años. Se dio en Cataluña, Maestrazgo y País Vasco. La guerra terminará con el definitivo vencimiento del carlismo a principios del reinado de Alfonso XII. Se abolieron los fueros.
A partir de entonces, los carlistas se dividen y finalmente renuncian las armas. Unos terminarán aceptando a Alfonso XII y otros mantendrán su ideología tradicional y antiliberal y crearán el partido carlista.