Orígenes del Español en Andalucía: Historia y Evolución Lingüística

Orígenes del Español en Andalucía: Un Viaje Lingüístico

El nacimiento del español en Andalucía se sitúa generalmente en la llamada Reconquista, llevada a cabo por el reino de Castilla y León en los territorios del sur de la Península Ibérica ocupados por los musulmanes. La lengua de estos reconquistadores era el romance castellano, que coexistía con otros romances. Este romance castellano se impuso en el siglo XVI, pasando a denominarse español.

Este romance castellano sustituyó al árabe de los andalusíes, lo que implica el traslado de una lengua desde su lugar de origen a otro nuevo como parte de una conquista militar y posterior colonización y repoblación. El español de Andalucía tiene sus orígenes entre 1225 y 1248 para Andalucía occidental, y entre 1481 y 1492 para el reino de Granada.

La historia del español de Andalucía presenta ciertas ambigüedades. Por ejemplo, el español hablado en Andalucía muestra diferencias con respecto al español de otras zonas, lo que dificulta determinar la antigüedad de los rasgos característicos de Andalucía.

Debates Historiográficos

  • Algunos historiadores sitúan el inicio de la modalidad lingüísticamente diferenciada del castellano en el siglo XIII.
  • Otros sugieren que estas diferencias no surgen hasta el siglo XVIII, aunque esta última postura se basa más en criterios históricos que lingüísticos. El nacimiento de la Real Academia Española (RAE) en el siglo XVIII influyó en la creencia de que el español no podía experimentar más cambios, extendiéndose la idea de un español homogéneo.

Para establecer la existencia de una entidad lingüística diferenciada en el pasado, se pueden utilizar dos tipos de datos:

  • Testimonios de autores antiguos (literatos, filólogos, historiadores).
  • Análisis de textos que muestren vocablos, formas gramaticales y vacilaciones gráficas.

Sin embargo, ambas fuentes presentan limitaciones:

  • Los autores no siempre son claros al describir ciertos hechos y suelen dar cuenta de los cambios lingüísticos tiempo después de que se produzcan.
  • En los siglos XVIII y XIX, se presta más atención a cómo se debe hablar que a cómo se habla realmente.
  • Los textos escritos plantean problemas en lo relativo a los cambios de grafías.

A estas dificultades se añade la existencia de otras formas lingüísticas en Andalucía cuando las tropas castellanas llegaron:

  • Árabe, el dialecto árabe desarrollado en Granada.
  • Mozárabe, la lengua romance hablada por cristianos y musulmanes que pervivió en la España musulmana hasta el siglo XII.

Para comprender esta historia lingüística, es necesario conocer la población de Andalucía en cada momento, su lugar de procedencia, sus ocupaciones y cómo se conquistaron y poblaron sus territorios, es decir, su historia general, social y política.

Sobre los Nombres «Andalucía» y «Andaluz»

Ambos términos son polisémicos y han tenido diferentes significados desde el siglo XIII.

  • Andalucía: Procede del nombre «Al-Ándalus», que los musulmanes utilizaron desde el 716 para referirse al Reino germánico de los Visigodos (Península, Baleares y sur de Francia) y al propio Al-Ándalus.
  • Andalusiyyun (Andaluces): Era el nombre de los habitantes (tanto cristianos como musulmanes) sometidos a la autoridad del emir, califa o rey del taifa correspondiente.

España Cristiana

Los historiadores árabes no solían emplear el término Hispania, sino que preferían usar el nombre de los reinos (León, Castilla, Aragón). Para referirse a los habitantes de estas tierras, los árabes empleaban términos como rumi (cristianos) o ayami (extranjeros). Incluso se referían a ellos como «gallegos» para la gente del noroeste (León, Galicia, Portugal, parte de Castilla) y como «francos» a los habitantes del reino de Aragón.

Los historiadores de la España cristiana emplearon el latín hasta el siglo XIII y no utilizaban el término Al-Ándalus, sino Hispania, incluso para referirse a la zona de dominación árabe. Para sus territorios usaban nombres como «Galicia», «Oviedo», «Asturias» y «Bética» para hablar de la parte sur de la Península.

A principios del siglo XIII, aparecen las primeras versiones romances y latinas del término árabe:

  • Anales Toledanos (1218): Aparecen los términos «andaluz» y «andaluces» para referirse al territorio musulmán y sus habitantes.
  • Crónica latina de los reyes de Castilla (1236): Se define «Handaluçia» como «tierra de los moros del lado de acá del mar» y se identifica a los pueblos andaluces con los vándalos.
  • Rodrigo Ximénez de Rada (El Toledano): Señala que en el siglo V los Vándalos Silingos establecen su reino en la Bética, por lo que esta zona se denominaba Wandalia, que posteriormente evolucionaría a «Andalucía».

La etimología dada por El Toledano ha sido cuestionada, ya que Nicolás Antonio en el siglo XVII planteó la duda de cómo es posible que entre la salida de los vándalos en 492 y la llegada de los árabes en 711 no se haya encontrado ningún testimonio que vincule Andalucía con los vándalos.

También se han propuesto otras etimologías para Andalucía, como Atlántico y Atlántida.

La ambigüedad entre «Andalucía» y «andaluz» persiste durante mucho tiempo. Las crónicas de la Baja Edad Media siguen utilizando «Andaluzía» para referirse a la tierra musulmana (Al-Ándalus y la Andalucía occidental cristianizada).

Sin embargo, triunfó el segundo sentido que se desarrolla desde las conquistas de Fernando III, refiriéndose Andalucía a la Andalucía occidental.

Andalucía y el Reino de Granada

La denominación más frecuente para el último enclave musulmán era «Granada» o «Reino de Granada» para los cristianos, mientras que los musulmanes seguían utilizando el nombre «Al-Ándalus».

Aun así, historiadores y cartógrafos distinguen entre Andalucía y el Reino de Granada.

Incluso tras la conquista del Reino de Granada, los diferentes reinos (Jaén, Córdoba, Sevilla…) carecían de enlaces especiales a nivel político. Sin embargo, los testimonios muestran cómo empieza a concebirse «Andalucía» como un territorio más amplio.

La concepción global de Andalucía no se plasmó política y administrativamente hasta 1883.

Pobladores de Andalucía

Mozárabes

Los mozárabes eran cristianos que permanecieron en territorios de dominación musulmana.

Para la historia lingüística, es fundamental determinar si, junto al árabe, se desarrollaron otras formas románicas heredadas de los mozárabes. El mozárabe, tanto como lengua como nombre de los pobladores, también puede recibir el nombre de romance andalusí.

Parece que no fue patrimonio exclusivo de los cristianos, ya que hay textos que mencionan musulmanes de habla romance y cristianos arabizados. ¿Existió bilingüismo?

También está constatado que muchos descendientes de árabes, sirios y bereberes empleaban el romance en su conversación cotidiana.

No obstante, son pocos los testimonios que dan cuenta de esta realidad. Quizás, en lugar de hablar de bilingüismo, deberíamos decir que esta situación solo se daba en las capas más privilegiadas de la sociedad.

Hubo una convivencia relativamente pacífica entre mozárabes y musulmanes hasta las invasiones almohades y almorávides, grupos que mostraron una gran intolerancia hacia los cristianos. Ante esta situación, muchos mozárabes se vieron obligados a huir a territorios cristianos.

A pesar de la política de exterminio a los cristianos, contamos con testimonios escritos que dan cuenta de lo que se estaba haciendo con los mozárabes (aunque son muy escasos ya a principios del siglo XIII).

Los testimonios sobre la posible presencia de la lengua romance en Al-Ándalus son aún más escasos. Sabemos que la época de florecimiento de las jarchas (estribillos romances en textos árabes) se sitúa en los siglos XI y XII, pero ya en el siglo XIII empiezan a entrar en decadencia y en el siglo XIV parece que es un género perdido.

No obstante, algunos botánicos del siglo XIII (Ibn-al-Baytar, Ibn-al-Rumiyya…) dan testimonio en aljamía (término usado por los árabes para referirse al mozárabe y a cualquier otro idioma cristiano romance o no romance). Todo esto no prueba la existencia de un bilingüismo árabe-romance. De hecho, algunos arabistas aseguran que en el siglo XII el bilingüismo era algo residual y que desaparecería en el siglo XIII.

En lo relativo al reino de Granada, es innegable la influencia léxica del romance en el árabe allí hablado, aunque está claro que ese romance no es ninguna lengua mozárabe autóctona.

En Granada durante los siglos XIV y XV, al igual que sucedió en Córdoba y Sevilla en el siglo XIII, habría gente que conocería su lengua materna árabe y otro idioma, pero no puede decirse que hubiera un bilingüismo social ampliamente extendido.

No parece, por tanto, que hubiera una base humana que sustentara la transmisión de rasgos lingüísticos de origen mozárabe al castellano de los reconquistadores. El latín de la Bética que acaba pasando a ser romance mozárabe en el sur de España solo deja reliquias.

Los pocos elementos transmitidos por los mozárabes al castellano de Toledo o al aragonés de Zaragoza son mozarabismos léxicos en Andalucía, pero también en otros lugares de España introducidos por los árabes antes o después de la conquista. Desde el punto de vista fonético, no puede decirse que exista una influencia en los actuales rasgos del español de Andalucía.

Árabes

La Andalucía ocupada por Fernando III en el siglo XIII era un territorio ya muy poblado, con grandes urbes que también tuvieron un pasado glorioso y que, ahora, eran extensos territorios cultivados, poblados y urbanizados.

Los castellanos empiezan a ejercer una política de castellanización mediante la expropiación.

Muchos musulmanes acaban abandonando sus casas y yéndose a las zonas rurales, mientras que los cristianos ocuparían estas grandes ciudades.

En este momento, hay muchos testimonios vinculados a sublevaciones musulmanas (1264) como consecuencia del incumplimiento de los pactos realizados, lo que lleva a la expulsión musulmana a otros territorios (África, Cádiz, Granada…).

Durante la Baja Edad Media, Andalucía no fue una sociedad bicultural ni bilingüe, sino un enclave cristiano y románico abrumadoramente castellano en el que la presencia de la población mudéjar (árabe musulmán que se queda en territorio cristiano) fue nula en muchos enclaves y poco relevante.

La falta de prestigio social, cultural y político se manifiesta en la lengua, con una disminución del número de arabismos léxicos entre los siglos XIV y XV.

La historia de la población musulmana del Reino de Granada tras la reconquista es menos relevante para la historia lingüística, porque en 1492 las formas lingüísticas andaluzas estaban prácticamente configuradas. El proceso, aunque con un ritmo diferente, fue similar a lo sucedido en la Bética: los habitantes de Andalucía occidental allí asentados trasplantan su lengua a los territorios que querían repoblar, mientras que la población musulmana siguió siendo predominante en zonas montañosas.

Es cierto que el Reino de Granada tenía una población mayoritariamente musulmana, pero desde el siglo XVII, con la expulsión forzosa, la situación cambia.

Repobladores

Para la historia lingüística, lo que más interesa es el proceso de repoblación de Andalucía. Conocer estos datos puede ayudarnos a establecer hasta qué punto en Andalucía pudo producirse una situación de confluencia de formas lingüísticas y dialectales diversas.

También es necesario tener en cuenta las influencias de todo tipo que determinados centros pudieron ejercer para comprender las peculiaridades de ciertos territorios.

Sobre las repoblaciones de Andalucía occidental se sabe que los repobladores fueron especialmente gente procedente del reino de León a través de Extremadura, llegando hasta Sevilla.

Aun así, la mayoría de los repobladores eran castellanos (Castilla la Vieja > Castilla la Nueva), aragoneses (sobre todo de la zona catalana) y navarros.

También llegaron repobladores extrapeninsulares: franceses, alemanes… pero, sobre todo, genoveses.

La repoblación del Reino de Granada se realizó mayoritariamente con gente procedente de la propia Andalucía occidental. También hay que resaltar el asentamiento genovés en Málaga.

Tras las deportaciones de la población morisca a finales del siglo XVI, se intenta repoblar los territorios que ocupaban con gente del norte peninsular, pero no se logró (solo se notó la llegada de gallegos en la Alpujarra).

Quizás la presencia mayoritaria de repobladores procedentes de la propia Andalucía nos explica por qué de forma tan rápida «Andalucía» como concepto se amplió, con la incorporación de una variante de lengua castellana muy diferenciada en aquel entonces.

La Lengua Castellana en Andalucía: Primeros Testimonios

En Andalucía, la decadencia y desaparición de los mozárabes en el siglo XIII conllevó la falta de escritos árabes y textos aljamiados (textos castellanos en grafías árabes). Este hecho contrasta con el volumen documental en árabe escrito por mozárabes toledanos y otros puntos de España.

La documentación escrita andaluza de la Baja Edad Media tampoco es especialmente rica en lo que respecta a su coexistencia con formas románicas distintas dentro de un mismo texto.

Solamente tenemos para Andalucía algunas formas anecdóticas: un texto de 1235 en Arjona delata el origen asturiano de su autor por presentar un rasgo propio de este romance.

Por lo general, la escritura medieval andaluza es castellana y son escasos los elementos o rasgos dialectales diferentes.

Inicios de la Modalidad Lingüística Andaluza

De momento, no se puede determinar con precisión el momento en el que surgen variantes lingüísticas que hoy consideramos como «propias» de Andalucía, ni su ámbito geográfico ni el entorno social en que lo hicieron.

Su nacimiento sería el de formas disidentes que en un momento determinado cortan con amarras primitivas y se extienden por nuevas zonas. Probablemente todo ello sucede a mediados o finales del siglo XIV, aunque no todos los cambios tienen la misma cronología.

Desde los siglos XVII y XVIII, la modalidad lingüística andaluza se asienta.

Primeras Noticias

En la «Grande e General Estoria» (Alfonso X) se encuentra la definición «mugle» para hablar de peces propios de Andalucía que allí reciben el nombre de albures (término procedente del árabe que comenzó a entrar en decadencia cuando emerge «lisas» o «lizas»).

Se suele recurrir a usos léxicos geográficamente determinados para hablar de «lo propio» de Andalucía, siendo el arabismo una característica principal.

Algunos Testimonios

  • 1340: Se atribuye a los andaluces exageración y expresividad (en el Libro de Buen Amor de Juan Ruiz).
  • 1520: Facilidad expresiva de los andaluces según Juan Padilla.
  • Principios del siglo XV: El habla de los sevillanos (entendido como andaluces) es distinta a la de los gallegos.
  • 1490: Gonzalo García de Santa María defiende la lengua de Castilla describiendo el andaluz como un lenguaje poco esmerado.
  • Siglo XVI: Continúan las opiniones desfavorables sobre Andalucía, aunque también hay quienes defienden esta lengua.

Primeros Indicios

Determinar las primeras manifestaciones lingüísticas «andaluzas» implica tener en cuenta que puede haber rasgos que en su momento no fueron formas propias del andaluz, sino del español (ej: -h en humo, hierro).

Las variaciones fonéticas suelen ser el factor que diferencia el habla andaluza del resto.

Estas quedan registradas en alteraciones ortográficas en el texto, aunque también pueden darse alteraciones gráficas por otros motivos que no tengan que ver con la pronunciación.

  • Ejemplo 1: Primeros indicios de ceceo y seseo. Los escribanos de los siglos XIV y XV suelen escribir tanto -z- como -s- con sigma, por lo que se creía que el seseo era un rasgo extendido por la geografía castellana. Datos seguros demuestran que el seseo y el ceceo no se dan hasta el siglo XV, aunque ya podría darse en la oralidad en el siglo XIV. Consultando textos podemos más o menos localizar el seseo en unas zonas u otras (en Sevilla estaba presente a finales del siglo XV), pero determinar su grado de difusión es complicado.
  • Ejemplo 2: Hay escritos en los que las palabras aparecen con f- inicial latina y otros en los que la f- se suprime («fumo» vs «umo»).
  • Ejemplo 3: Confusión entre -r y -l al final de sílaba o palabra («abril» vs «abrir»).
  • Ejemplo 4: Alteraciones de la -s final de sílaba en los siglos XIV y XV («escribano públicos»).

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *