Los liberales desconfiaban de la predisposición del monarca para aceptar el nuevo orden constitucional.

El reinado de Fernando VII

La restauración del absolutismo:


Los liberales desconfiaban de la predisposición

del rey para aceptar el nuevo orden constitucional.

Por ello dispusieron que viajara directamente a

Madrid para jurar la Constitución. Pero los

absolutistas se organizaron rápidamente para

demandar la restauración del absolutismo

(Manifiesto de los Persas).
Fernando VII traiciónó

sus promesas, anuló la Constitución y las leyes

de Cádiz y anunció la vuelta del absolutismo.
Inmediatamente fueron detenidos o asesinados

los principales dirigentes liberales, mientras que

otros huyeron hacia el exilio. Se procedíó a la

restauración de todas las antiguas instituciones

del régimen señorial y de la Inquisición. Era

una vuelta al Antiguo Régimen, en un contexto

internacional. El congreso de Viena y la creación

de la Santa Alianza, que garantizaba la defensa

del absolutismo y el derecho de intervención en

en cualquier país para frenar el avance liberal.

Así Fernando
VII y su gobierno intentaron un

objetivo imposible: rehacer el país destrozado

por la guerra, con la agricultura deshecha, el

comercio paralizado, las finanzas en bancarrota

y todas las colonias luchando por su

independencia y todo ello a partir de la

restauración del Antiguo Régimen. La guerra

en las colonias exigíó enormes gastos militares

y además impidió la llegada de nuevos ingresos.

Los acontecimientos sucedidos entre 1808 y

1814 habían cambiado la mentalidad de muchos

grupos sociales. El campesinado había dejado

de pagar las rentas señorialese, la libertad de

fabricación y de mercado había permitido el

desarrollo de empresas y negocios más allá de la

rígida reglamentación gremial y gran parte de

la burguésía urbana reclamaba la vuelta del

régimen constitucional. La integración de

jefes de guerrilla en el ejército originó un sector

liberal que protagonizaría en el futuro

numerosos pronunciamientos. Pronunciamientos

militares liberales (Mina, Lacy, Porlier, Vidal..)

alargadas en las ciudades y amotinamientos

campesinos evidenciaron el descontento, la

represión fue la única respuesta.

El trienio Liberal:


El coronel Rafael del Riego, al frente de soldados

acantonados en la localidad de Las cabezas de

San Juan (Sevilla), pendientes de embarcar para

combatir en lals colonias americanas, se

sublevó, proclamando la Constitución de 1812.Cc

Obligaron al rey FernandoVII a aceptar la

constitución. Inmediatamente se formó un

nuevo gobierno  que proclamó una amnistía

y convocó elecciones a Cortes. Restauraron

gran parte de las reformas de Cádiz, como

la libertad de industria, la abolición de los gremios

,la supresión de los señorios jurisdiccionales y

de los mayorazgos y la venta de tierras de los

monasterios, reformas en el sistema fiscal, el

código penal y el ejército, liberalización de la

industria y el comercio, con la eliminación de

las trabas a la libre circulación de mercancías,

modernización política y administrativa del

país, de acuerdo con el modelo de Cádiz.

Se reconstruyó la Milicia Nacional con el fin

de garantizar el orden y defender las reformas

constitucionales. Fernando VII había aceptado

el nuevo régimen forzado por las circunstancias

y desde el primer momento, paralizó cuantas

leyes pudo, recurriendo al derecho de veto

que le otorgaba la Constitución, y conspiró

contra el gobierno mediante la intervención de

las potencias absolutistas de España.

Sin embargo la nuevas medidas liberales del

Trienio provocaron el descontento de los

campesinos, ya que se abolían los señorios

jurisdiccionales, pero no les facilitaban el

acceso a la tierra. Podían ser expulsados de las

tierras si no pagaban, la monetarización de las

rentas y los diezmos, antes pagados con

productos agrarios, obligaba a los campesinos

a conseguir dinero conla venta de sus productos.

En una economía todavía de autosuficiencia

resultaba uy difícil vender a buen precio los

prodcutos y reunir la cantidad del dinero. La

nobleza tradicional y la Iglesia impulsaron la

revuelta contra los gobernates del Trienio. Los

propios liberales se dividieron en dos tendencias:

los moderados, partidarios de reformas limitadas

que no perjudicasen a las élites sociales, y los

exaltados, que planteaban la necesidad de

reformas radicales, favorablesa las clases medias

y populares.

La Década  Ominosa:


El fin del régimen liberal  provocado por la

acción de la Santa Alianza, que atendiendo las

peticiones de Fernando VII, encargó a Francia

la intervención en España. Unos 100000 soldados

(Los Cien Mil Hijos de San Luís), al mando del

duque de Angulema,irrumpieron en territorio

español y repusieron a Fernando VII como

monarca absoluto. Las potencias restauradoras

consideraban necesarias algunas reformas

moderadas, proclamar una amnistía y organizar

una administración eficaz. Fernando VII no se

avino a estas peticiones y de nuevo se produjo,

como en 1814, una feroz represión contra los

liberales. Se depuraron las administraciones

y el ejército y durante toda la década, se

persiguió a los partidarios de las ideas liberales.

La otra gran preocupación de la monarquía fue,

de nuevo, el problema económico. Las

dificultades de la Hacienda, agravadas por la

pérdida definitiva de las colonias americanas.

A partir de 1825 el rey acuciado por los problemas

económicos, buscó la colaboración del sector

moderado de la burguesía financiera e industrial

de Madrid y Barcelona. Los ultraconservadores

se agruparon alrededor de Carlos María Isidro,

hermano del rey y su previsible sucesor, dado

que FernandoVII no tenía descendencia.

El conflicto dinástico:


El sector más ultraconservador, los carlistas,

se negaron a aceptar la nueva situación. Estos

enfrentamientos no consituían solo una disputa

acerca de si el legitimo rey eran el tío o la

sobrina, sino que se trabataba de la lucha por

imponer un modelo u otro de sociedad.

Alrededor de Carlos se agrupaban las fuerzas

más partidarias del Antiguo Régimen, por contra

María Cristina comprendíó que si quería salvar

el trono debía buscar apoyo en el liberalismo.

Nombrada regente durante la enfermada del

rey, formó un nuevo gobierno de carácter

reformista. En 1833 Fernando VII murió,

reafirmando en su testamentoa su hija, de 3

años , como heredera del trono y nombrando

gobernadora a la reina María Cristina hasta

la mayoría de edad de Isabel. El mismo dia,

Don Carlos se prolamó rey, comenzaba así

la primera guerra  carlista.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *