Nacionalismos en España (Siglo XIX)
A finales del siglo XIX, en España, comenzaron a surgir movimientos nacionalistas y regionalistas, especialmente en Cataluña, País Vasco y Galicia. Estos movimientos se oponían al uniformismo y centralismo estatal propios del liberalismo español.
Cataluña
Cataluña fue pionera en el desarrollo de un movimiento regionalista. A lo largo del siglo XIX, experimentó un importante crecimiento económico, convirtiéndose en la primera zona industrial de España. El nacimiento de una burguesía industrial, cuyos intereses económicos se veían poco representados por los gobiernos, impulsó la defensa del proteccionismo. Este progreso económico coincidió con la Renaixença, un movimiento cultural que buscaba la recuperación de la lengua y la cultura catalana. La unión de estos dos factores dio lugar al catalanismo, destacando la Lliga Regionalista de Francesc Cambó.
País Vasco
El nacionalismo vasco surgió a finales del siglo XIX como reacción a la pérdida de fueros tras la derrota del carlismo. También influyó el desarrollo de una corriente cultural en defensa del euskera, con un importante componente religioso y de defensa de las tradiciones. Su principal impulsor fue Sabino de Arana, fundador del Partido Nacionalista Vasco.
Galicia
El galleguismo, de carácter cultural en sus inicios, surgió a mediados del siglo XIX. Intelectuales y literatos gallegos impulsaron el Rexurdimiento, un movimiento que buscaba convertir el gallego en lengua literaria. Rosalía de Castro fue una de sus figuras más influyentes.
Represión de los Nacionalismos
Durante la dictadura de Franco, los nacionalismos fueron prohibidos por considerarse una amenaza a la cultura española.
Ferrocarril, Minería e Industria en la España del Siglo XIX
En el siglo XIX, la industrialización en España se retrasó en comparación con otros países europeos. A comienzos del siglo XX, la economía española seguía siendo fundamentalmente agraria, aunque algunas zonas iniciaron el camino hacia la industria moderna.
Industria Textil y Siderurgia
A mediados del siglo XIX, la industria textil catalana lideraba la industrialización española. La mecanización se inició a partir de 1830 con la introducción de máquinas de vapor. En la segunda mitad del siglo XIX, la siderurgia, ligada al desarrollo de la minería del hierro y del carbón en el País Vasco, impulsó la industrialización de esta región.
Ferrocarril
El tendido de la red ferroviaria en España comenzó en 1855 con la Ley General de Ferrocarriles. Su construcción se dividió en varias etapas:
- Primera expansión (mediados del siglo XIX): Movilización de capitales, con participación de compañías extranjeras.
- Crisis financiera: Paralización de la construcción por la escasa rentabilidad.
- Nueva etapa constructiva: Completado del trazado tras la crisis.
La ley de 1855 estableció una estructura radial con centro en Madrid, dificultando las comunicaciones entre las zonas industriales. Además, el ancho de vía español, diferente al europeo, y la franquicia arancelaria para las compañías extranjeras, se consideraron oportunidades perdidas.
Minería
A finales del siglo XIX y principios del XX, se produjo una explotación masiva de los yacimientos de hierro y carbón. La demanda de carbón aumentó gracias a la máquina de vapor y la siderurgia. La minería del hierro se concentró en el País Vasco, y la escasa demanda interior impulsó las exportaciones, convirtiendo a España en un importante proveedor de hierro para Europa.
Debate Económico
Durante el siglo XIX, existió un debate entre librecambistas y proteccionistas. La política arancelaria evolucionó desde el librecambio hasta la imposición del proteccionismo a finales de siglo.