La Organización Política: Las Instituciones
En la Corona de Castilla, la monarquía se fortaleció en los siglos XIV y XV. Frente al concepto feudal del “rey contra los vasallos”, se impuso la doctrina del “rey como soberano de los súbditos”. En el ámbito estatal se produjo la fusión de las Cortes de Castilla y León y aparecieron dos instituciones nuevas:
- El Consejo Real (1385): organismo de carácter técnico integrado por legistas que asesoraban al rey.
- La Audiencia (1371): órgano supremo de la justicia, solo supervisado por el rey. En el siglo XV, la Audiencia fijó su sede en Valladolid con el nombre de Chancillería.
En el ámbito local creció la intervención de la monarquía en los municipios para controlarlos. El principal instrumento de control de la monarquía sobre los municipios fue el corregidor, que a finales del siglo XV se convirtió en el representante permanente de la Corona en los principales municipios.
Estructura Política de la Corona de Aragón
La estructura política de la Corona de Aragón difería de la castellana en dos aspectos:
- Aragón era una confederación de territorios con leyes e instituciones propias.
- La relación entre gobernantes y gobernados se mantuvo dentro del concepto feudal del pacto entre el señor y sus vasallos: el monarca aragonés solicitaba el consentimiento de las Cortes en asuntos importantes y tenía que reunirlas periódicamente. Así, las Cortes de los diferentes reinos ejercieron un fuerte control sobre la monarquía, limitaron su poder y frenaron el absolutismo.
Instituciones de la Corona de Aragón durante la Baja Edad Media
- Los Virreinatos: El poder del rey estaba representado en los territorios por el virrey.
- Las Cortes: Defendían los intereses de las fuerzas sociales de los distintos reinos (nobleza, clero y alta burguesía). Existían Cortes independientes en Aragón, Cataluña y Valencia.
- Las Diputaciones: Tenían carácter fiscal. En Cataluña, la Generalitat (cumplimiento de las leyes y orden público). La Diputación de Aragón (función fiscal y atribuciones de carácter político) y la Diputación del Reino de Valencia (no tuvo competencias políticas importantes).
- El Justicia Mayor de Aragón: Cargo específico del reino de Aragón, desempeñado por un miembro de la nobleza elegido por las Cortes, que defendía los fueros propios de Aragón frente a las pretensiones autoritarias del rey.
Los municipios de la Corona de Aragón, como en Castilla, fueron cayendo bajo el control de las oligarquías urbanas. El gobierno municipal en la Baja Edad Media estaba integrado por un delegado nombrado por el rey, unos magistrados o “consellers” con funciones ejecutivas y una Asamblea y Consejo Municipal, el “Consell de Cent”.
Los Reinos Cristianos en la Baja Edad Media: Crisis Demográfica, Económica y Política
La primera mitad del siglo XIV registró unos años de malas cosechas en toda Europa debido a condiciones meteorológicas adversas. Cada vez que esto ocurría, se rompía el precario equilibrio entre población y recursos. Se producían crisis de subsistencia (ruina de cosechas, encarecimiento del trigo – hambre). Como consecuencia, la población era más propensa a enfermar y morir. En 1348, la peste negra o bubónica llegó a España, extendiéndose desde las Baleares a la costa levantina y al interior. Sus efectos se multiplicaron al actuar sobre poblaciones muy debilitadas, sobre todo entre las capas sociales más bajas (aunque no se salvaron ni los reyes, como Alfonso XI de Castilla). Las consecuencias demográficas fueron de gran magnitud: gran mortalidad, movimientos migratorios del campo a la ciudad y despoblamiento de numerosos lugares.
En el aspecto económico, destaca el gran aumento de precios y salarios como consecuencia de la escasez de mano de obra. La crisis afectó también a la nobleza y al clero, que usurparon tierras y prerrogativas a la monarquía y endurecieron sus condiciones respecto a los campesinos. Todo ello acarreó numerosas revueltas campesinas que pretendían frenar los abusos de los señores, como la revuelta de los “Irmandiños” en Galicia, la de los “Payeses de Remensa” en Cataluña y la “revuelta foránea” en Mallorca.
Para completar el panorama de crisis general que caracterizó a los dos últimos siglos medievales (XIV-XV) en la península, hay que mencionar las guerras civiles de las monarquías hispánicas: en Castilla entre 1366-1369 y 1474-1479, en Navarra entre 1451-1461 y en Cataluña entre 1462-1472.
Los Reinos Cristianos en la Baja Edad Media: La Expansión de la Corona de Aragón en el Mediterráneo
Desde finales del siglo XII hasta mediados del siglo XV, los monarcas aragoneses iniciaron una importante expansión política por el Mediterráneo. Así, con distinto grado de dificultad, sobre todo por la oposición de Francia y del Papado, se incorporaron a la Corona de Aragón en 1282 Sicilia, en 1324 Cerdeña y el reino de Nápoles, que abarcaba todo el sur de Italia, en 1443. También, durante un breve periodo de tiempo, se incorporaron a Aragón los ducados griegos de Atenas y Neopatria, conquistados a principios del siglo XIV por tropas mercenarias catalanas, los almogávares.
Como consecuencia de esta expansión política por el Mediterráneo, se desarrolló un activo comercio internacional en el que Cataluña y su puerto de Barcelona desempeñaron un papel de primer orden. La etapa de máximo esplendor catalán fue el siglo XIV; sin embargo, la profunda crisis de Cataluña en el siglo XV afectó a su actividad comercial y Valencia sustituyó a Barcelona como principal puerto mercantil de la Corona de Aragón.