LA CONSTITUCIÓN DE 1978. EL ESTADO DE LAS AUTONOMÍAS. LA COMUNIDAD DE Castilla Y LEÓN: Las elecciones
del 15 de Junio de 1977 no se habían desarrollado para establecer un carácter constituyente, pero desde el primer
momento la sociedad demandó la elaboración de una Constitución Democrática. Para la redacción de la misma se
organizo una ponencia con representantes de todos los partidos a excepción de la minoría vasca que renunció a
participar en ella. (Gabriel Cisneros, Pérez Llorca y Miguel Herrero de Miñón por la UCD, Gregorio Peces Barba por el PSOE,
Fraga por AP, Miquel Roca por los Catalanes y Jordi Solé-Tura por el PCE). La redacción de la Constitución se realizó con la
política del consenso a través de la negociación y el acuerdo entre las fuerzas políticas. La Constitución adoptó un carácter
progresista aunque presentaba cierta ambigüedad producto del consenso. El texto constitucional se publicó el 6 de
Noviembre de 1978, sometíéndolo a referéndum el 6 de Diciembre de 1978, con aprobación popular. La Constitución de 1978
, aún vigente en la actualidad, define a España como un “Estado social y democrático de Derecho” desarrollado a través de la
monarquía parlamentaria: donde la corona tiene funciones representativas, el ejercito pasa al poder civil. Estado será no confesional
, se abole la pena de muerte y desarrolla una amplia declaración de derechos fundamentales y libertades civiles y políticas.
Establece los principios rectores de la política social y económica.
Se establece el derecho a la Autonomía de las nacionalidades
y regiones. La lengua oficial será la castellana aunque se reconocen las lenguas propias de las diversas comunidades. El título
VIII de la Carta Magna reguló la descentralización de los poderes del Estado y posibilita la creación de Comunidades Autónomas
. El proceso tuvo dos fases: la preautonomía y el régimen autonómico. La primera preautonomía se concedíó a Cataluña. En Septiembre
de 1977 se reestableció la Generalitat bajo la presidencia de Josep Tarradells (dirigente republicano) y con un gobierno provisional.
Posteriormente, el País Vasco formó el Consejo General Vasco (Enero 1978) y en Galicia la Xunta (Marzo 1978). La Constitución establecía
la posibilidad de que todas las regiones se convirtieran en Comunidades Autónomas regidas por Estatutos de Autonomía, con órganos
legislativos, elegidos por sufragio universal para los parlamentos autónomos; mientras que los órganos ejecutivos para los gobiernos
autónomos. Para su constitución se establecieron dos procedimientos diferentes: uno más rápido y completo, previsto en el artículo 151,
al que podían acceder las nacionalidades históricas (Cataluña, País Vasco y Galicia) e incluso otras regiones si cumplían unas determinadas
condiciones y la decisión era ratificada por un referéndum (Navarra al regirse por el mecanismo foral y Andalucía que creo la Junta de
Andalucía en Abril de 1978). También existía otro procedimiento más lento como el del artículo 143. La mayor parte de las Comunidades
Autónomas se rigieron por este último artículo para constituirse como fue el caso de Castilla y León. La plasmación jurídica del régimen
autonómico tuvo lugar durante la aprobación de los Estatutos de Autonomía que establecían las competencias y las instituciones de la
Comunidad Autónoma. Primeros estatutos fueron los de Cataluña y el País Vasco en 1979, Galicia y Andalucía en 1981, el resto entre 1982
y 1983. Mientras que en 1995 se reguló el régimen autonómico de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.En lo que se refiere a la
Comunidad Autónoma de Castilla y León… La preautonomía de Castilla y León se proclamó en 1978 cuando se instauró el Consejo
General de Castilla y León. Sin embargo, Castilla y León fue una de las últimas comunidades autónomas reconocidas en España (1983).
Uno de los problemas más importantes de la Comunidad de Castilla y León fue el de los límites. A pesar de que desde la Edad Moderna
las provincias de Santander y Logroño pertenecían a Castilla la Vieja, estos territorios formaron sus propias autonomías entre 1981 y 1982.
Incluso se planteó la posibilidad de que León y Castilla formaran dos comunidades autónomas, y Segovia se integró tardíamente en la
comunidad.
Otro problema fue el de la capitalidad, para ello competían León, Valladolid y Burgos. Como solución se propuso Tordesillas
, pero finalmente se escogíó de facto Valladolid.
LOS CAMBIOS ECONÓMICOS, SOCIALES Y CULTURALES: En el último cuarto del Siglo XX la economía española se ha modernizado enormemente
. Así su sector exterior es cada vez mayor, especialmente su comercio con el resto de la UE y sus inversiones en América Latina. Todo hasta que en
2008 se inicia la crisis económica que provoca una recesión muy importante y un cambio de tendencia que provoca volver a niveles económicos
de la transición. De ser un país de emigrantes hasta 1975, España se convirtió en un país de inmigrantes (Norte de África, Latinoamérica y Europa
del Este) hasta el año 2009 cuando la crisis provoca el retorno de los inmigrantes a sus países de origen. Desde 2011 España vuelve a convertirse en
un país de emigrantes enviando a Europa y otros lugares del planeta españoles formados excepcionalmente para trabajar lejos de la Península
Ibérica. A pesar de haber llegado a un alto grado de convergencia económica con la UE (lo demuestra la entrada en la Moneda Única), España
muestra en 2015 una renta bastante menor que la de los europeos y un nivel de paro mayor rondando un 20% de la población activa. Asimismo,
su capacidad productiva no llega a la media comunitaria. Demográficamente, España no ha crecido excesivamente desde 1975 (la primera década
del Siglo XXI experimentó cierto crecimiento debido a la inmigración), esto se ha debido al descenso de la natalidad y ha tenido como consecuencia
un acusado envejecimiento de la población. Esta tendencia ha cambiado con la crisis económica que ha reducido de nuevo la población en España
como consecuencia del abandono de gran parte de los inmigrantes a partir de la segunda década del Siglo XXI. La estructura ocupacional demuestra
una fuerte terciarización con un sector terciario superior al 60 %, mientras el sector primario es inferior al 10 %. Las clases medias urbanas se han
convertido en el sector dominante. La mentalidad española se encuentra al mismo nivel de apertura y tolerancia que en el resto de Europa. Uno de
los aspectos más llamativos del progreso social y cultural es la tendencia a la equiparación laboral y cultural entre hombres y mujeres desarrollado en
el final del Siglo XX y comienzos del Siglo XXI. La situación actual política, social y económica es inestable como consecuencia del inconsistente
escenario en el que estamos viviendo en pleno 2015