Política de Reformas y Revolución Durante la Segunda República Española (1933-1934)

Política de Reformas y Realizaciones Culturales de la Segunda República

La Segunda República contó con el apoyo de numerosos intelectuales, adoptando el lema “cultura para todos” como un objetivo central. Muchos dirigentes republicanos y socialistas provenían del ámbito cultural y consideraban el ideal republicano como un instrumento para regenerar el país. Figuras como Ortega y Gasset y Gregorio Marañón participaron en las elecciones de 1931, obteniendo escaños como diputados por la Agrupación al Servicio de la República. Literatos como Federico García Lorca, Miguel Hernández y Rafael Alberti se identificaron plenamente con el ideal republicano. Sin embargo, otros como Pío Baroja y Unamuno se sintieron desplazados.

El Bienio Radical-Cedista (1933-1934)

Primera Etapa (1933-1934)

Las elecciones generales del 18 de noviembre de 1933, las primeras en España con voto femenino, registraron una alta abstención. La izquierda se presentó dividida, mientras que la derecha acudió agrupada. El resultado fue la victoria de los partidos de centro-derecha, dando inicio a dos años de gobierno conservador. Las fuerzas más destacadas fueron el Partido Radical de Alejandro Lerroux y la CEDA de Gil Robles.

El presidente de la República, Alcalá Zamora, reacio al extremismo de la CEDA, encargó la jefatura del gobierno a Lerroux, quien contó con el apoyo parlamentario de la CEDA a cambio de rectificar la acción legislativa del gobierno anterior. La actuación del gabinete estuvo condicionada por la presión de la CEDA, cuyos votos eran cruciales. Las principales acciones fueron:

  • Freno de la Reforma Agraria: Esto provocó una huelga en el sector agrícola a principios de junio de 1934. Se anuló la cesión de tierras mal cultivadas, se devolvieron tierras expropiadas a la alta nobleza, se suprimió la Ley de Términos Municipales y se estableció libertad de contratación, con tendencia a la baja de los salarios de los jornaleros.
  • Amnistía para los participantes del intento de golpe de Estado de Sanjurjo, excluyendo a los anarquistas detenidos por la insurrección de Casas Viejas.
  • Conflicto con los nacionalistas vascos al paralizarse en las Cortes el proyecto de estatuto vasco.
  • Aprobación del presupuesto de culto y clero, e inicio de negociaciones con la Santa Sede.

Durante esta etapa, se radicalizaron tanto las derechas como las izquierdas:

  • Derechas: El aumento de la conflictividad social consolidó a la CEDA.
  • Izquierdas: Los republicanos se aglutinaron en un nuevo partido: Izquierda Republicana.

La Revolución de Octubre de 1934 y sus Consecuencias

En este contexto se produjo la Revolución de Octubre de 1934, el momento más crítico de la Segunda República antes de la Guerra Civil.

A principios de octubre, Lerroux formó un nuevo gobierno con tres ministros de la CEDA, desencadenando una huelga general en las principales ciudades y zonas mineras. Los líderes obreros habían preparado una insurrección ante la entrada de la CEDA en el gobierno, interpretándola como un giro hacia el fascismo.

El movimiento fracasó a nivel nacional por falta de coordinación y la contundente respuesta del gobierno, que decretó el estado de guerra. La excepción fue Asturias, donde anarquistas, socialistas y comunistas habían llegado a acuerdos. Columnas de mineros con armas y dinamita ocuparon los pueblos de la cuenca minera y avanzaron hacia Oviedo, Gijón y Avilés, encontrando mayor resistencia de la Guardia Civil y el ejército. Se sustituyeron los ayuntamientos por comités obreros que gestionaron el abastecimiento y los servicios básicos.

El Gobierno envió a la Legión, al mando del general Franco, para reprimir el levantamiento, acabando con la resistencia en diez días. A esto siguió una durísima represión con torturas y fusilamientos.

Paralelamente:

  • En Cataluña, el presidente de la Generalitat, Lluis Companys, se sumó a la insurrección proclamando el 6 de octubre de 1934 la República catalana dentro de la República Federal Española.
  • Una alianza de partidos y sindicatos de izquierda organizó una huelga general que fracasó (sin la CNT).

Ante esta situación, se declaró el estado de guerra y el ejército dominó la situación, arrestando en Barcelona al gobierno de la Generalitat y a Azaña, y en Madrid a los miembros del Comité de Huelga, incluyendo al líder socialista de la UGT, Largo Caballero.

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