29. Las relaciones comerciales internacionales en el periodo de entreguerras
La creciente tendencia a la apertura de las economías nacionales que había caracterizado la época anterior a la guerra se vio frenada en esta época por el frenazo en la expansión del comercio internacional en relación con la producción, los controles a las migraciones internacionales y los problemas del sistema monetario internacional.
El comercio internacional crecíó a un ritmo más moderado por causas en parte estructurales, pero sobre todo debido a la difusión de las restricciones arancelarias, cuotas, cupos y control de cambios. En realidad, los gobiernos ampliaron y diversificaron los objetivos del proteccionismo, pasando de la protección de la industrial infantil a la defensa del empleo en general y, ahora, el equilibrio de la balanza de pagos. Sin embargo, en el caso de EEUU un arancel fuertemente proteccionista como el de 1922 no estaba justificado, de hecho era incompatible con su papel como principal acreedor mundial. En efecto, las elevadas tarifas aduaneras dificultaban que los países deudores obtuvieran dólares para el servicio de la deuda ya que el oro escaseaba y sólo la tendencia de los americanos a seguir prestando en el extranjero aliviaba las dificultades de los deudores.
Los movimientos migratorios retrocedieron debido a los efectos de las políticas restrictivas del principal país de emigración: el temor al empobrecimiento tras el cierre de la frontera, la escasez de tierras fértiles y los crecientes problemas de sobreproducción primaria llevaron al gobierno de EEUU a imponer cupos y cuotas a la inmigración en los años 1921-1925, aunque los salarios estaban subiendo más lentamente que en los tradicionales países europeos de partida.
La tendencia a la sobrecapacidad y las crecientes restricciones al comercio exterior provocaron desequilibrios en la economía internacional. Los países exportadores de materias primas y alimentos encontraban dificultades para equilibrar sus balanzas de pago debido a que el exceso de oferta mundial tendía a depreciar el valor de las exportaciones y, por tanto, a reducir la capacidad de importar y de amortizar las inversiones exteriores. Otro tanto cabe decir respecto a la capacidad de Alemania para continuar pagando las reparaciones de guerra (ya que tras la I GM, Alemania fue castigada con reparar los costes de la guerra). Estos países debían elegir entre el ajuste carácterístico del patrón oro, es decir, la deflación consiguiente a la contracción de las reservas monetarias y la financiación del déficit mediante los préstamos exteriores.
Una vez restaurado el patrón oro, los movimientos de capital recuperaron la libertad del periodo anterior. Ahora bien, el sistema monetario internacional encontraba dificultades para acomodar los desequilibrios de balanza de pagos de algunos países. Además el parón oro restaurado durante el periodo de entreguerras era inestable fundamentalmente por tres razones: 1) la restauración del patrón oro en GB al tipo prebélico, 2) la acumulación de reservas de oro por Francia y Alemania, debido al temor a la inflación, supónía una virtual esterilización monetaria y 3) EEUU rehuyó desempeñar el papel de liderazgo que le correspondía ya que el proteccionismo era incompatible con su posición internacional como principal mercado mundial de mercancías y mayor prestamista.
En realidad, los desequilibrios mundiales (proteccionismo, sobrecapacidad) provocaron un aumento del endeudamiento internacional. En consecuencia, el equilibrio de la economía internacional descansaba sobre el crédito norteamericano, es decir, sobre el ahorro interno y el súperávit de la balanza de pagos de los EEUU. En 1929 el volumen de activos era mayor que en 1914, siendo EEUU el principal inversionista. Ahora bien, el préstamo exterior, especialmente el norteamericano se caracterizaba por la volatilidad (grandes fluctuaciones según el tipo de interés y especulación bursátil) el destino no siempre producto, los tipos de interés fijos y altos, la denominación o en oro o en dólares cuando los precios estaban tendiendo a la baja y el corto plazo, todo lo cual, en definitiva, aumentaba la vulnerabilidad de los países deudores como Alemania, Austria, América Latina y los países nuevos de ultramar ante una eventual retirada del préstamo norteamericano, sobre todo porque numerosos bancos centrales y comerciales constituían reservas con ese tipo de préstamos.
30. Carácterísticas del socialismo en Rusia y de cada una de las fases de su implantación
Las economías socialistas han constituido la alternativa contemporánea más importante el sistema económico capitalista. Nacieron a partir de la experiencia histórica de la URRSS y se extendieron por distintos países de diferentes continentes en los que vivía, mas de la mitad de la población mundial. Frente a la propiedad privada y el libre mercado que caracterizaba al capitalismo, el sistema económico socialista apuesta por la propiedad colectiva de los medios de producción y su asignación mediante técnicas de planificación central a cargo del Estado.
En las economías socialistas se prioriza:
La inversión por encima del consumo, la industria sobre el resto de sectores económicos, la industria pesada de producción sobre la industria ligera de consumo, y el sector productivo sobre el no productivo. Esto comporta una serie de desequilibrios económicos, como la sobreindustrialización, centrada en la industria pesada y débil desarrollo de la agricultura e industrias de consumo. Para las economías socialistas, el sector exterior no es considerado un factor generador de crecimiento económico, sino que su función se reduce a aportar recursos que son insuficientes en el país.
En cuanto a las FASES:
La revolución de Octubre de 1917
En Enero de 1917 se llegó a la deposición del zar (monarca ruso) con una revolución burguesa que instituyó un parlamento el cual formó un nuevo gobierno presidido por el moderado Kerenski. El error más grave de este nuevo gobierno fue continuar la guerra contra Alemania sin una mejora en la organización del país. Fue bastante fácil para la propaganda socialista de Lenin y de su partido bolchevique abrir brecha en el pueblo, organizando consejos revolucionarios (soviets) que en Octubre de 1917 lanzaron el ataque al gobierno burgués (revolución rusa). El nuevo régimen se basó en el programa revolucionario de Lenin, que puede resumirse en tres puntos: liquidación de la guerra, socialización de la economía, y dictadura del proletariado. La dictadura del proletariado se llevo a cabo mediante la industrialización del país.
Comunismo de guerra (1917-1921)
Tras la revolución de Octubre siguieron 4 años de Guerra Civil, durante los cuales la economía se encontró en un régimen de comunismo de guerra. Las medidas tomadas en estos años fueron 6: la abolición de la gran propiedad, la abolición del capital (se requisan los metales preciosos y las divisas extranjeras y se nacionaliza la banca), la abolición del comercio privado y la imposición de un trabajo obligatorio, la nacionalización de las industrial (el Estado confiscaba todas las empresas), y el suministro gratuito de ciertos servicios esenciales mínimos. Pero los resultados de este comunismo de guerra fueron catastróficos, ante esta situación Lenin presentó una teoría de la transición del capitalismo al colectivismo según la cual era indispensable pasar por un capitalismo de estado
La nueva política económica (NEP. 1921-1928)
La NEP significó el retorno parcial a la economía de mercado en la agricultura, la industria de consumo y el comercio interior, a cambio de un control más estricto del Estado sobre sectores clave, como la minería, la industria pesada, el transporte y el comercio exterior. La NEP puede clasificarse como la primera experiencia de la economía mixta, en la que el Estado desarrolla una función programadora general y administra una serie de empresas nacionalizadas, dejando todo lo demás al mercado. En 1921-22 se creó el Banco del Estado y otras entidades financieras para el crédito industrial por sectores. Los resultados de la NEP fueron que en 1927 la URSS alcanzó el nivel de producción de pre-guerra. La situación había mejorado. A partir de este momento se optó por una nueva orientación más integrista respecto al dogma del colectivismo (vuelta al socialismo). Que se optase por esta opción hizo ver que la NEP había sido una solución de emergencia puntual dirigida a reconstruir la economía. Para Lenin, Trotski o Stalin la consolidación de la Rusia soviética pasaba necesariamente por la industrialización en el menor tiempo posible, respetando los principios socialistas.
Industrialización acelerada y la colectivización forzosa en la agricultura (1928-1941)
La liberalización de la NEP no tuvo un paralelo en el ámbito político. La muerte de Lenin en 1924 abríó un periodo de luchas por el poder, protagonizadas por Trotski y Stalin, resultando vencedor éste último. Con el fin de volver al auténtico socialismo se requería una industrialización la cual resultaba imposible sin una agricultura productiva. Es por ello que se elaboró una serie de planes quinquenales los cuales tenían unos objetivos concretos: Desde 1928 a 1932 se establecíó como objetivo la industria pesada y el sector energético, de 1933 a 1937 la siderurgia, y de 1938 a 1942 las construcciones mecánicas.
Los efectos en la industria de estos planes quinquenales fue el desarrollo en especial de la industria armamentística que comenzó a producir tanques, barcos, aviones y artillería pesada. El gran objetivo de la política estalinista de industrializar rápidamente la Uníón soviética se había cumplido. En cuanto a la agricultura se forzó la colectivización campesina en 5 años. El Estado potenció dos clases de empresas agrarias: el koljós (granjas comunales que manténían colectivamente la propiedad de los medios de producción) y los sovjós (granjas estatales con salarios agrarios). Stalin además acabó con los kulaks.
En 1941 la producción industrial de la URSS había crecido de manera espectacular. En unos pocos años pudo producir suficiente material para derrotar a Alemania se convirtió en la tercera potencia industrial del mundo, después de EEUU y Alemania.