Entre 1833 a 1874 se produce un proceso de transformación en la
economía española, en la que se va pasa de una economía del
Antiguo Régimen, a una economía capitalista. Aún así, habrá
siempre una dualidad: en el mismo país conviven estructuras
arcaicas con focos aislados de desarrollo industrial.
Definimos desamortización como proceso de expropiación de
bienes eclesiásticos y tierras municipales que se da a lo largo del
Siglo XIX. Se trataba de incautar las “manos muertas”,
nacionalizarlas y y venderlas en subasta.
Este proceso se inicia en el reinado de Carlos IV y abarcará todo el
Siglo XIX.
1. PROCESO DE DESAMORTIZACIÓN
Ya en el Siglo XVIII pensadores como Olavides, Campomanes,
Jovellanos… Reflexionan sobre la gran masa de tierra en poder de
manos muertas.
Las “manos muertas” hacen referencia a los propietarios de activos
inalienables, como era el caso de los mayorazgos, o las tierras
eclesiásticas, estas tierras no podían disminuir, pero sí aumentar.
Carlos III es el primero en poner coto a la expansión de las manos
muertas, sin llegar a expropiar. En los municipios decretó que ciertas
zonas estuviesen disponibles para los pobres.
Carlos IV es el primero en decretar las primeras expropiaciones.
Con José Bonaparte se planea expropiaciones a tierras del clero y
la aristocracia que se resistían, y favorecer y comprometer a los
afrancesados.
En las Cortes de Cádiz se aprueba una desamortización en sentido
opuesto, dirigida contra los afrancesados. No se aplicó por la
llegada de Fernando VII
1.2.
Desamortización en época liberal
Desamortización en época liberal
En este proceso de reforma agraria, se aprueban una serie de leyes
que dan plena libertad a los propietarios sobre la tierra y sus
frutos. Así, a partir de 1835 se aprueban una serie de medidas:
• Desvinculación de los mayorazgos
• Desamortización de la propiedad eclesiástica en manos
muertas
• Abolición del régimen señorial de raíz feudal
• Desamortización de la propiedad colectiva de los
municipios
En el estatuto de la propiedad agraria del clero se producen dos
grandes cambios:
• El estado suprimíó las órdenes religiosas, excepto
aquellas que se dedicaban a la enseñanza y a los
hospitales, y expropió sus propiedades para ponerlas en
subasta.
• El estado declaró “bienes nacionales” las propiedades del
clero secular.
Mendizábal inicio la desamortización de los bienes del clero
regular en 1836. Los bienes del clero fueron nacionalizados y
vendidos en 1836. Los principales motivos para esta
desamortización fueron la de conseguir recursos para sufragar la
guerra, beneficiar al partido liberal y sanear la hacienda.
Sin embargo se cometieron varios errores: se sacó a la vez a
subasta toda la tierra, por lo que el precio se hundíó, y se aceptaron
en pago títulos de deuda.
Espartero continuó la desamortización e incluyó las tierras del
clero secular, en este caso para sanear la hacienda estatal.
Cuando llegó al poder el partido conservador se suspendíó el
proceso. En este tiempo se habían vendido 3/5 partes de las tierras
de la Iglesia
Desamortización de Madoz
Durante el bienio progresista, se completa la desamortización de
Mendizábal, y ahora la desamortización incluye las tierras de los
ayuntamientos. En esta ocasión se buscaba disminuir la deuda y
fomentar las obras públicas
El resultado de dicho proceso fue la ruptura de relaciones con la
Iglesia, y un perjuicio a los ayuntamientos, a los que dejó sin una de
sus principales fuentes de financiación y a los campesinos.
2. CONSECUENCIAS SOCIALES Y SOBRE LA ESTRUCTURA DE
LA PROPIEDAD
La reforma agraria pretendía sustituir las prácticas del Antiguo
Régimen por una economía capitalista. Y dar así libertad a los
propietarios para poder disponer de la tierra.
Sin embargo la estructura de la propiedad se mantuvo, donde
había zonas latifundistas como Andalucía y Castilla la Mancha, la
situación no cambió. A menudo sucedíó, que los antiguos señoríos
se convertían ahora en grandes propiedades, y los campesinos de
entonces eran ahora jornaleros, pero la estructura de la propiedad,
las técnicas de cultivo y el modo de vida apenas varíó
En lo que sí hubo un cambio verdadero, fue en el paso de la
propiedad de manos eclesiásticas y municipales a manos privadas.
Los grandes beneficiados fueron la burguésía y la aristocracia que
accedíó a la propiedad de tierras, esto a su vez benefició al régimen
liberal, que en un momento de enfrentamiento con los carlistas,
atrajo a su causa a las clases propietarias.
Los resultados hacendístico fueron regulares: se aceptaron en
pagos, títulos de deuda.
Los grandes perjudicados fueron la Iglesia, los municipios, los
campesinos pobres… Aumentó el número de campesinos jornaleros.
En resumen, no se aprovechó la oportunidad para crear una clase
media de agricultores propietarios.
3. CAMBIOS AGRARIOS
La tierra desamortizada no se repartíó entre los campesinos, en su
lugar hubo una concentración de la propiedad en manos de la
aristocracia y la burguésía adinerada.
Estos nuevos dueños no invirtieron en modernizar sus
explotaciones, por lo que perduraron los vicios del antiguo régimen.
Solo se industrializaron algunas zonas del territorio nacional.
Aún así, se produjo un aumento de la producción agraria y
especialización de los productos por varias razones:
• Se aumenta la superficie de tierra cultivada debido a las
roturaciones: en la primera mitad del Siglo XIX se pasan
de 10 millones de hectáreas 16 millones de superficie
cultivada.
• Se va perfilando un mapa de productos especializados
• Hay una agricultura moderna, pero solo donde se inicia el
despegue industrial
• En la mayoría de los casos los grandes propietarios no
invertían en técnicas de cultivo para aumentar la
producción, así que para aumentar el beneficio,
presionaban al gobierno para que aprobase medidas
proteccionistas, y de este modo proteger la producción
nacional.
España fue autosuficiente en la producción de trigo, dedicando el
80% de la superficie cultivable al cereal. La vid se convierte en
cultivo creciente y el vino en el principal producto de exportación, en
cierto modo porque la filoxera terminó con las cepas francesas, lo
cual benefició a las españolas. El olivar dobló su extensión en
Andalucía. Único sector que sufríó intensificación y capitalización fue
el de cítricos en Levante
En conclusión tenemos que decir que España siguió siendo un
país eminentemente agrario. Y una de las consecuencias más
negativas del atraso en la economía agraria, fue que condujo a un
deficiente arranque de la revolución industrial. Un posible factor que
explicase esto sería la escasa mentalidad empresarial de los
propietarios.