Las etapas del franquismo y el contexto internacional.
El nacionalismo-sindicalismo y el alineamiento con las potencias fascistas (1939-1942):
Seis meses después de terminada la guerra civil española, estallaba la Segunda Guerra Mundial (1939).
Aunque Franco se apresuró a declarar la neutralidad de España, Hitler y Mussolini presionaron para que España entrase en la nueva gran guerra. Fue importante la entrevista de Hendaya (1940)
entre Hitler y Franco, en la que Hitler, acabó renunciando a la participación de España.
Pero en 1941,
Hitler rompíó por su cuenta el Pacto de No Agresión que tenía firmado con Stalin, al invadir la Uníón Soviética. En España, Serrano Súñer, cuñado de Franco, falangista y ministro de Exteriores, aprovechando el anticomunismo del Generalísimo, influyó en que España cambiara su estatuto de neutralidad por el de no beligerante, y enviara al frente ruso una división de voluntarios para combatir junto a las tropas alemana. Fue la División Azul, la mayoría de ellos jóvenes estudiantes falangistas.
Mientras en el interior de España, triunfaba la doctrina falangista del nacional-sindicalismo y el régimen iba en una línea fascista y totalitaria.
El nacional-catolicismo y el acercamiento a los aliados (1942-1945):
A partir del verano de 1942, las derrotas del Eje hicieron necesario un cambio de orientación. Se volvíó a la declaración de neutralidad, se ordenó el regreso de la División Azul, se apartó del gobierno a Serrano Súñer y aumentando la influencia de la Iglesia y el número de ministros católicos, y se aprobó la Ley que restablecía las Cortes españolas.
Pero todos estos intentos de aproximación a las democracias occidentales no sirvieron de nada.
El aislamiento internacional (1945-1950)
Tras el final de la Segunda Guerra Mundial, España no fue admitida en la ONU, y Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña firmaron una declaración en la que pedían a todos los países del mundo que retirasen sus embajadores de España, que también quedó excluida del Plan Marshall, de ayuda económica norteamericana.
El bloqueo político y económico animó a la oposición antifranquista en el exilio. Así, el Partido Comunista de España organizó una entrada masiva de guerrilleros, los maquis, por el Pirineo. Poco después publicaba don Juan de Borbón el Manifiesto de Lausana, reclamando la restauración en España de una monarquía parlamentaria y democrática.
Franco solo contó con el apoyo del Vaticano, el Portugal del dictador Salazar y la Argentina del general Perón, cuyo envió de trigo permitíó que miles de españoles no murieran de hambre. También fue importante la implantación del petróleo estadounidense.
El fin del aislamiento y el reconocimiento internacional (1950-1957)
En 1947 comenzaba la llamada Guerra Fría entre las potencias democráticas occidentales, lideradas por los Estados Unidos, y la Uníón Soviética y sus aliados, las Repúblicas Populares de la Europa del Este. En este nuevo contexto Estados, comenzaron a contemplar el régimen de Franco como un aliado seguro, dado su fuerte carácter anticomunista. La presión diplomática norteamericana permitíó que en 1950 la ONU anulase la resolución del bloqueo contra España, con el consiguiente regreso de los embajadores.
En 1953, el Estado español firmaba el acuerdo con los Estados Unidos (el Pacto de Madrid). Que permitía la instalación de cuatro bases militares estadounidenses en España, a cambio de ayuda militar y económica valorada en más de 1200 millones de dólares. También en ese mismo año, se firmó un nuevo Concordato entre el Vaticano español, una reafirmación de la alianza entre la Iglesia y el franquismo.
En 1955, España ingresaba como miembro de pleno derecho en la ONU. En 1956, Franco reconocía la independencia de Marruecos. Y en 1957, el estado español entraba en el Fondo Monetario Internacional. En ese año, Franco decidíó remodelar su gobierno, entrando nuevos ministros procedentes de la organización católica OPUS DEI, los llamados tecnócratas que emprendieron el gran cambio económico del régimen franquista.
La consolidación del régimen (1958-1973)
El reconocimiento internacional permitíó al franquismo organizar definitivamente el Estado español. Así en política interior:
Se aprobó la Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958)
Nacimiento del profe
En 1962 se creaba la Vicepresidencia de Gobierno, cargo que ocupó Carrero Blanco, que se convirtió en el hombre fuerte del régimen.
En 1966 se aprobó la Ley de Prensa, elaborada por el ministro de Información y Turismo, Fraga Iribarne, que suprimía la censura previa.
En 1967 se aprobó la Ley Orgánica del Estado, ratificada en referéndum, que hacía las veces de pseudo-constitución.
Y en 1969, Franco designaba como sucesor en la jefatura del Estado al Príncipe don Juan Carlos de Borbón a título de rey. Se saltaba la línea dinástica, pues el trono hubiera correspondido al padre de Juan Carlos, a don Juan.
En política exterior, se debe destacar la visita a España del presidente de Estados Unidos, el general Eisenhower, en 1959;
La solicitud del Estado español para entrar en la Comunidad Económica Europea, en 1962;
Y la insistencia de la diplomacia española en la reivindicación de Gibraltar.