LA GUERRA CARLISTA El problema sucesorio
La tradición castellana, Ley de partidas, permitía el reinado de una mujer a falta de dependiente varón. La dinastía borbónica a través de la ley Sálica apartó del trono a las mujeres. Desde Carlos IV hay una serie de vaivenes en torno al mantenimiento o no de la Ley Sálica hasta que poco antes de morir Fernando VII vuelve a pronunciarse por su derogación con el fin de permitir el acceso al trono a su hija Isabel, nacida en 1830. Esto no fue aceptado por el hermano del rey que aspiraba a heredar el trono bajo el nombre de Carlos V.
Los apoyos
A D.
Carlos lo apoyaron aquellos que se veían perjudicados por como se estaba llevando a cabo la implantación del régimen liberal-burgués en España: ··Quienes defendían el antiguo régimen, es decir posturas absolutistas ligadas a un fuerte control religioso. Dentro del clero la Jerarquía en general no apoyó el carlismo, pero si le hizo de manera muy decisiva el clero rural de las zonas carlistas. ·Quienes defendían lo Fueros (legislaciones propias de un territorio), sobre todo quienes aun conservaban una realidad foral (Vascongadas y Navarra)
, pero también sectores entre quienes añoraban su pérdida.
Cataluña, Maestrazgo, Valencia
·Parte del Campesinado, sobre todo propietarios y arrendatarios de las regiones antes dicha que se encontraban en una situación que se veía dañada por la forma en que se iba a imponer la nueva forma de propiedad de la tierra. Los Isabelinos (o Cristinos por el nombre de la regente) eran apoyados por la un tanto extraña amalgama liberal que iba desde la Nobleza latifundista a las clases burguesas y medias, las ciudades más importantes (incluso en Vascongadas-Navarra) y un ejercito que había cambiado mucho a raíz de la guerra de la independencia. Tuvo el apoyo internacional a través de la firma de la Cuádruple Alianza (Francia, Gran Bretaña, Portugal y España)
La 1º Guerra Carlista
1833-35. Iniciativa Carlista. Destaca la figura del general Zumalacarregi. El fracaso del sitio de Bilbao (donde muere el general carlista)
Supuso un freno importante. Los Carlistas no consiguen generalizar la guerra ni unir sus territorios. 1836-38. Expediciones Carlistas (la más importante a Madrid) que no consiguen sus objetivos. 1838-40. Diferencias internas en cada bando. Acuerdo decisivo entre el Isabelino General Espartero y el Carlista Maroto (Abrazo de Vergara, 1839).
Supuso la aceptación por la mayor parte del carlismo de Isabel como futura reina y, a cambio, el mantenimiento de los fueros vaso-navarros. Los últimos foco de la rebelión (en zonas de Cataluña y Valencia) carlista son sofocados en 1840. A las graves pérdidas en vidas humanas y materiales, sobre todo en las zonas de predominio Carlista, se sumó el dejar abierta una herida que se reabriría varias veces durante el Siglo XIX.
Otras insurrecciones Carlistas
Entre 1846-49 se de una revuelta carlista que tiene importancia en Cataluña e intentos de levantamientos fracasados en otros puntos. La denominación de 2ª Guerra Carlista ha sido cuestionada por lo limitado de su extensión, el pretendiente era Carlos Luis con el nombre de Carlos VI y se produjo tras el intento frustrado de casarlo con Isabel II.
En 1860 hay una intentona dirigida por el general Ortega que tuvo escaso recorrido. Muchos más importante será la llamada 3ª guerra carlista (1872-76), pero esta ya cae fuera del ámbito temporal de este tema. PARTIDOS Políticos Fuera del sistema.
Debemos distinguir entre los partidos que defienden la legitimidad de Isabel II y aquellos que la combaten.
Entre estos estarán por un lado los Carlistas (de los que hemos hablado más arriba) y por otro quienes promueven esporádicos levantamientos sociales y que al final del periodo se aglutinarán en torno al republicanismo y organizaciones obreras.
Dentro del sistema. El Partido Liberal
En los partidos isabelinos partidarios del régimen liberal hay dos grandes facciones: Partido Moderado (conocidos como doceañistas) y Partido Progresista (a los que se denominó exaltados o veinteañistas). Ambos reconocen la monarquía isabelina, defiende un régimen constitucional, la propiedad privada burguesa, unitarismo, el sufragio censitario masculino.
El Partido Moderado
Defiende una combinación de lo viejo y lo nuevo: ··La soberanía nacional emana de la Corona y las Cortes. ·Cortes Bicamerales. El Senado compuesto de miembros natos o nombrados por la corona. ·Congreso elegido por sufragio censitario muy restrictivo. ·Ejecutivo fuerte muy dependiente de la corona.
·Poco poder local (municipios regidos por representantes del gobierno) ·Restricciones a los derechos individuales (prensa, asociación,…)
·Defiende el peso y buenas relaciones de la Iglesia Católica. Formado por representantes de grandes terratenientes (tanto antigua nobleza como los nuevos latifundistas salidos de la desamortización), grandes potentados de los negocios, intelectualidad conservadora, alta jerarquía eclesiástica, sectores del ejercito y de las clases medias. Entre sus diferentes tendencias nos encontramos desde quienes propiciaban un acercamiento a los carlistas, a quienes buscaban alianzas con los progresistas. El partido
Moderado fue el principal proveedor de los gobiernos de estas décadas.
El Partido Progresista
Propugna un liberalismo más radical: – La Soberanía nacional reside en la Cortes, minimizando el papel de la Corona. – Poder local fuerte. Ayuntamientos libremente elegidos y Milicia Nacional (cuerpo armado distinto al ejercito, basado en voluntarios, más ligado a las clases populares y las reivindicaciones liberales, fue caballo de batalla entre los progresistas que las apoyaban y los moderados que las solían suprimir) – Derechos individuales más amplios. – Sufragio censitario, pero con una ampliación importante del cuerpo electoral. – Defienden la libertad de culto y quieren limitar la influencia de la Iglesia Católica. – Impulso desamortizador. Su procedencia social también era muy heterogénea: pequeña y media burguésía financiera e industrial, parte del media del ejército, profesionales (periodistas, funcionarios, abogados). Influencia en las ciudades. Solo gobernó en algunos periodos cortos.
Novedades en los años 50 y 60
El 1849 del ala izquierda de del progresismo e influida por el movimiento revolucionario del 48 europeo surge el partido demócrata, que defiende el sufragio universal, la ampliación de las libertades públicas, y preocupación por la cuestión social proponiendo un papel activo del estado frente a las desigualdades.
Cercanos o derivado del partido demócrata estuvieron los grupos republicanos y organizaciones obreras que cobrarían protagonismo político independiente tras el destronamiento de Isabel II. En 1854 y de la mano del General O´Donnell nace la Uníón Liberal a partir de las facciones más «centristas» de moderados y progresistas, llegando a gobernar de forma ininterrumpida entre 1858 y 1863.
La regencia (1833-43)
Los tímidos intentos reformistas de los últimos años del reinado de Fernando VII son profundizados por la Reina Madre y Regente (Isabel solo tiene 3 años en 1833) para atraerse al partido liberal frente a las pretensiones de Carlos.
Espartero 1840-43
Representaba teóricamente al progresismo, pero entre la división del mismo, los pronunciamientos moderados y las revueltas populares (duramente reprimidas por el regente que bombarderá Sevilla y, con una saña especial, Barcelona) hace que Narváez consiga las fuerzas suficientes para derrocar al Regente, proclamándose la mayoría de edad de Isabel II y dando inicio al predominio moderado de la década.
Rasgos generales y hechos más significativos de la regencia
Tremenda inestabilidad con guerras Carlistas, Vaivén frenético entre gobiernos moderados y liberales con las revueltas y pronunciamientos propias de estas situaciones. Entre las medidas más destacables. ·1ª Guerra Carlista ·Nueva división administrativas en provincias (1833). Es un paso más en la dirección de todo el país desde el gobierno central. Javier de Burgos, el responsable de las mismas, distribuye el territorio español en 49 provincias, las mismas (y casi con los mismos límites) que existen hoy en día con la salvedad de que Canarias se dividíó posteriormente en Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas. ·Estatuto Real (1834) ·Reorganización fiscal. ·Desamortización de de Mendizábal. 1) Las medidas de los progresistas fueron encaminadas: 1) a convertir la propiedad nobiliaria en propiedad privada burguesa, es decir la tierra se convierte en mercancía que se puede comprar y vender y pone fin a los mayorazgos , 2) nacionalizar muchas de las propiedades eclesiásticas y ponerlas a la venta,
fue conexa a extinción de ordenes religiosas. Al primar el afán recaudatorio (en la desamortización eclesiástica) y el no romper la alianza con la aristocracia terrateniente (en las reformas de la propiedad de la nobleza) hace que se incremente el latifundismo y la proletarización del campesinado. Las familias campesinas, excepto algunas capas superiores, salen perjudicadas y el presupuesto teórico de crear una clase media agraria que diera consistencia al régimen liberal no se logra. ·Aparece la ley de ayuntamientos. Su implantación y vigencia o no será objeto de duro enfrentamiento en todo el periodo isabelino.
La década Moderada (1844-54)
Nárvaez será el personaje en torno al que gire buena parte de los gobiernos. Es una década donde hay un predominio casi absoluto del moderantismo y se dio una menor inestabilidad que en las décadas anterior y posterior. La política se trasladó, en buena medida, a camarillas moderadas con pretensiones diferentes y que actuaban sobre todo a través de los conciábulos cortesanos. La Corte sufre una fuerte erosión. El progresismo vive una «travésía del desierto» que facilita la escisión del partido «Demócrata» (1849)
Medidas más significativas de los gobiernos moderados
·Se deshace buena parte de las legislación anterior propia del progresismo: Disolución (1845) de la Milicia Nacional, Nueva ley de ayuntamientos (1845) que reserva para la corona la designación del alcalde de las principales ciudades. ·Mejora del sistema tributario (1845), haciéndolo más eficaz y más unitario en todo el estado. ·Creación de la Guardia Civil (1844) con el doble objetivo: 1) Hacer más seguro el tránsito por los caminos y el mundo rural (frenando el bandolerismo) 2) Sobre todo asegurar el modelo de propiedad impuesto por el nuevo régimen frente a las revueltas sociales que cada vez eran percibida con mayor temor por las clases propietarias. ·Constitución del 1845 que se completó con un ley electoral (1846) tremendamente restrictiva. ·Medidas (1845), no demasiado eficaces. Que empiezan a considerar la importancia par el estado de la educación.
·Elaboración del Código Civil ·Nuevo Código penal (1848) ·El concordato de 1851 supuso que la Santa Sede acepta derecho (Patronato Regio) el estado a presentar candidatos a obispos y el hecho consumado de la desamortización eclesiástica, a cambio se refuerza la confesionalidad y unidad católica de España, el mantenimiento de la Iglesia y el en control de esta sobre la Enseñanza.
El bienio progresista 1954-56
La vuelta al poder del progresismo se logra con un nuevo pronunciamiento (Vicalvarada) conducido por O’Donnel. Este breve periodo fue muy intenso tanto por las medidas tomadas en el orden económico como por la fuerte conflictividad social,con su máxima expresión en la huelga general de Barcelona (1855), y la tremenda represión gubernamental. El movimiento obrero aparece con claridad como sujeto activo. Y sobre todo toman fuerza opciones que van a una transformación más profunda: La «democrática» y la «republicana» que dan cobijo a corrientes incipientes del socialismo y federalismo.
Medidas más importantes
Además de volver a algunos de los «argumentos» progresistas que estarían sometidos en los años siguientes a los vaivenes típicos del periodo si que hubo algunas medidas decisivas para el futuro: – La Desamortización de 1855 (Madoz) profundiza en la parte eclesiástica, pero sobre todo afecta a los ayuntamientos, privándosele de muchos de sus tierras que por una parte servían de auxilio a las vecindades y por otra, en muchos caso, era la principal fuente de ingresos municipal, lo que les supuso no poder prestar servicios que tenían asignados. Se profundiza, pues, el sesgo recaudador (para el gobierno central) y clasista (nuevo impulso a los poderosos frente a las capas pobres del campo, pequeño campesinado y clase jornalera). – La racionalización del sistema monetario, La ley General de Ferrocarriles (1855) y las Leyes Bancaria y de Sociedades de crédito (1856) ponen las bases del capitalismo español de la segunda mitad del XIX .