1. Los inicios del reinado y la guerra de sucesión
1.1 La guerra de sucesión castellana
Tras la muerte de Enrique IV, Isabel I de Castilla se declara heredera al trono, lo que desencadena la guerra de sucesión contra Juana la Beltraneja, hija de Enrique IV, apoyada por Portugal y Francia. La batalla de Toro (1476) consolida el triunfo de Isabel y su matrimonio con Fernando II de Aragón, dando lugar a la unión dinástica de ambos reinos.
1.2 La unión dinástica entre Castilla y Aragón
La unión dinástica entre Castilla y Aragón, aunque manteniendo instituciones propias, supuso un cambio de poder significativo. Castilla, con mayor población, extensión y dinamismo económico, dominaba la balanza de poder frente a la Corona de Aragón, compuesta por varios reinos.
1.3 Reorganización del reino
Reorganización social
La Santa Hermandad, creada en 1476, se encargó de restablecer el orden público tras la guerra de sucesión, aunque su alto coste llevó a su disolución en 1498.
Reorganización política
El Consejo Real, posteriormente Consejo de Castilla, se convirtió en el eje central del gobierno, formado por juristas y excluyendo a la nobleza de las decisiones políticas.
Reorganización administrativa
Se crearon nuevas instituciones judiciales como la Chancillería, y se reforzó el poder real sobre los ayuntamientos mediante los corregidores. Las Cortes perdieron influencia en el gobierno.
2. Política exterior de los Reyes Católicos
2.1 Las conquistas peninsulares: Granada y Navarra
La conquista de Granada (1492) culminó la Reconquista, incorporando el último reino musulmán a la Corona de Castilla. La incorporación de Navarra (1512-1515) completó la unificación territorial peninsular, excepto Portugal.
2.2 Expansión mediterránea: Italia y el norte de África
Las guerras de Italia (1494-1505) enfrentaron a los Reyes Católicos con Francia por el control de la península itálica, culminando con la incorporación de Nápoles a la Corona de Aragón. En el norte de África, las campañas militares tuvieron un éxito limitado en la lucha contra la piratería.
2.3 Castilla y Portugal en el Atlántico: Canarias y los descubrimientos
La colonización de las Islas Canarias y el apoyo a los viajes de Cristóbal Colón marcaron el inicio de la expansión castellana en el Atlántico. El Tratado de Tordesillas (1494) estableció la línea de demarcación entre las posesiones castellanas y portuguesas en el Nuevo Mundo.
2.4 El descubrimiento de América
El viaje de Cristóbal Colón (1492) abrió una nueva era en la historia, dando inicio a la colonización española de América y sus consecuencias políticas, económicas y socioculturales.
3. Política religiosa de los Reyes Católicos
3.1 El Tribunal de la Inquisición
Los Reyes Católicos reforzaron el Tribunal de la Inquisición como instrumento político y religioso para controlar la ortodoxia católica y perseguir la herejía.
3.2 La expulsión de los judíos (1492)
La expulsión de los judíos de los reinos de Castilla y Aragón tuvo un gran impacto social, económico y cultural, afectando a la vida de miles de personas y al desarrollo de la península ibérica.
3.3 La cuestión mudéjar y la conversión forzosa
Tras la conquista de Granada, la política de conversión forzosa de los mudéjares generó conflictos y sublevaciones, dando lugar a la creación de la población morisca.
4. Economía y sociedad en la época de los Reyes Católicos
La economía de la época se caracterizó por el final de una profunda crisis, con una estructura medieval basada en la ganadería trashumante, la exportación de lana y una industria poco desarrollada. La sociedad se dividía entre la aristocracia, los grupos urbanos y el campesinado, con conflictos sociales como el de los payeses de remensa en Cataluña.
5. La monarquía tras la muerte de Isabel la Católica
Tras la muerte de Isabel I (1504), Fernando II asumió la regencia de Castilla hasta su muerte (1516), dejando el trono a su nieto Carlos I.
6. El humanismo en la época de los Reyes Católicos
El Renacimiento y el humanismo florecieron en esta época, con figuras destacadas como Antonio de Nebrija y Luis Vives, contribuyendo al desarrollo cultural y científico de la península ibérica.
2. La Península Ibérica en la Prehistoria
2.1 El proceso de hominización
El proceso de hominización, ocurrido durante el Paleolítico en África, consistió en la adquisición de rasgos anatómicos exclusivos de la especie humana, incluyendo la evolución cultural. Existen dos teorías sobre la dispersión de los homínidos: la evolución multirregional y un solo punto de origen en África.
2.2 Etapas de la prehistoria peninsular
El Paleolítico
El Paleolítico, con una duración de 2,5 millones de años, se divide en Inferior, Medio y Superior. Los humanos eran cazadores, pescadores y recolectores, nómadas que vivían en cuevas y cabañas. El descubrimiento del fuego y la fabricación de instrumentos fueron hitos importantes. El arte paleolítico se manifiesta en esculturas (Venus), grabados y pinturas rupestres.
El Neolítico
El Neolítico, a partir de hace 12.000 años, se caracteriza por el desarrollo de la agricultura y la ganadería, llevando al sedentarismo y a la aparición de aldeas. Se desarrollaron nuevos utensilios de piedra pulida, la cerámica y el tejido. La sociedad se organizaba en clanes, con una división del trabajo entre hombres y mujeres, y un culto a la fertilidad de la tierra.
Edad de los Metales
La Edad de los Metales (Calcolítico, Edad del Bronce y Edad del Hierro) se caracteriza por la invención y generalización del uso de los metales, con cambios en los asentamientos y las relaciones sociales.
2.3 Colonizaciones antiguas de la Península Ibérica
Durante el primer milenio a.C., diferentes pueblos mediterráneos colonizaron la Península Ibérica: fenicios (con fines comerciales, dando lugar a la cultura tartesia), griegos y cartagineses (que entraron en conflicto con Roma durante las guerras púnicas).
3. Pueblos prerromanos y la romanización
3.1 Los pueblos prerromanos
Los romanos encontraron en la Península Ibérica a diversos pueblos autóctonos, divididos en dos grandes grupos: los íberos (en la zona mediterránea) y los indoeuropeos (en el norte, oeste y centro).
3.2 Organización político-administrativa romana
La organización administrativa romana de Hispania sufrió variaciones a lo largo del tiempo, con el objetivo de homogeneizar las estructuras indígenas. Inicialmente dividida en dos provincias (Ulterior y Citerior), Augusto la reorganizó en Baetica, Lusitania y tres distritos de la Tarraconense. Diocleciano la dividió en cinco provincias: Baetica, Tarraconensis, Lusitania, Gallaecia y Carthaginensis, además de las Baleares.
3.3 Economía y sociedad romana en Hispania
La sociedad romana se dividía entre libres (ciudadanos y no ciudadanos) y esclavos. La agricultura era la principal fuente económica, con el uso de mano de obra esclava y, posteriormente, de colonos. La época bajo imperial se caracterizó por una gran conflictividad social.
3.4 El legado cultural romano
La romanización transformó la Península Ibérica, con un mayor impacto en el sur y este. El legado romano se manifiesta en la red de comunicaciones, la urbanización, el derecho y el idioma.
4. La Edad Media en la Península Ibérica
4.1 La conquista musulmana (711)
La conquista musulmana de la Península Ibérica, iniciada en 711, se vio favorecida por la crisis interna del reino visigodo. Los musulmanes llegaron hasta los Pirineos, siendo frenados en la batalla de Poitiers (732).
4.2 Desarrollo político en al-Ándalus
Al-Ándalus se dividió en varias etapas: Emirato dependiente de Damasco (711-756), Emirato independiente de Córdoba (756-929), Califato de Córdoba (929-1031), reinos de taifas, almorávides y almohades. Cada etapa tuvo sus propias características políticas, sociales y culturales.
4.3 Economía y sociedad en al-Ándalus
La agricultura fue la actividad principal, con la introducción de nuevas técnicas y cultivos. Las ciudades jugaron un papel fundamental en el desarrollo económico, con un florecimiento de la artesanía y el comercio. La sociedad se basaba en el modelo islámico, con diferentes grupos sociales: árabes, bereberes, muladíes, mozárabes y judíos.
4.4 Cultura en al-Ándalus
La cultura de al-Ándalus se caracterizó por su riqueza y diversidad, con importantes contribuciones en la literatura, la arquitectura, la ciencia y el arte.
4.5 Primeros núcleos de resistencia cristiana
En el norte de la Península Ibérica, se formaron pequeños reinos cristianos: el reino astur-leonés, el reino de Pamplona, el condado de Aragón y los condados catalanes, que iniciaron la resistencia contra el dominio musulmán.
4.6 Evolución de los reinos cristianos y la Reconquista
La Reconquista, un proceso de expansión territorial de los reinos cristianos durante ocho siglos, se dividió en varias etapas, culminando con la toma de Granada en 1492.
4.7 La crisis bajomedieval
La crisis bajomedieval (siglos XIV-XV) se caracterizó por la peste negra, malas cosechas, guerras civiles y tensiones sociales, afectando a los reinos de Castilla y Aragón.
4.8 Sociedad y cultura en la Edad Media
La sociedad medieval se caracterizó por una rígida división social (clero, nobleza y campesinado) y el régimen feudal. La cultura se desarrolló en los monasterios, con la influencia musulmana y el auge del Camino de Santiago.
5. Instituciones visigodas
Las instituciones visigodas incluían la monarquía (inicialmente electiva), el Aula Regia (consejo del rey), el Oficio Palatino (administración central), los duques (jefes provinciales), los condes (gobernadores de ciudades) y los concilios de Toledo (asambleas estatales).