2.2.- CAUSA PRÓXIMA Y DESARROLLO DE LA SEMANA TRÁGICA (1909)
La causa fue el desastre militar del barranco del Lobo, que originó más de 1200 bajas en el ejército de África. El 9 de Julio los rifeños atacan una línea de ferrocarril próxima a Melilla y mataron a cuatro trabajadores españoles, por lo que Maura decidíó reforzar militarmente la zona. El ministro de la guerra cometíó el error de no enviar soldados de reemplazo sino reservistas de Madrid y Barcelona, muchos de ellos casados y con hijos. La medida provocó numerosas protestas, especialmente en Cataluña y la resistencia de estos a embarcarse, actitud a la que se sumó Solidaridad Obrera. La movilización de reservistas agudizó el clima de tensión social: se propagó la huelga general (convocada por socialistas y anarquistas) y el gobierno respondíó deteniendo a los cabecillas socialistas y prohibiendo su prensa. Las noticias que llegaron de África sobre los anteriores hechos, hicieron que el comité de huelga perdiera el control de la situación, iniciándose inmediatamente en Barcelona el asalto e incendio de edificios religiosos y el levantamiento de barricadas por toda la ciudad. En Barcelona, puerto donde debían embarcar las tropas, fue donde comenzaron la huelga y las manifestaciones. La autoridad militar proclamó el estado de guerra, lo que desató la oleada de violencia callejera durante casi una semana (semana trágica, del 26 de Julio al 31 de Julio). El motín terminó con un balance desolador: 116 muertos, 300 heridos.
El 31 de Julio la insurrección fue liquidada y se emprendíó una dura represión: mas de mil quinientas detenciones, con diecisiete penas de muerte, de las cuales se ejecutaron cinco, entre ellas la de Ferrer Guardia, pedagogo catalán, anarquista y fundador de la Escuela Moderna (Fundada en 1901, rechazaba la pedagogía tradicional basada en el castigo, la memorización y el dogmatismo católico; defendía la educación sin coacciones y el Racionalismo moral, ocultando los valores libertarios de igualdad y solidaridad, inspirados en el anarquismo. Su éxito le permitíó expandirse por Cataluña y Andalucía principales zonas de influencia del anarquismo). El juicio realizado contra este, carecíó de la suficientes garantías procésales, por lo que se sospechó que con su ejecución se quería dar un escarmiento a los alborotadores. Esta ejecución levantó una oleada de protesta en toda Europa, y en España un grito unánime
:»Muera Maura», esgrimido por propios es extraños contra el jefe de gobierno, que fue cesado inmediatamente por el rey. La Semana trágica no fue un movimiento organizado y con un objetivo definido, sino la explosión descontrolada de unas masas descontentas de sus condiciones de vida. Si bien el desencadenante fue la guerra de Marruecos, llama la atención, en cambio, que los ataques se dirigieron prioritariamente contra iglesias, conventos y símbolos religiosos. Esto se explica, en primer lugar, por el anticlericalismo de amplios sectores populares, que identificaban a la iglesia con la represión ideológica al servicio del poder y del capitalismo; y en segundo lugar, por la mayor vulnerabilidad de los edificios religiosos, en comparación con los centros militares o institucionales; de esto se aprovecharon los extremistas radicales, encabezados por Lerroux que desviaron el verdadero objetivo de la insurrección hacia la quema de conventos y edificios religiosos.
La crisis de 1909 trajo corno consecuencia dos hechos importantes, además del cese de Maura: la creación de la conjuración republicano-socialista, que obtuvo un escaño para Pablo Iglesias en las elecciones inmediatas; y por otra parte, demostró a los anarquistas la conveniencia de una organización sindical propia, para combatir con mas eficacia al poder del Estado y a la patronal. Por ello, en 1910 se fundó el sindicato anarquista Confederación _acional del Trabajo (CNT). A diferencia de la UGT socialista, propugnaba un sindicalismo apolítico, que aceptaba la acción directa y consideraba la huelga general como el instrumento más eficaz de lucha.
3. EL REVISIONISMO DE LA IZQUIERDA: CANALEJAS y LOS SOCIALISTAS
La Semana Trágica tuvo consecuencias políticas para las fuerzas de izquierda, que sometieron a revisión su programa de gobierno. El Partido Liberal renovó sus propuestas y, a la muerte de Sagasta, encontró un nuevo líder en José Canalejas, un po1itico del ala izquierda del partido con el que sintonizaban muchos republicanos. Canalejas fue presidente del Gobierno y del partido liberal entre 1910 y 1912, también intentó, su propia revolución desde arriba. En esta etapa se dedicó a renovar el programa liberal, admitiendo el intervencionismo del Estado en la economía y la sociedad, la reforma social, la separación de la Iglesia y el Estado y la democratización del régimen.
El dirigente liberal se mostró riguroso en la represión de una nueva oleada de huelgas (1911-1912), empleando para ello al ejército. Para obtener cierto apoyo popular, se promulgaron algunas leyes de contenido social, como la jornada de nueve horas en las minas, la regulación del trabajo de las mujeres o la abolición definitiva del impopular impuesto de consumos. La ley que mejor reflejó el carácter de la revolución liberal de Canalejas fue la del servicio militar obligatorio, que acababa parcialmente con la práctica clasista de la sustitución y la redención (exención de los ricos del servicio militar mediante el pago de una cuota o de un sustituto). Los soldados de cuota debían cumplir un servicio militar mas corto que los que no pagaban, pero en caso de guerra la incorporación a filas era obligatoria para todos. El asesinato de Canalejas en 1912 en la Puerta del Sol de Madrid, a manos de un anarquista, marco el final de esta inicial etapa de reformas.
3.1. EL CRECIMIENTO SINDICAL
En las primeras décadas del Siglo XX, los sindicatos crecieron de forma significativa. La UGT creó el Sindicato Minero Asturiano (1910), su organización más disciplinada, y se extendíó también al grupo de los ferroviarios (1911). La expansión del sindicato socialista le permitíó organizar huelgas de ámbito nacional, como las de Vizcaya (1910-1911) y la de los ferroviarios (1912). En Cataluña, Solidaridad Obrera pasó a convertirse en un organismo sindical nacional, la Confederación _acional del Trabajo o C_T (1910-1911), que se autodefinía como anarcosindicalista, partidaria del comunismo libertario y apolítico. Solo empleaba una táctica, la acción directa, y tenía como objetivo último la revolución social y la supresión del Estado y los partidos políticos, que debían ser sustituidos por agrupaciones libres de trabajadores. . Sin embargo, tras un intento de organizar una huelga general en 1911, fue ilegalizada durante cuatro años y se vio obligada a actuar desde la clandestinidad.
4.1.- LOS PROBLEMAS DEL RÉGIMEN (1913-1917) 4.1.1.- La crisis del bipartidismo y del turno de poder
Las muertes de Canovas (1897 y Sagasta 1903 dejaron sin cabeza los dos grandes partidos. Ni Maura ni Canalejas, sus sucesores en el liderazgo, alcanzaron la talla política de aquellos o su capacidad de mantener unidas a las distintas facciones y personalidades. La situación se agravó aun mas para el Partido liberal tras el asesinato de Canalejas 1912, que desencadenó de nuevo las luchas internas por la jefatura.
La crisis interna de los dos partidos dinásticos durante el reinado de Alfonso XIII explica en parte el gran protagonismo político que asumíó el monarca, En 1913, el rey entregó el Gobierno a los conservadores para que, siguiendo la práctica de la Restauración, convocaran elecciones y «fabricasen su mayoría en las Cortes. El nombramiento del conservador Eduardo Dato como jefe de gobierno, por Alfonso XIII, originó la escisión de los seguidores de Maura y del partido conservador.
También los liberales se dividieron en facciones.
Esta disgregación interna de los partidos dinásticos aumentó la inestabilidad y dificultó la creación de mayorías de gobierno. A partir de 1917, se recurríó sistemáticamente a la formación de gobiernos de concentración, en los que se incluían los dirigentes de uno de los dos partidos o los de ambos a la vez. Los débiles gobiernos que se formaron entre 1913 y 1917, sin mayorías y con graves problemas internos, era frecuente el cierre periódico de las Cortes y la aprobación de decretos para gobernar. Esta situación contribuyó cada vez más al desprestigio del sistema, un sistema que las fuerzas políticas de la oposición exigían reformar profundamente para democratizarlo En conclusión, el reinado se inicio con un espíritu regeneracionista que intento renovar el sistema político; pero no lo consiguió y una década después comenzó su descomposición interna por su incapacidad para evolucionar hacia un verdadero sistema democrático, como fue sucediendo en algunos países europeos.
4.1.2.- La Primera Guerra Mundial, su impacto en la política española
Superada la crisis de la Semana Trágica, y pacificada temporalmente la situación con Marruecos, se vivieron algunos años de cierto auge económico favorecido por el impacto de la Primera Guerra Mundial (1914-1918).
El estallido de la guerra que se alargó inesperadamente, (1914-1919), modificó el panorama internacional, España adoptó una política oficial de neutralidad:
A pesar de todo, la opinión publica, y sobre todo la prensa se dividíó entre aliadófilos (partidarios de Francia y el Reino Unido), básicamente liberales y progresistas, pues estos países representaban los ideales de la democracia, y Germánófilos (partidarios de los imperios centrales, Alemania y Austria), grupo formado por los sectores mas conservadores, pues estos países aparecían como los genuinos representantes de los valores de orden y autoridad. ‘
La neutralidad favorecíó cierto auge económico del Estado, puesto que las necesidades de los contendientes europeos provocaron una gran demanda de productos agrarios e industriales. Se incrementaron las exportaciones a los países beligerantes (sobre todo a Francia) En realidad, el aumento de las exportaciones favorecíó la proliferación de negocios especulativos y enriquecíó rápidamente a los empresarios e intermediarios, algunos hicieron grandes fortunas gracias a la guerra, que no invirtieron en el sistema productivo. La industrialización se aceleró y también se produjo una gran inflación. La situación no fue tan favorable para las clases medias y bajas, obreros, empleados públicos, militares y, en general, todos los asalariados que no podían protegerse de la inflación, y que tuvieron que enfrentarse al alza de precios y a la carencia de algunos productos desviados a la exportación.
Ante esta situación, comenzaron las protestas populares a través de motines y disturbios, y, más tarde, de huelgas organizadas por la UGT y la CNT. Se presiónó al Estado para que interviniera y controlara los precios de las subsistencias a fin de impedir que subieran más y que se especulara con ellos. El estallido de la Revolución rusa, ocurrida en plena guerra, animaron a los republicanos españoles a luchar por una sociedad más democrática. Esos mismos acontecimientos fueron recibidos con temor por los terratenientes, la burguésía y gran parte de la clase media española. Este último grupo empezó a desear una solución militar autoritaria que pusiera orden en la sociedad española.