Los Felices Años 20: entre 1924 y 1929, Europa y Estados Unidos vivieron un periodo de prosperidad económica conocido como los Felices Años 20. Afectó, sobre todo, a Estados Unidos, que se convirtió, al finalizar la Primera Guerra Mundial, en la primera potencia económica del mundo. Las bases de esta prosperidad fueron:
- El desarrollo de la industria se debió a los nuevos sistemas de producción en cadena.
- El incremento del consumo fue posible gracias a la publicidad y a las facilidades de compra proporcionadas por la venta a plazos y los créditos bancarios. Este consumo incluyó también espectáculos de masas, como el cine, los teatros, la música jazz, el baile, la prensa, las revistas y la moda.
- Las inversiones en bolsa se convirtieron en una forma rápida de conseguir dinero.
La Crisis Económica de 1929 y la Gran Depresión:
El Crac de 1929 y sus Causas
Durante la Gran Guerra, la agricultura y la industria norteamericanas incrementaron sin cesar su producción debido a la creciente demanda de los países beligerantes. Al terminar la contienda, la demanda de productos agrarios e industriales se redujo, originando un exceso de producción. Este exceso provocó, a su vez, el descenso de los precios agrarios y el aumento de los stocks industriales o mercancías sin vender. La aparente prosperidad económica americana no reflejaba, por tanto, la realidad. Esta realidad condujo, en 1929, a una situación de desconfianza que redujo la subida del precio de las acciones. El 24 de octubre de 1929, conocido como Jueves Negro, el miedo de los inversores a un descenso del valor de las acciones llevó a la venta masiva de 13 millones de acciones, provocando el desplome de su precio y la quiebra de la Bolsa de Nueva York.
La Gran Depresión
La crisis de la bolsa provocó una depresión económica generalizada: arruinó a millones de personas, que perdieron su dinero y sus ahorros; a los bancos, a las industrias, a los agricultores y al comercio.
La Extensión y las Consecuencias de la Crisis
La crisis se extendió desde Estados Unidos al resto del mundo. En Europa, al retirar los capitales americanos, se hundieron muchos bancos y con ellos numerosos industriales y agricultores.
Las Consecuencias
- En el terreno demográfico, se detuvo el crecimiento de la población y la migración.
- En el terreno económico, decrecieron la producción agraria e industrial y el comercio exterior.
- En el terreno social, creció el paro.
- En el terreno político, la crisis favoreció el desprestigio de la democracia, cuyas primeras medidas para resolverla fueron un fracaso. Esto favoreció el auge de ideologías que se presentaban como salvadoras; además, la crisis agudizó las rivalidades entre los países.
La Búsqueda de Soluciones
En Estados Unidos, el nuevo presidente Roosevelt puso en marcha en 1933 un programa de recuperación conocido como New Deal, que mejoró la situación económica.
El Auge del Fascismo
En el periodo transcurrido entre las dos guerras mundiales (1919-1939), los países europeos de mayor tradición liberal (Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos) mantuvieron sistemas políticos parlamentarios y democráticos. Sin embargo, muchos países del centro y sur de Europa adoptaron regímenes autoritarios. Estos regímenes alcanzaron su mayor desarrollo en Italia, con el fascismo de Benito Mussolini, y Alemania, con el nazismo de Adolf Hitler.
Causas y Apoyos Sociales de los Totalitarismos
Las causas que favorecieron la implantación de regímenes totalitarios fueron muy variadas. Destacaron la existencia de sistemas democráticos poco consolidados; la grave crisis económica; y la formación de grupos ultranacionalistas descontentos con los tratados de paz de la Primera Guerra Mundial. Así, Alemania se sintió humillada, e Italia, uno de los países vencedores, consideró que había recibido pocas compensaciones. Los apoyos sociales de los sistemas totalitarios fueron la clase media, los excombatientes y parados descontentos, y los sectores sociales conservadores.
Características de los Sistemas Totalitarios
- Implantación de un sistema político autoritario: en él, el estado concentra todo el poder y lo ejerce a través de un líder carismático que es considerado infalible y exige obediencia ciega. No existen libertades, solo hay un partido único y se reprime con violencia la oposición utilizando la policía política.
- Control por el estado de la economía y de la sociedad: el estado dirige la economía y adopta un modelo; además, controla la sociedad mediante la propaganda, la censura de los medios de comunicación y la educación.
- Rechazo de la igualdad social: defiende la desigualdad social en todos los niveles: los miembros del partido son considerados superiores a los que no pertenecen a él; los hombres a las mujeres; y unas razas a otras. Así, Hitler sostuvo la superioridad de la raza aria y quiso eliminar a las consideradas inferiores, como la judía o la gitana.
- Pensamiento irracional: defiende posturas como el fanatismo o la obediencia ciega.
- Ultranacionalismo: se exalta la grandeza de la propia nación.
- Militarismo: se defienden la fuerza y la guerra como instrumentos de poder, prestigio y progreso de los pueblos.
El Fascismo Italiano
El fascismo surgió en Italia en torno al periodista Benito Mussolini. El término procede de la organización fundada por Mussolini, los Fascios Italianos de Combate, también conocidos como camisas negras. En 1922, la intervención de estos grupos contra los sindicatos y las huelgas obreras llevó a Mussolini a reclamar el poder. Para presionar al gobierno, organizó una marcha sobre Roma al frente de sus camisas negras; tras ella, logró que el rey Víctor Manuel III le encargase la formación de un nuevo gobierno. Cuando accedió al poder, se proclamó Duce, implantó una dictadura fascista y reprimió toda oposición.
El Nazismo Alemán
El nazismo surgió en Alemania en torno al Partido Nacionalsocialista (Partido Nazi), fundado en 1920 y dirigido por el Führer Adolf Hitler. En 1933, tras vencer en las elecciones, Hitler fue nombrado canciller de Alemania. Una vez en el poder, puso fin a la república. Hitler implantó una férrea dictadura y llevó a cabo una política militarista y agresiva basada en el rechazo del Tratado de Versalles. Esta política condujo a la Segunda Guerra Mundial.
El Arte en el Periodo de Entreguerras
En el campo artístico, tras la finalización de la Gran Guerra, surgieron nuevas vanguardias.
La Arquitectura Funcionalista
En arquitectura se impuso el racionalismo o funcionalismo; los arquitectos realizaron edificios de volúmenes geométricos y sin adornos, con plantas y formas simples adaptadas a la función del edificio. Entre los principales representantes de esta tendencia se encuentran Le Corbusier y la Escuela de la Bauhaus.
La Escultura y los Nuevos Materiales
La escultura utilizó los nuevos materiales producidos por la industria, como el hierro, y buscó la innovación introduciendo el movimiento real en las obras. Entre sus figuras destacó Alexander Calder, creador de esculturas con movimiento denominadas móviles.
Las Nuevas Tendencias Pictóricas
El Dadaísmo: fue una corriente provocativa que reivindicó la destrucción del arte, el azar y lo absurdo. La figura más destacada fue Marcel Duchamp. Daba valor artístico a algo que realmente carecía de él, y que por tanto, el arte era solamente una actitud mental que residía en el espectador.
El Surrealismo: buscó su inspiración en el inconsciente y en el mundo de los sueños, creando obras en las que sus elementos se asocian de forma absurda e irracional.
La Abstracción: creó obras en las que desapareció por completo cualquier referencia al mundo real.