1.UN GIGANTE CON PIES DE BARRO (La Rusia zarista)
Progreso económico y atraso social
El Imperio Ruso era, a comienzos del s. XX, una de las grandes potencias mundiales, sin embargo, el retraso económico y social mantenía a Rusia muy alejada de las naciones modernas.
Uno de los grandes problemas sociales de Rusia era la falta de una clase media, pues la diferencia entre la minoría dueña de grandes fortunas y la mayoría de campesinos y obreros industriales que vivían en condiciones miserables, era radical.
El atraso económico también era evidente en el desarrollo tardío de la industria. Aunque el proletariado industrial creció rápidamente, seguía siendo poco numeroso y vivían en condiciones miserables. El hecho de estar concentrados en grandes fábricas favoreció la extensión de las ideas revolucionarias.
Los enfrentamientos políticos
A pesar del gobierno totalitarista del zar Nicolás II, habían ido surgiendo en Rusia grupos políticos que reclamaban cambios profundos y acabar con el absolutismo.
Los tres partidos eran: Partido Constitucional Demócrata, Partido Socialista Revolucionario, Partido Obrero Socialdemócrata Ruso.
La revolución de 1905
El detonante de esta situación fue la guerra entre Rusia y Japón a causa de disputas territoriales. Rusia salió derrotada y esto provocó una enorme conmoción en el país y el estallido de la revolución de 1905.
En enero de 1905, una manifestación pacífica de obreros se dirigió al palacio imperial para presentar al zar una súplica en busca de protección y justicia, mejorar las condiciones laborales y que todos sean iguales y libres. La manifestación fue disuelta por las armas provocando centenares de muertos y heridos. Este hecho se conoce como el Domingo Sangriento, que desencadenó la revolución. Las huelgas, los motines y las sublevaciones se extendieron por toda Rusia y se crearon los primeros sóviets o consejos representantes de obreros.
Para sofocar las protestas, el zar aceptó realizar una serie de reformas (instauración de la Duma y mejoras laborales y sociales) que poco después anuló. De esta forma la oposición comprendió que solo la eliminación del zarismo podría cambiar la situación del país.
LA REVOLUCIÓN DE 1917
La revolución de febrero
En 1914 Rusia entró en la Primera Guerra Mundial junto a Francia y Reino Unido. A medida que la guerra se prolongaba, el malestar se propagaba entre la población rusa y el prestigio del zar y de su régimen se venían abajo. Los fallos en el transporte fueron causa de graves problemas y, cada vez más, se acusaba al zarismo y a Nicolás II de ser los responsables de los desastres.
Solo los bolcheviques se habían opuesto a la entrada de Rusia en la guerra, pero más tarde, las posturas contrarias a la permanencia en la guerra aumentaron.
En febrero de 1917, se produjeron en la capital manifestaciones espontáneas de protesta. Ante esta situación, el presidente de la Duma pidió al zar el nombramiento de un nuevo gobierno, a lo que el zar respondió clausurando la Duma. En poco tiempo, la ciudad entera quedó en manos de los sublevados y, ante la situación, el gobierno dimitió. Tras esto, se crearon dos poderes en Rusia, el de la Duma y el del recién creado Soviet de Petrogrado, que en marzo llegaron a un acuerdo para formar un gobierno provisional. En ese momento, Nicolás II abdicó dando por finalizado el zarismo en Rusia.
Los gobiernos provisionales
A la desaparición del zarismo siguió una serie de gobiernos de corta duración.
El primer gobierno se planteó como primer objetivo implantar un régimen democrático como los de los países de Europa occidental. Las primeras decisiones del gobierno fueron continuar en la guerra y llevar a cabo una serie de medidas democratizadoras. Pero los grandes problemas quedaron aplazados. Los más importantes eran las mejoras sociales para los trabajadores, el reparto de la tierra entre el campesinado, los deseos de autonomía de los pueblos no rusos y, sobre todo, la paz, ansiada por la mayoría del pueblo. Sin embargo, los gobiernos sucesivos mantuvieron a Rusia en la guerra. Además de esto, el ejército empezó a descomponerse.
Durante este período los sóviets se implantaron por todo el país y se convirtieron en un segundo poder. Los gobiernos provisionales se sucedían y las manifestaciones de protesta volvieron a las calles. Finalmente, Kerensky formó un gobierno con la mayoría de los mencheviques. A pesar de esto, los bolcheviques seguían en contra de estos gobiernos y de la situación de guerra.
La revolución de octubre
Un mes después del derrocamiento de zar, el principal dirigente de los bolcheviques, Lenin, había regresado a Rusia desde su exilio en Suiza. El gobierno provisional acabó persiguiendo a los bolcheviques, lo que hizo que Lenin huyera a Finlandia.
El comandante en jefe del ejército intentó al final del verano un golpe de fuerza para constituir un nuevo gobierno que asegurase el orden. El primer ministro consiguió derrotar la sublevación, entre otras cosas, gracias a la ayuda de los bolcheviques.
En este momento, Lenin regresa clandestinamente a Rusia y convence al comité central de su partido de la oportunidad de una insurrección armada para tomar el poder.
La noche del 24 al 25 de octubre de 1917 las tropas y las milicias bolcheviques ocuparon los puntos neurálgicos de Petrogrado y los ministros fueron arrestados. La misma noche, Lenin ofreció el poder al II Congreso de los Sóviets. Los mencheviques y los miembros del Partido Socialista Revolucionario abandonaron el Congreso y se eligió un nuevo gobierno, el Consejo de Comisarios del Pueblo, con Lenin como presidente.