Manifiesto por la huelga general de Agosto de 1917 selectividad

Analiza la crisis de 1917


La crisis del verano de 1917 hizo notar todas las cuestiones que se habían manifestado durante años de esfuerzos por conseguir la aproximación entre la España «oficial» y la «real». Fueron en realidad tres manifestaciones las que coincidieron de forma consecutiva entre los meses de Junio y Agosto, aunque no conectaron entre sí. Comenzó con una protesta de los militares, siguió con una de la burguésía y acabo con una del proletariado. Tras la crisis, la monarquía quedó en pie, pero quebrantada, la opinión pública despertó y el proletariado agudizó su conciencia de clase, y su fracaso se convertirá en el inicio de una uníón de izquierdas que culminaría en 1931. Esto ocurre en plena Guerra Mundial, aunque España era neutra.

La protesta militar: La Junta Militares de Defensa

La oficialidad estaba para reforzar su presencia en el Estado y mejorar sus ingresos. En el origen de las Juntas de Defensa (capitanes y tenientes) existíó una mentalidad sindicalista de unidad para ejercer presión. Influyó de forma directa en su organización, la cuestión de los sueldos, fue la reintroducción en 1910 de los ascensos por méritos de guerra, que habían sido suprimidos. Ahora, las posibilidades de ascenso estaban en Marruecos; una marcha al Rif por unos meses daba pie al Rey para favorecer a sus amigos y beneficiaba a los oficiales jóvenes y solteros (sin problemas de familia). Además de cobrar allí sueldos más altos, a la vuelta se veían rápidamente ascendidos en el escalafón. El Ejército volvíó al pilar de la Monarquía y del Gobierno frente al problema social; pero ahora dominaba al Gobierno porque éste lo necesitaba.

La protesta política: la Asamblea de Parlamentarios de Barcelona

El segundo acto de la crisis de 1917 fue la Asamblea de Parlamentarios. El reajuste acabó en un fracaso porque puso de manifiesto el doble temor burgués. Desde Febrero de 1917 las Cortes estaban cerradas, por miedo a el debate de los graves problemas por los que atravesaba el país y había tanto que solucionar que Cambó, jefe de la Lliga y de la burguésía política catalana, decidíó intervenir. La rebelión de las Juntas de Defensa daba suficientes motivos para abrir las Cortes; en caso de recibir respuesta negativa del gobierno de Dato, había que convocar una asamblea de parlamentarios para imponer un gobierno con las fuerzas más representativas, y así salvar al país. No cabía duda de que era la oportunidad de Cambó para imponer su idea. El Gobierno no atendíó a la petición de que se abrieran las Cortes, y el 5 de Julio se reunieron en Barcelona 59 diputados y senadores catalanes para decir que la situación no podía continuar así. Cambó propónía que era voluntad de Cataluña la obtención de un régimen de amplia autonomía. Era la rebelión de las clases y los grupos progresistas contra la oligarquía que ejercía el poder, buscando un gobierno de amplio consenso representativo de las fuerzas del país. La Asamblea de Parlamentarios se celebró en Barcelona el 19 de Julio. Los partidos de izquierda habían fracasado, porque, mientras la Lliga Regionalista quería acabar con el sistema de los partidos, las izquierdas pretendían hacer una revolución contra el Estado oligárquico. El contraataque del Gobierno, disolvíó la Asamblea. En los siguientes meses la fuerza de la Asamblea se fue diluyendo. Influyó mucho el miedo a la revolución social intentada con la huelga general de Agosto.

El problema obrero: La Huelga General de1917

. El desarrollo económico procedente de la neutralidad española durante la 1ª Guerra Mundial atrajo a las ciudades muchos campesinos que, ante las pésimas condiciones laborales, se proletarizó. El descontento fue canalizado por la Confederación Nacional del Trabajo y la UGT. Ambas centrales sindicales firmaron una alianza, cuyos resultados fue la huelga general revolucionaria contra el régimen político y contra el deterioro del nivel de vida de los trabajadores. Los días posteriores a la huelga se produjeron graves incidentes en los grandes centros urbanos e industriales. Esta protesta obrera fracasó, no logró movilizar a los trabajadores del campo. El resultado fallido de esta huelga de 1917 contribuyó a dividir al movimiento obrero español, separando más a socialistas y anarcosindicalistas, profundizándose sus rivalidades y diferencias ideológicas. La respuesta del Gobierno fue muy enérgica: detuvo al comité de huelga y sacó las tropas a la calle. A finales de Agosto la huelga estaba acabada, con más de setenta muertos y en torno a dos mil detenidos. Tras las crisis de 1917 el régimen canovista seguía vivo, pero no había salido intacto. El sistema político se encontraba en descomposición interna debido a la división existente entre los viejos partidos, a la reacción del rey inclinado a apoyar a los militares y porque el sistema era incapaz de renovarse y de integrar a las nuevas fuerzas sociales y políticas.

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