Principales cambios que se produjeron en Francia a raíz de la revolución francesa de 1789

La Guerra de Sucesión

Carlos II, rey entre 1665 y 1700, que no obtuvo descendencia, legó en su testamento todos sus reinos a Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV, con la condición de que estos permanecieran unidos bajo una misma corona. El temor de Inglaterra, Austria y Holanda a un gran bloque hispano-francés, provocó la Guerra de Sucesión española (1700-1713), que determinó el cambio dinástico (puso fin a la dinastía de los Austrias, iniciándose el reinado de los Borbones) y el ocaso de la hegemonía en Europa. Al final del conflicto, España se reducía, según el historiador Domínguez Ortiz, a “un binomio bien definido: España y sus colonias”. El conflicto tuvo una doble perspectiva, europea y civil. En Europa el ascenso de Felipe al trono español confirmaba la hegemonía francesa.
En España este rey representaba el modelo centralista francés, apoyado en la Corona de Castilla, mientras que Carlos personificaba el modelo foralista, apoyado en la Corona de Aragón y, especialmente, en Cataluña. La guerra terminó con el triunfo de Felipe V. Junto a victorias militares como Villaviciosa y Almansa, un acontecimiento internacional fue clave para entender el desenlace: Carlos heredó en 1711 el Sacro Imperio Romano Germánico; sus aliadas, Gran Bretaña y Holanda, temieron la posible uníón de España y Austria bajo un mismo monarca. La guerra concluyó con la firma del Tratado de Utrecht (1713):  Felipe V era reconocido por las potencias europeas rey de España pero a cambio debía renunciar a cualquier derecho a la corona francesa. Comenzaba con él la dinastía Borbón en España.  Los Países Bajos españoles y los territorios italianos (Nápoles y Cerdeña) pasaron a Austria. El reino de Saboyá se anexiónó Sicilia.  Gran Bretaña obtuvo Gibraltar, Menorca y el navío de permiso (derecho a comerciar con las Indias españolas) y el asiento de negros (permiso para comerciar esclavos en las Indias).

La política exterior, revisionista, de los primeros Borbones consistíó en recuperar los territorios perdidos en Utrecht, sostener los derechos al trono francés y reafirmar el dominio en América. Por ello se alió a Francia a través de los Pactos de Familia, dirigidos contra Austria, Gran Bretaña y Portugal. Por el Primer Pacto de Familia (1733) España intervino junto a Francia en la Guerra de Sucesión de Polonia, que supuso la adjudicación de la corona de Nápoles y Sicilia para el infante don Carlos (primer hijo del segundo matrimonio de Felipe V, con Isabel de Farnesio). En 1743 se firmó el Segundo Pacto de Familia, que implicó la entrada de España en la Guerra de Sucesión de Austria, en la que se reconocía soberano de Parma, Plasencia y Guastalla al segundo hijo, el infante don Felipe. El reinado de Fernando VI (1746-1759) se caracterizó por el principio de neutralidad. 


La nueva Monarquía Borbónica


Los Decretos de Nueva Planta. Modelo de Estado y alcance de las reformas. La llegada de los Borbones propició importantes cambios en la estructura del Estado. Estos cambios fueron introducidos esencialmente durante el reinado de Felipe V (1700-1746). A este le sucedieron Fernando VI (reinó entre 1746 y 1759), Carlos III (rey entre 1759 y 1788) y Carlos IV (1788-1808). Las medidas centralizadoras, según la tradición francesa de la Monarquía Absoluta, tenían el objetivo de hacer más eficaz la maquinaria del Estado. En este sentido se adoptaron novedades importantes:  Decretos de Nueva Planta (1707 Aragón y Valencia, 1715 Mallorca, 1716 Cataluña): Abolición de los fueros e instituciones propias de los reinos de la Corona de Aragón. Los fueros de las provincias vascas y Navarra se mantuvieron ya que apoyaron a Felipe V durante la Guerra de Sucesión.  Nuevo modelo de administración territorial, basado en la siguiente estructura: división del territorio en provincias; sustitución de los Virreyes por los Capitanes Generales como gobernadores políticos de las provincias; las Reales Audiencias se mantienen para las cuestiones judiciales; y siguiendo el modelo francés, se creó la figura de los Intendentes, funcionarios encargados de las cuestiones económicas.  Los Borbones también reformaron la administración central consolidando el establecimiento de una plena monarquía absoluta. Se suprimieron todos los Consejos, exceptuando el Consejo de Castilla que se convirtió en el gran órgano asesor del rey. Se crearon las Secretarías de Despacho (Estado, Guerra, Marina, Hacienda, Justicia e Indias), antecedentes de los ministerios. En 1787 se establece la Junta Suprema de Estado, antecedente del Consejo de Ministros.  La nueva dinastía intensificó la política regalista, buscando la supremacía de la Corona, poder civil, sobre la Iglesia. Las dos medidas principales fueron el establecimiento de un mayor control sobre la Inquisición y la expulsión de la Compañía de Jesús (1767).  Hubo intentos, ineficaces, de reformar la Hacienda. Se trató de unificar y racionalizar el sistema de impuestos y, para ello, se llevó a cabo el Catastro de Ensenada (1749)


La España del Siglo XVIII. Expansión y transformaciones económicas: agricultura, industria y comercio con América. Causas del despegue económico de Cataluña.
Felipe V (1700-1746), Fernando VI (1746-1759) y Carlos III (1759-1788) realizaron importantes reformas económicas que incentivaron el comercio, la industria y la agricultura, influidos por las ideas del Mercantilismo, la Fisiocracia y la Ilustración. La importante recuperación demográfica (se pasó de unos 7,5 millones de habitantes a principios del Siglo XVIII a 10,5 a finales del mismo) ayudó al desarrollo de la producción al aumentar la demanda. Fue trascendental el esfuerzo de Olavide y Jovellanos por modernizar la explotación de la tierra, líberándola de la “manos muertas”, así como el interés por colonizar tierras incultas (en Sierra Morena, por ejemplo). Pese a la resistencia de la nobleza (que contaba con importantes latifundios) y de la Iglesia, se introdujeron en Valencia, Murcia o Cataluña sistemas de cultivo intensivo (arroz, legumbres, frutales) y cultivos industriales (lino, cáñamo). El desarrollo de la vid propició una industria muy próspera y en la zona norte se introdujeron nuevos cultivos, como el maíz o la patata. La labor de las Reales Sociedades Económicas de Amigos del País fue fundamental. Con el fin de favorecer el mercado interno se creó una red de infraestructuras para el transporte (Caminos Reales, Canal de Castilla, puentes, puertos…). La industria se fomentó con las Reales Fábricas de Manufacturas (paños, sedas, cristal, tapices, armas, tabaco, porcelanas…) con malos resultados económicos al estar enfocadas casi exclusivamente en la Corte y en los Reales Sitios. En cuanto al comercio, se combinaron medidas proteccionistas para estimular la producción nacional, en fuerte competencia con Gran Bretaña, y se liberalizó el comercio con América, lo que permitíó comerciar con las Indias a cualquier español desde cualquier puerto. El comercio permitíó a la burguésía catalana reunir los capitales necesarios para la revolución industrial de la centuria siguiente. Además, era la regíón más dinámica y avanzada, con mayor capacidad de orientar su producción al mercado, no solo al autoconsumo. 4. 4. Ideas fundamentales de la Ilustración. 


La presión sometida por Gran Bretaña a las flotas españolas en América, el contrabando y la amenaza de expandirse por el Caribe, obligó a Carlos III (1759-1788) a abandonar esta neutralidad y a firmar en 1761 el Tercer Pacto de Familia, en la Guerra de los Siete Años. La Paz de París (1763) puso fin a la guerra y confirmó el predominio británico (España cedíó La Florida a Reino Unido). En 1779 se renovó el Tercer Pacto en el contexto de la Guerra de Independencia de Norteamérica (1776-1783). Tras la derrota de Gran Bretaña, España recuperó La Florida y Menorca, pero no Gibraltar.

4. 4. Ideas fundamentales de la Ilustración. El Despotismo Ilustrado:


Carlos III. La Ilustración en España se inscribe en el marco general de la Ilustración europea (espíritu crítico, fe en la razón, confianza en la ciencia, afán didáctico; con filósofos como Voltaire, Rousseau, Montesquieu, Kant…). Los ilustrados constituyeron una minoría culta interesada en la reactivación de la economía, en las ideas del liberalismo y en la educación. Realizaron una crítica moderada de algunos aspectos de la realidad social del país, aunque en general no apoyaron planteamientos revolucionarios. Este afán reformista les llevó a chocar con la Iglesia y con gran parte de la aristocracia. En la primera mitad de siglo se crearon las principales Academias (Lengua, Medicina, Historia y Bellas Artes de San Fernando), instrumento de difusión de Las Luces, el Jardín Botánico y Gabinete de Historia Natural. La Ilustración llegó a su apogeo en el reinado de Carlos III (1759-1788), que representa el Despotismo ilustrado en España. Su anterior experiencia como rey de Nápoles (1735-1759) y sus ministros y consejeros ilustrados (Aranda, Floridablanca, Campomanes) le llevaron a emprender numerosas reformas, no siempre bien acogidas por el pueblo (Motín de Esquilache, 1766). Fruto de ese interés por los asuntos económicos y sociales fue la creación de las Reales Sociedades Económicas de Amigos del País. También se desarrollaron los primeros periódicos y revistas literarias y científicas, y se crearon nuevas instituciones de enseñanza: Reales Estudios de San Isidro, Colegio de Cirugía, Escuela de Mineralogía, Escuela de Ingenieros de Caminos… El desarrollo de las ciencias experimentales fue importante por la labor de científicos como Celestino Mutis.

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