Dicen que la historia se repite, lo cierto es que sus lecciones no se aprovechan.
Porque María Cristina asumió la regencia
BATALLA DE BAILÉN: tras los sucesos del dos de Mayo, un ejército francés mandado por Dupont cruzó la mancha y se dirigíó a Andalucía, seguido a cierta distancia por otro ejército dirigido por Vedel. Dipont tras saquear salvajemente Córdoba, se dirigíó a Jaén y se asentó cerca de Bailén. Allí las tropas de Reding consiguieron bloquearle mientras Castaños amenazaba con completar el Copo. Dipont se vio obligado a rendirse y su capitulación conllevó la de Vedel. Los vencidos fueron encerrados en el inhóspito islote de Cabrera.
FUSILAMIENTO DE TORRIJOS: en 1630 los liberales, espoleados por el fin borbónico en Francia, intentaron nuevos pronunciamientos. Uno de ellos fue el del general Torrijos que decidíó desembarcar en Málaga al parecer atraído por las falaces promesas del gobernante local. Recién desembarcado, Torrijos y sus hombres fueron apresados por las tropas y fusilados en el acto. Esta represión también afectó a mujeres como la legendaria Mariana Pineda, ejecutada por participar en una conspiración liberal y bordar una bandera.
BANCO DE ESPAÑA: Carlos III había creado el banco de San Carlos, primer banco público, ya con Fernando VII el banco paso a llamarse de San Fernando, manteniendo las mismas funciones, básicamente sostener el crédito público. Con Isabel II se mantiene el banco se San Fernando pero también nace el de Isabel II, esta dualidad era absurda y ambas entidades se fusionaron en el banco de España mediante una maniobra de discutible moralidad. Desde entonces, solo hubo un banco público pero aún no tenía el monopolio de emitir monedas y billetes. Esto se logró ya en el sexenio cuando tras un crecido préstamo al gobierno, este ordenó que solo el banco de España dispusiera de la única legitimidad fiduciaria.
LAS CORTES: muerto Fernando, se inició un régimen parlamentario en el que casi siempre hubo bicameralidad. Un congreso que siempre fue electivo aunque a veces bajo sufragio censitario y un Senado en el que a menudo hubo senadores nombrados por el propio rey. El congreso se encargaba de controlar al ejecutivo, votaba los presupuestos generales del estado, daba confianzas o emitía censuras y decretaba las leyes. Sin embargo, su poder legislativo en varias constituciones, estaba compartido con el rey. El edificio de la foto de estilo neoclásico es ya de la segunda mitad del Siglo XIX y posee uno de los mejores frontones del país.
MARÍA Cristina JURANDO LA CONSTITUCIÓN: muerte Alfonso XII, su viuda embarazada debía actuar como regente aunque ni si quiera había rey. Como gobernante, María Cristina mantuvo el sistema de Cánovas aunque gobernó más con Sagasta que en esta época tuvo su «gobierno largo» . Su gran crisis se produjo con el alzamiento cubano, la explosión del Maine y la guerra contra Estados Unidos que culminó con el famoso Desastre. A comienzos del Siglo XX, la reina dejo el poder en manos del ya mayor Alfonso XIII.
Espartero: general y político español , luchó en la guerra de la independencia, en América y en la guerra Carlista donde se ilustró hasta el punto de conseguir los grados de general en jefe, duque de la Victoria y príncipe de Vergara. Progresista, contribuyó a la marcha de María Cristina y se convirtió el en regente, pero provocó una rebelión de sus propios partidarios y se fue de España. Sin embargo volvíó y fue presidente de gobierno durante el bienio progresista, desengañado por la veleidad de la reina, abandonó la política.
PLANO URBANO: en el XIX las urbes crecieron mucho y pronto se hizo evidente que necesitaban un nuevo modelo de urbanismo. Se derrumbaron conventos y murallas, se abrieron plazas y se crearon rondas. En Madrid y Barcelona se crearon dos planes urbanísticos (los ensanches) que establecían planos ortogonales, edificio achaflanados en lugar de una esquina. En Barcelona, este plano tiene la particularidad de la famosa diagonal, en Madrid ocupa el barrio de Salamanca. Más adelante se creará un nuevo modelo urbanístico con la ciudad lineal de Arturo Soria.
GUERRA DE ÁFRICA: durante la uníón liberal, unos incidentes en torno a Ceuta y Melilla movieron a O’donnell al declarar la guerra a Marruecos. La lucha fue relativamente fácil y especialmente Prim brillo en castillejos. Los españoles llegaron hasta Tetuán que fue tomada. Apurado los marroquíes, aceptaron conversaciones de paz que culminaron en la de Wad Ras. Las concesiones fueron pequeñas, cierto derechos en el Sáhará Occidental, una ampliación entorno a Ceuta y Melilla, etc. El pueblo español irritado por tan poco fruto dijo la frase «Guerra grande y paz chica». Vestigio de esta guerra son los famosos leones del congreso, fundidos con cañones marroquíes.
EL EMBARQUE DE AMADEO: exiliada la reina Isabel, Prim buscó un rey extranjero, no pudiendo serlo Leopoldo, se fijó en la casa real italiana y en concreto en Amadeo. Este aceptó la corona en segunda instancia y decidíó venir a España. Recién venido, conocíó la muerte de su valedor Prim y le dejo sin su gran soporte. A pena reino dos años y harto de zancadillas, de intento de magnicidio, etc, abandonó España tras abdicar a poco de haber tenido su primer hijo. Su marcha significó el comiendo de la primera república.
CÁNOVAS DEL CASTILLO: político e historiador español. Durante la época de Isabel fue ya ministro bajo la guía de O’donnell, en el sexenio logró la abdicación de Isabel en su joven hijo. Tras el golpe de Martínez Campos, instauró un sistema político caracterizado por el bipartidismo, él turnismo, el caciquismo y la inercia. Líder del partido conservador se entendíó perfectamente con Sagasta. Su gran error estuvo en Cuba donde se empeñó en acabar con los insurrectos por la vía violenta. En vísperas del desastre fue asesinado por un anarquista italiano de nombre Angiolillo.