6-EL FIN DE LA HEGEMONÍA HISPÁNICA. LA PAZ DE Westfalia
Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano-Germánico y Felipe II consolidaron la hegemonía española en Europa y en el Mediterráneo, aunque perseguidos por las bancarrotas y sin poder mantener la unidad religiosa en Alemania, ya que triunfó el protestantismo, ni evitar la secesión de las protestantes Provincias Unidas (actuales Países Bajos). Los Austrias, sin idea de nacíón española, desviaron los esfuerzos de Castilla de sus líneas naturales de expansión (norte de África, Mediterráneo y Atlántico), y agotaron sus recursos en empresas ajenas a los intereses geopolíticos peninsulares (Alemania y Flandes). El reinado de Felipe III transcurríó en paz entre 1598 y 1621. Sin embargo, el reinado de Felipe IV (1621 – 1665) será muy conflictivo y confirmará la decadencia de España en Europa. Intentó cohesionar los Estados de España mediante la Uníón de Armas, pero provocó la secesión de Cataluña y de Portugal en 1640. En 1652 Cataluña regresó dentro de una idea confederal, pero Portugal no volvíó a recuperarse. Además embarcó a España en la Guerra de los 30 años (1618 – 1648) contra las Provincias Unidas aliándose con la casa de Austria alemana que pretendía el sometimiento pleno de los príncipes alemanes protestantes, y enfrentándose ambos con las potencias protestantes del norte de Europa (Dinamarca y Suecia) y con el reino de Francia de Luis XIII y Richelieu. Las paces de Westfalia (1648) significaron la derrota de los Austrias y de una idea de Europa unida bajo una misma fe católica. En consecuencia, Alemania permanecíó dividida y la idea de Imperio se debilitó. A su vez, se iniciaba un nuevo orden internacional bajo la hegemonía francesa. Concretamente, la paz de Münster, que era una parte de la paz de Westfalia, ponía fin a otra guerra, la guerra de los 80 años entre España y las Provincias Unidas, reconociendo España la independencia de éstas. España no participó en la Paz de Osnabrück (paz principal de Westfalia). España continuó en guerra contra Francia hasta la paz de los Pirineos (1659), por la que pasaban a Francia el Rosellón y la Cerdaña, junto a varias plazas en Flandes. La hegemonía europea pasaba a la Francia de los Borbones.
7-LOS DECRETOS DE NUEVA PLANTA. EL FIN DEL FORALISMO
La muerte sin descendencia de Carlos II el hechizado el 1 de Noviembre de 1700, desencadenó en España y Europa la Guerra de Sucesión (1701–1715). Carlos II había decidido en su testamento que la sucesión pasase a Felipe V de Anjou (nieto de Luis XIV), uniendo el Imperio español con la mayor potencia europea del momento y con la casa de Borbón. La alternativa a Felipe V era el archiduque Carlos de Austria, hijo segundo del emperador Leopoldo I de Austria. Ante el temor por el poder del rey de Francia, se formó en Europa una Gran Coalición contra el testamento de Carlos II apoyando al archiduque Carlos. La coalición la formaban: el Sacro Imperio, Prusia, las Provincias Unidas, el Reino de Gran Bretaña, el ducado de Saboyá, el Reino de Portugal y los reinos de la Corona de Aragón, que esperaban ver respetadas sus particularidades forales. Con la causa borbónica estaban el Reino de Francia, el ducado de Baviera, la Corona de Castilla y Navarra.
Fue una Guerra Civil e internacional, con escenarios bélicos en Europa, España y América. Destacó el asedio de Gibraltar y la victoria de Blenheim (1704) que llevó al archiduque Carlos a Barcelona, donde fue aclamado; así como las victorias borbónicas de Almansa (1707), y la rendición de Zaragoza (1711). El apoyo de las poblaciones de la Corona de Castilla, hizo fracasar a la Gran Coalición por lo que el archiduque Carlos se retiró de Castilla. En 1711 muere el emperador José I (sucesor de Leopoldo I de Austria) y el archiduque Carlos hereda el trono imperial. Ese hecho y el agotamiento de la guerra iniciaron la paz, que culmina en los tratados de Utrecht y Rastadt (1713, 1714). En ellos se reconocía a Felipe V como rey de España, pero se prohibía la uníón de las coronas de Francia y España. Al archiduque Carlos (ya Emperador Carlos VI) se le compensaba con el Imperio español en Europa (Milanesado, Nápoles, Países Bajos Católicos, etc.); Gran Bretaña ganaba Gibraltar y Menorca y privilegios comerciales en el tráfico de esclavos negros con América. La caída de Barcelona se produce el 11 de Septiembre de 1714, tras un largo sitio que provocó que capitulara al día siguiente y fuera ocupada a continuación. Mallorca se rendía a Felipe V al año siguiente. La nueva dinastía borbónica, de tradición centralista, reorganizó el Estado: Los fueros de la Corona de Aragón eran suprimidos en los Decretos de Nueva Planta de 1707 para Valencia y Aragón, 1715 para Baleares y 1716 para Cataluña, y reemplazados por las leyes de Castilla. Un nuevo sistema fiscal o tributario eliminaba los privilegios fiscales y se impuso como lengua oficial el castellano. Sin embargo, Aragón y Cataluña vieron respetado su derecho privado civil y se respetó el uso de sus lenguas regionales a nivel privado. La reorganización del Estado supónía el cambio de la denominación de reinos por la de provincias, la supresión de las instituciones forales (Parlamentos, Diputaciones del General o Generalidades, el Consejo de Aragón, los virreyes, el Justiciazgo, el Consejo de Ciento, etc.) y su reemplazo por Capitánías Generales y Reales Audiencias. Así desaparecieron los particularismos forales de los reinos de la Corona de Aragón pero se respetaron para Navarra y las provincias vascas por su fidelidad a Felipe V durante la guerra. El foralismo vasco y navarro peligrará con la implantación del liberalismo en España (época isabelina), dando lugar a las guerras carlistas (la 1ª entre 1833 y 1840).
8-LA ILUSTRACIÓN
La ilustración fue un movimiento intelectual y político que surgíó en el Siglo XVIII en Europa y que antepónía la razón a las tradiciones. Será la base del liberalismo: -Política: La idea de progreso implicaba una transformación profunda de la sociedad y de la economía, lo cual podría hacerse o desde el Despotismo Ilustrado o súperándolo, en cuyo caso se defendería la separación de poderes y la soberanía nacional representativa, junto a la defensa de libertades y derechos individuales. -Sociedad: Se defendía la igualdad ante la ley, sin privilegios. Todos debían de contribuir al Estado según su renta. -Economía: Se apoyaba en la liberalización de la tierra y el fin de los señoríos y de los privilegios de la Mesta para la ganadería, la desamortización de las tierras del clero, la libertad de trabajo, el fin de los monopolios gremiales y la libertad de comercio sin aduanas interiores y sin monopolios comerciales, como el de Castilla sobre América. -Cultura: Se opónían al poder y privilegios de la Iglesia, y a su control de la enseñanza. A favor de la tolerancia religiosa y en contra de los dogmas y oscurantismos, a favor de las ciencias empíricas, aplicadas o técnicas-
A España llegaron las ideas ilustradas lenta y tardíamente, por la escasa burguésía y el peso de la aristocracia y de la Iglesia. La minoría ilustrada intentará compatibilizar la razón ilustrada con la tradición cristiana. Representantes: Feijoo, Campomanes, Jovellanos, Aranda, Ensenada, Esquilache, Pignatelli, Floridablanca, especialmente durante el reinado de Carlos III (1759 – 1788). Algunos planteamientos y realizaciones ilustrados en España:
-Fomento de la economía nacional: Se intentó una reforma agraria por medio de la desamortización de tierras, sin apenas resultados por la resistencia de los privilegiados. Se colonizaron tierras despobladas, se suprimieron los privilegios de la Mesta y se realizaron obras hidráulicas (Canal Imperial de Aragón). En la industria se dieron privilegios a compañías y fábricas dedicadas a la exportación, y se protegíó la artesanía nacional de la competencia exterior; se crearon Reales Fábricas (armas, tapices, porcelanas, vidrios) y se planteó la libertad de trabajo. Se dio apoyo a las compañías del comercio exterior y se decretó el libre comercio con América (1778). -Política eclesiástica: Se practicó la supremacía de la Corona sobre la Iglesia, que culminaría con la expulsión de España de la Compañía de Jesús (1767). También se intentó controlar a la Inquisición. -Política educativa: Apoyo de la razón y del espíritu crítico. Se fomentó una enseñanza útil y empírica. Se crearon Academias e instituciones de enseñanza superior. El esfuerzo ilustrado dio pocos frutos, y la mayor parte de la sociedad era contraria a estas ideas de progreso o se hallaba totalmente ajena a ellas. Los frustrantes resultados del Despotismo Ilustrado a nivel europeo plantearon la necesidad de que los cambios, ya que no podrían venir desde arriba, viniesen desde abajo, a través de acciones revolucionarias, o de invasiones napoleónicas, más tarde. Pese a todo, la Ilustración fue la base del pensamiento liberal decimonónico, sentando las bases ideológicas para la modernización del país.
9-LOS SEÑORÍOS
Los señoríos son grandes extensiones agrarias bajo la jurisdicción de un señor que puede ser el rey, un aristócrata o un colectivo eclesiástico (monasterio u orden militar). Los señoríos suponen dominio sobre la tierra y sobre los hombres, las tierras estaban amortizadas -no podían venderse y, se sometían a la institución del mayorazgo por el que eran heredadas por el hijo mayor de cada familia. Estaban vinculadas a pactos vasalláticos con el rey o con un noble cuyo incumplimiento podría suponer la pérdida del señorío, y a unos derechos compartidos por parte del señor y de los campesinos. Si en los señoríos sólo se ejerce la jurisdicción -administración de justicia, nombramiento de autoridades locales, etc, por delegación del rey-, se habla de señoríos jurisdiccionales;
Pero si existe un derecho patrimonial, se habla de señoríos territoriales.
En ambos casos se producía el cobro de rentas, censos e impuestos a los campesinos, de manera que, en la práctica, ambos tipos eran indistinguibles. Los tipos de señoríos son: señoríos de realengo cuyo titular es el rey o sus hijos, señoríos nobiliarios o solariegos cuyo titular es un noble, señoríos abadengos si el titular es un monasterio, señoríos de las Órdenes Militares si el titular es una Orden Militar y señoríos llamados behetrías donde los campesinos designan voluntaria y temporalmente a un señor. Los señoríos se dividían en tres unidades: 1. mansos, las parcelas familiares en las que trabajaban los campesinos de los diferentes lugares del señorío, donde había unos derechos compartidos: derecho de rentas y derecho de usufructo, 2.reserva, extensión donde todos los derechos son del señor y donde los campesinos realizaban corveas o trabajos gratuitos. Allí estaba el castillo, el molino, el horno y el lagar, por cuyo uso los campesinos debían pagar unos cánones, y 3. tierras comunales, bosques y pastos de aprovechamiento vecinal, que también eran jurisdicción del señor, por cuyo aprovechamiento también cobraba unos censos. A parte de las rentas señoriales, los campesinos debían de pagar diezmos y primicias a la Iglesia Los señoríos se originaron en la Edad Media, en los siglos XII y XIII, por el otorgamiento real de mercedes y derechos a nobles y Órdenes Militares por participar en la reconquista. El desmantelamiento de los señoríos se produce con el régimen liberal, tras la muerte de Fernando VII (1833), aunque se había iniciado en las Cortes de Cádiz (1812) y antes con Godoy, ministro de Carlos IV. Con la irrupción del liberalismo se decide que la única jurisdicción es la del Estado Central y se produce la abolición de los señoríos y su conversión en bienes de mercado. La tierra se liberaliza, se desvincula de cesiones y derechos compartidos, se desamortiza, lo que para la iglesia significará expropiación y venta en pública subasta, para acabar con la deuda pública y llenar las arcas del Estado. Los decretos desamortizadores de 1836 y la Constitución de 1837, que establecía una jurisdicción única para todos los territorios del Estado y consolidaba la propiedad privada, acabaron con el régimen señorial.
10-CarácterÍSTICAS DEL ANTIGUO RÉGIMEN
La expresión Antiguo Régimen se refiere al periodo comprendido entre finales del Siglo XV y finales del Siglo XVIII. Es un periodo anterior a la Revolución Francesa, anterior a las revoluciones liberales y a la industrialización. Se trata de la época anterior al triunfo de la burguésía. -Política: Nace la monarquía autoritaria y la razón de Estado, y se llegará a la monarquía absoluta. Para España, el proceso, iniciado por los Reyes Católicos, llevará sucesivamente a las dinastías de los Austrias y de los Borbones. El poder de los monarcas concentrará en su persona todos los poderes del Estado: el rey será jefe del gobierno y del Ejército, primer legislador y primer juez, y su figura estaba sacralizada. Junto al rey existían las Cortes, institución representativa de la sociedad estamental, muy sometida a la autoridad del monarca. La Iglesia tenía un gran poder en la vida pública y civil: jurisdicción eclesiástica e Inquisición, cobro de diezmos, regulación de la vida: bautismo, matrimonio, defunción. -Sociedad: La sociedad era estamental y desigual, con privilegiados -nobleza y clero- y no privilegiados -estado llano: campesinado, burguésía y masas urbanas-. La nobleza tenía privilegios como la exención fiscal, acaparaba los principales cargos del Estado y era titular de extensos señoríos de los que recibía rentas; era referente de prestigio social. El clero también poseía grandes latifundios y derechos de rentas y diezmos, además poseía una gran influencia política, con cargos de Estado, e influencia social, dominaban la enseñanza, reservada a las élites. Se dividía en clero secular o diocesano y clero regular –las órdenes religiosas-, ambos subdivididos en alto y bajo clero. El alto clero solía estar acaparado por los hijos segundos de la nobleza, de manera que los intereses de la nobleza y del alto clero se unían desde el momento en que sus elementos pertenecían a las mismas familias. Los no privilegiados eran un grupo muy heterogéneo: campesinado, burguésía artesanal y comercial y masas urbanas; sobre la mayor parte de ellos recaían todas las cargas tributarias del Estado, de la Iglesia y del régimen señorial. -Economía: Era esencialmente agraria, dominada por los patrimonios señoriales de la nobleza y el alto clero. La tierra estaba en general vinculada a unos derechos y no podía venderse, a ello ayudó la institución del mayorazgo –las tierras las heredaba el hijo mayor-, impuesta por ley. El campesinado estaba sometido a la jurisdicción señorial del rey, de un noble o de una institución eclesiástica, debiendo abonar los correspondientes tributos (rentas y diezmos principalmente). La actividad artesanal estaba sometida al régimen gremial que impedía la libre empresa, sus miembros no competían entre sí, uniendo precios, sueldos y calidades, y contando con una caja asistencial común. El comercio se veía obstaculizado por las aduanas interiores y peajes, así como por los atrasados medios de transporte y la difícil orografía. Todo este panorama desaparecíó con la irrupción del liberalismo político y del capitalismo industrial, que supusieron el triunfo de los planteamientos de la burguésía.