Principios ideológicos del Franquismo: Autoritarismo, Antiliberalismo y Nacionalcatolicismo

Principios ideológicos del Franquismo

Franco carecía de un programa político claro sobre cómo se iba a organizar el nuevo estado español surgido tras la guerra. El franquismo debe entenderse más que como una ideología, como un modo de ejercer el poder político y mantenerlo en sus manos sin ningún tipo de limitaciones. A pesar de esta falta de ideología clara, sí hay una serie de principios en los que se asentó el régimen y en cuya defensa coincidieron tanto Franco, como los distintos grupos sociopolíticos vencedores de la guerra. Entre ellos, destacan como más importantes:

1. Autoritarismo

Es decir, el ejercicio de manera autoritaria del poder político, que recae en la persona de Franco. Autoritarismo necesario para luchar contra los “enemigos” de España y para resolver los problemas. Un autoritarismo que desembocará en la exaltación continua de la figura de Franco, que se presenta como el caudillo, el salvador de la patria en la Guerra Civil y el que la guía con mano firme.

2. Antiliberalismo

El franquismo se declaró contrario a las ideas e instituciones del liberalismo político y de la democracia parlamentaria, que serán identificados por el régimen como la masonería. El sistema liberal y los partidos políticos liberales fueron señalados como los causantes de la decadencia de España. Fruto de este antiliberalismo será:

  • a) La negación del principio de la división de poderes y la defensa del autoritarismo, es decir, de la concentración de todo el poder en la persona de Franco.
  • b) La negación de la participación libre y directa de los ciudadanos en los asuntos del estado a través del sufragio. Fue Franco quien eligió siempre a los puestos políticos más importantes. Con el tiempo, se concedió el voto a los ciudadanos para elegir a parte de sus representantes en las Cortes o para decidir sobre asuntos importantes mediante referéndum, aunque siempre amañados.
  • c) La negación de los derechos y libertades individuales de los ciudadanos. Estos quedan supeditados al estado, que para los teóricos del franquismo es el representante de los intereses supremos de la patria y en el que confluyen los intereses y deseos de la sociedad y de las regiones.
  • d) La negación de un sistema político multipartidista. Los partidos políticos fueron prohibidos y se estableció un régimen de partido único, la Falange, identificada luego con el Movimiento Nacional a cuyo frente estuvo Franco como líder indiscutible y que era de pertenencia obligatoria entre los funcionarios. El partido se convirtió en el trampolín para la promoción social y para ejercer un control total de los medios de comunicación (radio y prensa), a través de los cuales se difundían continuamente los principios del régimen y se exaltaba la figura de Franco. También controlaba el partido la vida familiar, municipal y laboral, a través de una serie de organizaciones como el Frente de Juventudes, el Auxilio Social, el Sindicato Único, etc.

3. Anticomunismo

En el que se engloban no solo a los comunistas, sino a todas las fuerzas defensoras del movimiento obrero, es decir, socialistas, anarquistas, ugetistas, etc. El franquismo fue un sistema contrarrevolucionario que negó a la clase trabajadora sus instrumentos de defensa y todas sus reivindicaciones. Así, la huelga fue entendida como una traición a la patria y las demandas obreras fueron, durante la primera etapa del franquismo, completamente desoídas. A lo largo de todo el periodo, solía hacerse responsable al comunismo de estar conspirando contra el régimen, lo que justificaba una represión continua y muy dura contra los líderes sindicales y activistas de izquierda, las declaraciones del estado de guerra y la utilización del ejército para reprimir las huelgas o cualquier tipo de reivindicación obrera. Además, cualquier tipo de expresión, movimiento progresista o democrático fue inmediatamente identificado con el comunismo y, por tanto, duramente reprimido. Por último, este anticomunismo militante permitirá al franquismo romper su aislamiento internacional a partir de los años 50 con el desarrollo de la Guerra Fría.

4. Nacionalismo

Un nacionalismo que presenta dos características básicas:

  • 1) Es profundamente centralista, lo que implica la represión de cualquier tipo de idea o sentimiento autonómico. Así, todo sentimiento nacionalista que no fuera español fue descalificado y perseguido; se prohibió el uso de otra lengua que no fuera el castellano; se abolieron los órganos de autogobierno y se prohibieron los símbolos de los nacionalismos periféricos, a los que se consideró separatistas y antiespañoles.
  • 2) Se basa en el tradicionalismo, añorando y exaltando épocas anteriores de la historia de España, como la de los Reyes Católicos, cuyos símbolos, el yugo y las flechas fueron empleados por el régimen, o la época de Felipe II, cuando España dominaba el mundo.

Por todo esto, la “unidad de la patria” se convirtió en un valor sacrosanto del régimen, basado en principios históricos.

5. Catolicismo o Nacionalcatolicismo

La religión católica se convirtió en la religión oficial del estado y se la consideraba como parte esencial del “alma española”. Así, el dominio que ejerció la iglesia en la vida social española fue total: todos los actos civiles y militares estuvieron acompañados de una fuerte simbología religiosa; las escuelas, institutos y universidades tenían la religión como asignatura obligatoria; el matrimonio eclesiástico fue el único válido desde 1939; la iglesia tenía grandes poderes en materia de censura y una presencia constante en los medios de comunicación; se impuso una estricta moral católica, pública y privada, cuyo incumplimiento era castigado por el código penal; la iglesia contó con un elevado presupuesto pagado por el estado y sus altas jerarquías fueron miembros natos de las Cortes y del Consejo del Reino. El nacionalcatolicismo, basado en una serie de principios muy sencillos, fue bien asimilado por las masas y se convirtió en una de las mejores armas del régimen para controlar al pueblo llano.

6. Nacionalsindicalismo

En el terreno económico, contra el capitalismo y el comunismo, el régimen franquista planteó en el terreno ideológico una tercera vía, el nacionalsindicalismo, que quedó reducido a la formulación de algunas leyes y el desarrollo de algunos de sus principios en varios discursos de Franco. En la práctica, el régimen franquista fue una mezcla de principios del capitalismo sobre la propiedad y del fascismo sobre el control del estado de sindicatos y el mundo laboral. De ahí, por ejemplo, que surgieran los sindicatos verticales que unían a obreros y patronos y que estuvieron dirigidos por la Falange.

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