Nos encontramos ante en Manifiesto de Primo de Rivera titulado «Al país y al Ejército». Se trata de una fuente primaria, de temática política, elaborado por el capitán general de Cataluña Miguel Primo de Rivera, de carácter público, al estar dirigido a la nacíón y al Ejército, del que quería recabar su apoyo.
Miguel Primo de Rivera nacíó en Jerez en 1870 y murió en 1930. Su familia tenía una gran tradición militar. Desarrolló la mayor parte de su carrera en destinos coloniales (Cuba, Marruecos y Filipinas); más adelante fue capitán general de Valencia, Madrid y Barcelona, destinos que le pusieron en contacto con los problemas políticos y sociales del país. Desde la capitánía general de Barcelona, en 1922, tuvo que enfrentarse a la conflictividad social de la época en la capital catalana: terrorismo anarquista, pistolerismo patronal, auge del catalanismo, descomposición del sistema turnista de la Restauración.
El Manifiesto titulado «Al país y al Ejército» supone la justificación del Golpe de Estado que el 23 de Septiembre de 1923 da el general Primo de Rivera y que terminará triunfando ante la aceptación del rey y la pasividad de gran parte del país. Aduce que hubiera querido seguir viviendo en la legalidad vigente, (Constitución de 1876), pero los terribles problemas que acechan al país le obligan a propiciar este pronunciamiento.
Comienza Primo de Rivera su discurso criticando severamente el sistema de funcionamiento del turnismo y el fraude electoral. Su mensaje es por tanto, claramente regeneracionista , acusando a los políticos de los partidos dinásticos de ser los responsables del desastre del 98 (exculpa al Ejército) y de los últimos acontecimientos graves que han tenido lugar en Marruecos (desastre de Annual) y que pueden provocar un fin trágico a España. Critica la práctica del turnismo y de los acuerdos entre ambos partidos para intercambiarse en el poder. Incluso llega a exculpar al rey de esta trama al afirmar que estaba secuestrada la voluntad real por los políticos dinásticos.
En el segundo y tercer párrafo justifica el Golpe de Estado y la sustitución de los políticos por los militares en el gobierno del país, siempre respetando la monarquía y enarbolando el patriotismo como bandera.
En el último párrafo, el general narra los principales problemas a los que deberá enfrentarse su próximo gobierno: terrorismo y desorden social, devaluación de la moneda, corrupción, librecambismo que arruina la industria nacional, el problema de Marruecos, crisis económica, expansión del comunismo en el país, anticlericalismo, bajo nivel cultural del país, y el auge del catalanismo y del nacionalismo vasco, a los que atacará pronto.
En efecto, la dictadura de Primo de Rivera surgíó con la finalidad de solventar todos estos problemas. De hecho, se presentaba como el salvador de la patria y era llamado “el cirujano de hierro”. Aunque aseguró que sólo estaría en el poder 90 días, al final fueron seis años.
Esta etapa se caracterizó por ser un régimen político autoritario, con un programa de gobierno de corte regeneracionista, tradicional, conservador y católico. Era furibundamente anticomunista y antiseparatista. Creó un partido a su medida en 1924, la Uníón Patriótica, al que definía como “un partido político pero apolítico” y quiso que fuera la verdadera columna vertebral de sus dictadura. Paradójicamente, definíó a su sistema de gobierno como “una dictadura democrática”.
Esta etapa se dividíó en dos periodos: el primero fue denominado el Directorio Militar, dada la composición de su gobierno (1923-25) y el segunda, que en sus inicios coincide con el momento de máxima popularidad del dictador, -Desembarco de Alhucemas (1925)- se extiende entre los años 1926 hasta su dimisión –más bien destitución- de 1930. Sintetizando mucho, la etapa de Primo de Rivera se caracterizó por la represión de los movimientos obreros (anarquismo, comunismo) y los nacionalistas; la censura de prensa; la derogación de la Constitución de 1876; la disolución de las Cortes y el fin del turnismo.
En política exterior, se centró en entablar relaciones con Portugal y con Hispanoamerica. Admiraba melancólicamente la etapa del Imperio español durante los siglos XVI y XVII.
El plano económico fue el que más éxitos le reportó: coincidíó con una etapa de euforia económica internacional, la llamada Belle Époque o los “felices años 20”. Primo de Rivera sustentó su política económica en un proteccionismo a ultranza que implicó elevadísimos aranceles. Llevó a cabo una ambiciosa política de Obras Públicas y de política hidráulica, al tiempo que se produjo la expansión industrial y se crearon grandes empresas monopolísticas (Telefónica, Campsa, Iberia, etc.) También fomentó la creación de empresas privadas. La pacificación africana del Rif, con la ayuda francesa, fue también uno de los hechos más destacados de su dictadura. Finalmente, el dictador fue perdiendo apoyos (de la burguésía catalana, del PSOE…). Al mismo tiempo la situación económica empezó a empeorar, siendo en este sentido crucial, el impacto negativo del crack de Nueva York de 1929 así como el elevado déficit de sus políticas proteccionistas. Enfermo y solo, más destituido que dimitido, se exilió a Francia en Enero de 1930, muriendo poco después. Su sucesor, el general Berenguer (“dictablanda”) no pudo o no supo encauzar España hacia una democracia constitucional. A Berenguer –que estuvo en el poder hasta Febrero de 1931- le sustituiría el Almirante Aznar quien convocó elecciones municipales el 12 de Abril de 1931, que fueron interpretadas como un plebiscito entre monarquía y república. Finalmente, el día 14 de Abril fue proclamada la II República española producíéndose el exilio del rey Alfonso XIII, que nunca más regresaría a España.
En conclusión, este manifiesto, que es una fuente histórica de primer orden, nos muestra las causas que llevaron al general Primo de Rivera a realizar un Golpe de Estado e implantar una dictadura que duró seis años.
Miguel Primo de Rivera nacíó en Jerez en 1870 y murió en 1930. Su familia tenía una gran tradición militar. Desarrolló la mayor parte de su carrera en destinos coloniales (Cuba, Marruecos y Filipinas); más adelante fue capitán general de Valencia, Madrid y Barcelona, destinos que le pusieron en contacto con los problemas políticos y sociales del país. Desde la capitánía general de Barcelona, en 1922, tuvo que enfrentarse a la conflictividad social de la época en la capital catalana: terrorismo anarquista, pistolerismo patronal, auge del catalanismo, descomposición del sistema turnista de la Restauración.
El Manifiesto titulado «Al país y al Ejército» supone la justificación del Golpe de Estado que el 23 de Septiembre de 1923 da el general Primo de Rivera y que terminará triunfando ante la aceptación del rey y la pasividad de gran parte del país. Aduce que hubiera querido seguir viviendo en la legalidad vigente, (Constitución de 1876), pero los terribles problemas que acechan al país le obligan a propiciar este pronunciamiento.
Comienza Primo de Rivera su discurso criticando severamente el sistema de funcionamiento del turnismo y el fraude electoral. Su mensaje es por tanto, claramente regeneracionista , acusando a los políticos de los partidos dinásticos de ser los responsables del desastre del 98 (exculpa al Ejército) y de los últimos acontecimientos graves que han tenido lugar en Marruecos (desastre de Annual) y que pueden provocar un fin trágico a España. Critica la práctica del turnismo y de los acuerdos entre ambos partidos para intercambiarse en el poder. Incluso llega a exculpar al rey de esta trama al afirmar que estaba secuestrada la voluntad real por los políticos dinásticos.
En el segundo y tercer párrafo justifica el Golpe de Estado y la sustitución de los políticos por los militares en el gobierno del país, siempre respetando la monarquía y enarbolando el patriotismo como bandera.
En el último párrafo, el general narra los principales problemas a los que deberá enfrentarse su próximo gobierno: terrorismo y desorden social, devaluación de la moneda, corrupción, librecambismo que arruina la industria nacional, el problema de Marruecos, crisis económica, expansión del comunismo en el país, anticlericalismo, bajo nivel cultural del país, y el auge del catalanismo y del nacionalismo vasco, a los que atacará pronto.
En efecto, la dictadura de Primo de Rivera surgíó con la finalidad de solventar todos estos problemas. De hecho, se presentaba como el salvador de la patria y era llamado “el cirujano de hierro”. Aunque aseguró que sólo estaría en el poder 90 días, al final fueron seis años.
Esta etapa se caracterizó por ser un régimen político autoritario, con un programa de gobierno de corte regeneracionista, tradicional, conservador y católico. Era furibundamente anticomunista y antiseparatista. Creó un partido a su medida en 1924, la Uníón Patriótica, al que definía como “un partido político pero apolítico” y quiso que fuera la verdadera columna vertebral de sus dictadura. Paradójicamente, definíó a su sistema de gobierno como “una dictadura democrática”.
Esta etapa se dividíó en dos periodos: el primero fue denominado el Directorio Militar, dada la composición de su gobierno (1923-25) y el segunda, que en sus inicios coincide con el momento de máxima popularidad del dictador, -Desembarco de Alhucemas (1925)- se extiende entre los años 1926 hasta su dimisión –más bien destitución- de 1930. Sintetizando mucho, la etapa de Primo de Rivera se caracterizó por la represión de los movimientos obreros (anarquismo, comunismo) y los nacionalistas; la censura de prensa; la derogación de la Constitución de 1876; la disolución de las Cortes y el fin del turnismo.
En política exterior, se centró en entablar relaciones con Portugal y con Hispanoamerica. Admiraba melancólicamente la etapa del Imperio español durante los siglos XVI y XVII.
El plano económico fue el que más éxitos le reportó: coincidíó con una etapa de euforia económica internacional, la llamada Belle Époque o los “felices años 20”. Primo de Rivera sustentó su política económica en un proteccionismo a ultranza que implicó elevadísimos aranceles. Llevó a cabo una ambiciosa política de Obras Públicas y de política hidráulica, al tiempo que se produjo la expansión industrial y se crearon grandes empresas monopolísticas (Telefónica, Campsa, Iberia, etc.) También fomentó la creación de empresas privadas. La pacificación africana del Rif, con la ayuda francesa, fue también uno de los hechos más destacados de su dictadura. Finalmente, el dictador fue perdiendo apoyos (de la burguésía catalana, del PSOE…). Al mismo tiempo la situación económica empezó a empeorar, siendo en este sentido crucial, el impacto negativo del crack de Nueva York de 1929 así como el elevado déficit de sus políticas proteccionistas. Enfermo y solo, más destituido que dimitido, se exilió a Francia en Enero de 1930, muriendo poco después. Su sucesor, el general Berenguer (“dictablanda”) no pudo o no supo encauzar España hacia una democracia constitucional. A Berenguer –que estuvo en el poder hasta Febrero de 1931- le sustituiría el Almirante Aznar quien convocó elecciones municipales el 12 de Abril de 1931, que fueron interpretadas como un plebiscito entre monarquía y república. Finalmente, el día 14 de Abril fue proclamada la II República española producíéndose el exilio del rey Alfonso XIII, que nunca más regresaría a España.
En conclusión, este manifiesto, que es una fuente histórica de primer orden, nos muestra las causas que llevaron al general Primo de Rivera a realizar un Golpe de Estado e implantar una dictadura que duró seis años.